Tiritas de pollo, lechugas mixtas, tomate y una mayonesa casera se abrazan dentro de una masa esponjosa, con algunos matices de ajo, mantequilla y sal. Así se presenta el sandwich de foccacia que distingue a Buongiorno Caffè, una nueva cafetería que podría considerarse la “heredera” del restaurante Pane e Vino.
Para consolidar su identidad, pero sin desligarse del vínculo con Pane e Vino, Buongiorno mantiene intacta la esencia italiana. Ingredientes como la mozzarella fundida, la salsa de tomate y el peperoni, clásicos en una pizza, se reinventan en otro de los sándwiches de la casa. Y como ocurre con sus pares, su pan es focaccia.
Ubicado en Escazú, este local abrió sus puertas el 14 de junio con una propuesta pensada para quienes prefieren un almuerzo liviano. Apuesta, a la vez, por desayunos y postres que armonicen con una taza de café.

Además del tradicional desayuno en tres tiempos —gallo pinto, huevos y sándwiches—, una tostada con guacamole, huevo duro y queso feta se ofrece como complemento. También hay otras combinaciones servidas sobre un ligero pan tostado artesanal, como manzana verde con jamón prosciutto y un toque de miel, o mantequilla de maní con banano y mermelada.
Como ocurre con buena parte del menú, cualquiera de estas preparaciones puede solicitarse sin gluten. Así lo ideó Gabriela Chawan, chef ejecutiva de Pan e Vino, quien fue primero administradora de empresas, después cocinera y más tarde la especialista en pastelería de Buongiurno.
Nació en Venezuela, reside en Costa Rica y se formó en los sabores de la escuela Le Cordon Bleu, en México. Hoy canaliza su experiencia entre las calles y sazones de América Latina, con un acento marcado por la tradición europea. Por eso, no deja de lado los dulces.
Los profiteroles, rellenos de crema pastelera y cubiertos con ganache de chocolate, capturan la atención desde la vitrina. No están solos: el pain au chocolat y los bombolini —una variedad italiana de dona rellena— también reclaman protagonismo. A ellos se les suma una larga lista de minicakes, profiteroles, eclair, pavlova, tartaletas...
Claro, ninguno de estos bocados tendría el mismo encanto sin las bebidas. Ya sean frías o calientes, cafés o tés, para la mañana o la tarde, en Buongiorno vale la pena apersonarse y disfrutar alguno de sus refrescantes.





