Costa Rica está repleta de mujeres que han sido invaluables para construir el país que tenemos hoy; sin embargo, su historia suele quedar invisibilizada.
Con el movimiento para rescatar a mujeres del olvido y subrayar sus grandes aportes como Beneméritas de la Patria, las Artes Patrias, la Ciencia, la Educación y la Defensa de la Libertad, quisimos darles un vistazo a todas las que integran este selecto grupo.
Por supuesto, somos conscientes de que aún no hay igualdad: son 28 mujeres frente a más de 95 hombres. Hay un único y pequeño consuelo: hemos avanzado lentamente; en el 2019 se contaban con los dedos de la mano y sobraban dedos.
Aunque algo tarde, poco a poco, Costa Rica se cuenta desde ellas, que han luchado tanto.
Ángela Acuña Braun: Inclaudicable luchadora por los derechos
2 de octubre de 1888-10 de octubre de 1983
Los avances para las mujeres en el siglo XX son impensables sin el aporte de la cartaginesa Ángela Acuña Braun, abogada, activista, sufragista y luchadora por el voto femenino y la igualdad de derechos.
En 1906, la alumna del Colegio de Señoritas viajó a estudiar a Inglaterra y Francia: en esos países, además de aprender inglés y francés, conoce los movimientos sufragistas europeos, lo cual la sensibiliza y le aporta mucha información que luego traería a Costa Rica.
Regresó al país empeñada en seguir con sus estudios, por lo cual acudió al Liceo de Costa Rica, fue la única mujer en inscribirse, para poder sacar su bachillerato y luego estudió Derecho y se convirtió en la primera abogada de Costa Rica y la segunda de América Central, después de la panameña Clara González, según recordó la historiadora Eugenia Rodríguez.
Por medio de telegramas organizó a las maestras en Costa Rica para que lucharan por la igualdad de salarios con los maestros, así como promovió iniciativas para que las mujeres pudiese ejercer el notariado y también cargos judiciales.
En 1923 se convierte en la presidenta de la Liga Feminista. “Ella inició el movimiento feminista en Costa Rica. Es una mujer polifacética y experimentada, de fines del siglo XIX, que va a poner sus conocimientos al servicio de esta causa. El liderazgo de Acuña va a ser fundamental”, aseveró Rodríguez.
Sus artículos y su firma estuvieron muy presentes en los medios de comunicación de la época.
Luego, Acuña fue la primera embajadora ante la Organización de Estados Americanos (OEA), trinchera en que luchó por los derechos de las mujeres del hemisferio. Otro aporte muy significativo de esta gran líder feminista fue la obra titulada La mujer costarricense a través de cuatro siglos, publicada en dos tomos.
Mireya Barboza Mesén
3 de diciembre de 1935-1.° de setiembre del 2000
La llamada “madre de la danza” en Costa Rica tuvo una larga y fructífera vida artística. Fue bailarina, coreógrafa y pionera de la danza moderna en el país; durante toda su vida luchó por abrir espacios para el movimiento. En 1950 incursionó en el Ballet Clásico, por medio de una beca otorgada por la maestra de origen inglés, Grace Lindo. Luego recorre diversos países, entre ellos México, Alemania, Francia y Estados Unidos, donde aprende y realiza presentaciones. Regresó al país en 1968 y, tres años después, fundó la primera escuela de danza moderna, con el fin de formar bailarines. Creó, en la década de 1980, el Taller Nacional de Danza y formó a bailarines que luego fueron maestros de otras generaciones. En 1997 obtuvo el Premio Áncora en Danza y en 1999 del Premio a la Promoción y Difusión Cultural otorgado por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes de Costa Rica.
LEA MÁS: Archivo: Murió "madre" de la danza
Pancha Carrasco (Francisca Carrasco Jiménez)
8 de abril de 1816- 31 de diciembre de 1890
En 1994, Pancha Carrasco fue nombrada como Heroína de Costa Rica y en el 2012 como Defensora de las Libertades Patrias. Ella demostró, alto y claro, que la Gesta Heróica de 1856 y 1857 tuvo muchos héroes y que no todos fueron hombres. Francisca Carrasco Jiménez, cartaginesa nacida en Taras como hija de José Francisco Carrasco Méndez y María Trinidad Jiménez, fue una mujer de armas tomar: participó en las revueltas contra el general hondureño Francisco Morazán en 1842 y tuvo un papel destacado con el Ejército Expedicionario de Costa Rica en la guerra contra los filibusteros de 1856 y 1857. Se sabe, por ejemplo, que en la sangrienta Batalla de Rivas, del 11 de abril de 1856, Carrasco corrió en medio de las balas y recuperó un cañón en poder de los filibusteros, que había provocado muchas bajas en el ejército nacional.
LEA MÁS: Pancha Carrasco, retrato de una mujer de armas tomar
Ana Rosa Chacón González
1889-21 de marzo de 1985
Educadora, feminista y sufragista costarricense. Desde muy joven trabajó para ayudar a poblaciones vulnerables y promover la justicia social. En la década de 1910, lideró, junto a otras mujeres, el programa La Gota de Leche, que pretendía no solo mejorar la salud de los niños pobres, sino también ayudar a educar a las madres en la crianza de sus hijos. Bajo la guía de Angela Acuña, se unió a las maestras que protestaron por los malos salarios y condiciones laborales en la dictadura de los Tinoco. Tuvo un papel destacado en el camino para lograr que las mujeres pudiesen votar en Costa Rica. Fue una de las cofundadoras de la Liga Feminista en 1923, donde ocupó el cargo de secretaria, y participó activamente en el movimiento de “Las Mujeres del 15 de mayo” en la década de los años 40. Su firma aparece al pie de los escritos para demandar el voto de la mujer que la Liga Feminista presentó a los diputados. En 1953, fue electa diputada como una de las tres primeras mujeres diputadas que llegan al Congreso con el Partido Liberación Nacional.
