
La figura de Santa Claus, conocida también como Papá Noel o Colacho en Costa Rica, tiene una historia que mezcla tradiciones religiosas, mitología europea y estrategias comerciales modernas.
Este emblemático personaje, reconocido por su traje rojo y su barba blanca, evolucionó significativamente desde su origen como un humilde obispo del siglo IV hasta convertirse en un símbolo universal de la Navidad.
El origen: San Nicolás de Bari
El personaje histórico detrás de Santa Claus es San Nicolás de Bari, un obispo griego nacido en el siglo IV, famoso por su generosidad hacia los más necesitados. Según los relatos, Nicolás utilizaba su fortuna familiar para ayudar a los pobres de manera discreta, dejando monedas en las ventanas o chimeneas de quienes enfrentaban dificultades económicas.
Una de sus historias más célebres cuenta cómo evitó que tres niñas fueran obligadas a prostituirse al entregarles dinero para su dote, dando origen a la tradición de los regalos navideños.
Esta tradición se expandió por Europa, donde surgieron figuras similares en diferentes culturas, como Father Christmas en Inglaterra y Sinterklaas en los Países Bajos.

De Europa a América
Según el medio estadounidense Time, durante el siglo XVII, inmigrantes holandeses llevaron a Sinterklaas a América, específicamente a Nueva York, conocida entonces como Nueva Amsterdam.
A inicios del siglo XIX, el escritor Washington Irving contribuyó a popularizar la figura de San Nicolás como parte del folclore estadounidense en su obra A History of New York. Este “Sinterklaas” fue transformándose en Santa Claus, un personaje descrito como un marinero holandés bonachón, vestido con un abrigo verde.
Sin embargo, la imagen moderna de Santa Claus comenzó a consolidarse con el poema de Clement Clarke Moore, A Visit from St. Nicholas (1822), que lo describió como un hombre alegre que entregaba regalos a los niños bajando por la chimenea.
Según una pubilcación de National Geographic, a lo largo de los siglos, Santa Claus absorvió elementos de diversas culturas. Por ejemplo, el dios nórdico Odín, quien volaba por los cielos recompensando a los virtuosos, influyó en la representación de Santa con su trineo y renos.
También se incorporaron características de figuras como el tío Nadal en España y la Befana en Italia, que comparten la tradición de entregar regalos durante la Navidad.

La transformación comercial de Santa Claus
El Santa Claus que conocemos hoy, con su característico traje rojo, es en gran parte resultado de las ilustraciones de Haddon Sundblom para los anuncios de Coca-Cola en la década de 1930.
Aunque no fue la bebida gaseosa quien inventó a este personaje, sus campañas publicitarias ayudaron a fijar esta imagen en el imaginario colectivo. La elección del color rojo, asociado tanto a la marca como a la figura del obispo Nicolás, reforzó su atractivo global.

