
Al analizar porqué los costarricenses ya no quieren tener hijos, Revista Dominical recopiló historias de jóvenes que prefieren invertir su dinero en una casa antes de comprar coches y pañales.
Para Jimena, una diseñadora gráfica de 26 años, dejar descendencia sería un “capricho”. Para Martín, un abogado de 28, “criar sería un martirio”. Sus motivaciones están ligadas a un preocupante futuro político y ambiental, la inestabilidad económica y la desigualdad de género.
“Se escucha que matan gente frente a las escuelas, que murió un niño por un balazo colateral mientras estaba dormido. Me da muchísimo miedo (...). ¿Por qué uno quisiera traer una criatura a un mundo tan lleno de inseguridades y tan violento como el de ahorita? Sería exponerlo. No siento que valga la pena”, dice Antonio, un publicista de 30 años. Se niega a tener hijos por la inseguridad que acecha al país.
A nivel personal, Fernanda, una nutricionista de 29 años, considera que ya su cuerpo ha pasado por “suficientes dolencias”. “He visto lo que ha sufrido mi mamá, he visto lo que ha sufrido gente cercana, mis tías, amigas. Eso también influye y me hace más segura de que no quiero pasar por un embarazo (...). Todo su cuerpo cambia para generar un ser nuevo. A mí eso no me llama la atención", explica.
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Y para Aurora, analista comercial de 27 años, no “vale la pena” sufrir las dolencias de un embarazo. Más tomando en cuenta que la presión de criar y cuidar a un hijo suele caer sobre alguna mujer, ya sea la madre, la abuela, la tía, la prima o la vecina.
Encima, los costarricenses enfrentan múltiples obstáculos económicos: inseguridad en el mercado laboral, el desempleo, los bajos sueldos, la falta de un salario mínimo vital y la inestabilidad económica en general.
“No entiendo cómo hace la gente”, añade Martín sobre los costos de manutención de un bebé. Con su salario, afirma que apenas puede mantenerse y darse gusto con un par de viajes al año. “Al fin y al cabo yo creo que uno lleva un estilo de vida y quiere seguirlo manteniendo. Uno no va a extrañar lo que uno nunca tuvo”, agrega.
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