
Aquellas loras a las que sus “dueños” sirven gallo pinto en el desayuno y pan con café por la tarde, visitan con frecuencia los centros de rescate en Costa Rica. Suena como algo “sencillo” de solucionar, pero atender a cada una de estas aves cuesta millones de colones.
La misma situación se extiende a otras especies de vida silvestre: felinos como pumas u ocelotes, mamíferos como pizotes, reptiles como serpientes y primates como monos. Y debido a que la mayoría de refugios de vida silvestre en el país operan bajo financiamiento internacional y donaciones de la sociedad civil, deben hacer malabares para financiar la recuperación de la fauna herida.
El tratamiento para una lora con problemas nutricionales puede costar entre ¢1,5 y ¢2 millones, según Isabel Haugner, veterinaria del Rescate Wildlife Rescue Center (antes Zooave), el mayor refugio de vida silvestre en el país. La cifra es elevada, aún más si se considera que esta organización recibe 200 aves al año.
En el mismo centro de rescate, la recuperación de un mongo congo electrocutado tuvo un valor de ¢8 millones.
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Los costos aumentan según la gravedad de las heridas y la especie afectada. En el centro de rescate Las Pumas, en Cañas de Guanacaste, reciben cientos de felinos víctimas de atropellos, como ocelotes, jaguares y pumas, que tardan meses o años en recuperarse.
Según comentó Esther Pomareda, bióloga de Las Pumas, el año pasado atendieron a una puma llamada Kira, que sufrió una dislocación cervical y parálisis facial, y permaneció más de tres meses en tratamiento. El monto total de su atención superó los ¢3,7 millones ($7.500).
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En otra ocasión, rescataron a un manigordo con una fractura de fémur. Antes de todo el proceso de liberado, su tratamiento superó los ¢7,5 millones.
Gracias al convenio que Las Pumas sostiene con el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), el refugio recibió alrededor de ¢900.000 de fondos públicos para el caso de Katira. En circunstancias similares, cuando sus funcionarios trasladan a los animales, la institución les gira dinero para atender la atención primaria, como los primeros auxilios.
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Para el caso de Rescate Wildlife Rescue Center, según la veterinaria Haugner, en 2024 recibieron ¢9 millones por parte del Sinac; empero, su costo de operación anual rondó los $450.000 (más de ¢227 millones).
Y aunque la ayuda estatal es palpable, vale preguntarse: ¿puede verse la continuidad de los centros de rescate de vida silvestre comprometida, ante el creciente número de animales atropellados, electrocutados, agredidos?
“Yo he contado hasta 10 osos hormiguero atropellados en una sola noche, y eso es en un trayecto más o menos de 15-20 kilómetros”.
— Sandy Quirós, veterinaria de Las Alturas
