259.788 costarricenses votaron por Eliécer Feinzaig, candidato del Partido Liberal Progresista (PLP), en las elecciones del 2022. El aspirante presidencial quedó en cuarto lugar, y aunque no accedió a la segunda ronda, sí obtuvo un puesto como diputado por la provincia de San José. Según tres exasambleístas del PLP consultados por Revista Dominical, la elección de Feinzaig como diputado incluía una promesa: renunciar a su cargo como presidente del partido liberal.
Sin embargo, el congresista no renunció a la presidencia del PLP, al contrario, mantuvo la presidencia y asumió la jefatura de fracción durante los dos primeros años legislativos. Feinzaig aún es el máximo dirigente del partido liberal en la fecha de publicación de este artículo.
La existencia de esta supuesta promesa incumplida fue comentada a RD por dos jóvenes que fueron asambleístas del Partido Liberal Progresista hasta 2024. Esta revista habló con ellos de forma individual. Ambos prefirieron mantener su nombre en anonimato.
Posteriormente, se le consultó al ex secretario general del PLP, Eduardo Brenes, si la promesa de Feinzaig en efecto existió. Brenes lo confirmó, y aseguró que la ruptura de dicho compromiso contribuyó a aumentar la división, el enfrentamiento y el alejamiento que ya existía entre Feinzaig y los principales líderes de la agrupación.
En apenas siete meses, desde el 7 de noviembre del 2024, han renunciado decenas de personas al PLP. Primero dimitió la diputada Kattia Cambronero, a quien siguieron 13 asambleítas; en enero del 2025 se sumaron la tesorera, Laura Álvarez, y el fundador Eduardo Brenes, con 11 asambleístas más; en marzo renunciaron las diputadas Cynthia Córdoba y Johana Obando, la última seguida por el alcalde de Bagaces. Finalmente, este mes de mayo dejaron la agrupación el diputado Luis Diego Vargas, y todos los regidores electos en San Carlos.

En criterio de Brenes, Feinzaig tomó una deriva autoritaria y desplazó a las personas que se le opusieran.
La extesorera del PLP, Laura Álvarez, confirmó que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido fue desplazado por el comando de campaña. Incluso, consideró que el comando de campaña organizaba grupos de Whatsapp y reuniones a espaldas de ella y de Brenes.
Este medio le consultó a Álvarez si ella escuchó del propio Feinzaig la supuesta promesa de renunciar a la presidencia del PLP si resultaba electo diputado. La extesorera indicó que nunca oyó al excandidato decir esas palabras, pero otros partidarios sí le mencionaron que Feinzaig se había comprometido a dimitir.
“La debacle del PLP se debió a egos, argollas y liderazgos, el pensar que ‘se hace lo que yo digo y punto’, y el rodearse de puros ‘yes man’, la gente que te dice lo que quieres oír", indicó Álvarez a RD.
Por su parte, Brenes indicó: “Eliécer creyó que el partido era de él. Los candidatos no dejan de ser candidatos, se los olvida que son partido. Ya él era uno más de seis diputados. Fue jefe de fracción y le quitó el campo a Kattia (Cambronero) en el segundo año. Pero los proyectos personalistas mueren fácil, porque se dejaron a otros liderazgos de lado”.
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Dos actuales miembros del Comité Ejecutivo Nacional, Catalina Phillips (vocal) y José Alberto Gatgens (presidente suplente), son asesores de la fracción del PLP y, por lo tanto, subalternos de Feinzaig.
Brenes no es el único que ha renunciado al PLP acusando una concentración de poder en Feinzaig. En noviembre del 2024 la diputada Kattia Cambronero dejó la agrupación al considerar que el PLP perdió su rumbo ideológico, y estaba solo centrado en “posicionar una figura presidenciable”.
Cambronero afirmó que bajo el liderazgo de Feinzaig se generó “mucho cálculo político”, se abandonó la autocrítica y se dejaron de impulsar iniciativas que podían tener un costo en términos de capital político.
Trece asambleístas se sumaron a la renuncia de Cambronero denunciando un “debilitamiento del pensamiento crítico”.
Lo que parecían salidas excepcionales se volvieron frecuentes a partir de enero del 2025, cuando abandonaron las tiendas liberales Eduardo Brenes, que para entonces ya no era secretario general, y Laura Álvarez, que se mantenía como tesorera. A ellos se sumaron 11 asambleístas más, entre ellos el extesorero Ignacio Alfaro y la exvocal Diana Chinchilla.
Todos ellos adujeron que el PLP adoptó una estructura centralizada y de manejo vertical, donde la figura de Feinzaig concentraba el poder de decisión y restringía el espacio para nuevos liderazgos.
“Todas las decisiones deben pasar por él, volviendo el partido burocrático, ineficiente y restringiendo el espacio a liderazgos alternativos. Se ha normalizado la concentración de poder durante los últimos tres años”, cita la carta de renuncia.
“Eliécer tiene grandes carencias de liderazgo”, sentenció Eduardo Brenes. Esas mismas palabras fueron repetidas por los otros dos exasambleístas consultados por Revista Dominical.
“Eliécer se creyó que era absolutamente presidenciable, y traicionó a las bases que lo apoyaron. Nunca entendió que había un voto progresista muy fuerte, y se abandonó. La gente se sintió traicionada. Nosotros no creamos un partido para una sola persona, no era un partido caudillista”, recalcó Brenes.
Revista Dominical solicitó una entrevista con Feinzaig desde el 30 de abril, sin embargo, su despacho declinó la solicitud. Nuevamente, el 12 de mayo se contactó directamente al diputado y se le propuso una entrevista, pero el legislador no respondió. Tampoco respondió el 22 de mayo, cuando se insistió en la propuesta.
Adicionalmente, se contactó al diputado la mañana del lunes 2 de junio y se le solicitó una llamada telefónica para obtener su versión de los acontecimientos planteados en este reportaje. Al igual que en las ocasiones anteriores, el congresista no respondió la solicitud. Por último, se intentó obtener su declaración el miércoles 4 de junio, pero Feinzaig no respondió llamadas ni mensajes.
El viernes 6 de junio a las 4:13 p. m. se llamó de nuevo al teléfono del diputado. No respondió.