LEA MÁS: Archivo: Estas son las tres costarricenses que podrían ser las próximas Beneméritas de la Patria
Adelaida Chaverri Polini
21 de mayo de 1947-20 de setiembre de 2003
Es considerada como la primera naturalista y conservacionista costarricense. Fue científica, matemática y ambientalista tesonera destacada en toda América y Europa. Sobresale, en especial, “su trabajo a favor de los bosques montanos y del páramo alpino en el neotrópico de altura en Costa Rica”. Contribuyó de forma importante a la consolidación del Servicio Nacional de Parques Nacionales y a la creación del Parque Nacional Chirripó. Su labor fue incansable.
Esther de Mézerville
25 de abril de 1885-9 de abril de 1971
Educadora, líder magisterial y activista en la lucha por los derechos de la mujer. Fue líder en las protestas de los docentes durante la dictadura de los Tinoco y una de las primeras educadoras en rebelarse a las disposiciones del Gobierno. Laboró como profesora de francés y directora de la Escuela Superior de Niñas, el Colegio Metodista y el Colegio Superior de Señoritas, entre otros puestos. En 1923 fue fundadora de la Liga Feminista y fue nombrada vicepresidenta de la organización, con la que impulsó el sufragio femenino, la equidad salarial entre maestras y maestros y la reivindicación de los derechos de las mujeres. Fundó las Damas Voluntarias de la Cruz Roja y se mantuvo durante 45 años. Además, fue destacada delegada del país en congresos y foros internacionales.
LEA MÁS: Día histórico: Esther de Mezerville
María Eugenia Dengo Obregón
9 de setiembre de 1926-23 de julio del 2014
Destacada filósofa, humanista y pedagoga. Fue una de las principales pensadoras y educadoras del siglo XX. Siempre creyó en el poder transformador de la educación en los múltiples cargos públicos y universitarios que desempeñó: fue Ministra de Educación entre 1978 y 1982, decana de la Facultad de Educación y Vicerrectora de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (UCR) e integrante del Consejo Universitario de ese centro de estudios superiores y de la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Además, fue la primera presidenta del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES) y fundadora del Liceo Laboratorio Emma Gamboa. En el 2006 recibió el Premio Rodrigo Facio Brenes de la UCR y fue galardonada con el Premio Magón 2007. Además, fue distinguida por los gobiernos de Francia, Italia y Venezuela.
LEA MÁS: ARCHIVO: Falleció María Eugenia Dengo, insigne formadora de educadores
Olga Espinach Fernández
21 de mayo de 1918-10 de julio del 2009
Fue una activa artista, con especial pasión por la pintura, gestora cultural y periodista. Su gran legado cultural es la Escuela Casa del Artista, un centro de enseñanza que con el apoyo económico de su padre comenzó enseñando a niños pregoneros y hoy continúa promoviendo el arte a diferentes públicos con el financiamiento del Ministerio de Cultura y Juventud. Ella se acercó al arte desde muy joven: estudió danza, maquillaje y modelaje en Nueva York; además, se formó como periodista en Nueva Orleans. Ejerció como periodista a partir de 1945 y, un año después, comenzó a escribir acerca de Cultura en La Nación. En la pintura, desarrolló su estilo abstracto; en las artes escénicas, participó activamente como maquilladora, actriz y diseñadora de vestuario o de escenografías en diversas obras, fue directora de grupos de ballet y hasta fue nombrada profesora de la Cátedra de Arte Dramático de la Universidad de Costa Rica en 1955. Promovió el arte también como medio para prevenir la delincuencia en Goicoechea.
LEA MÁS: Olga Espinach
Liga Feminista: El grupo que abonó el terreno
1923
Costa Rica le debe mucho a las luchas de la Liga Feminista, primera organización feminista del país que proclamó la lucha por la emancipación de las mujeres como su fin primordial. Nació en 1923, agrupando a estudiantes, graduadas, profesoras y la directora del Colegio Superior de Señoritas y como filial nacional de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas.
El grupo nació con buena estrella y respaldo; incluso, a la sesión inaugural del 12 de octubre de 1923 en el Colegio de Señoritas asistió el presidente de la República en ese momento, Julio Acosta García y la Primera Dama, Elena Gallegos.
LEA MÁS: Les dijeron que su misión no era abandonar la escoba; hoy son beneméritas de la patria
Su principal interés era conquistar el sufragio para las mujeres y, paralelamente, se convirtió en una plataforma política para formar mujeres en este ámbito y promover su participación en la política pública.
La Liga Feminista tuvo gran eco en la opinión pública nacional, especialmente por los debates que suscitaba en la prensa de la época, explica la historiadora Eugenia Rodríguez. De las 14 propuestas relacionadas con el voto para las mujeres en Costa Rica, siete de ellas fueron lideradas por la Liga, detalla la especialista en historia de las mujeres. Esto muestra su claro objetivo y trabajo incansable.
¿Quiénes fueron las protagonistas de este movimiento a favor de los derechos de las mujeres? Su gran líder fue la experimentada y gran educadora Ángela Acuña Braun, acompañada por la vicepresidenta Esther de Mézerville (directora del Colegio de Señoritas) y la secretaria Ana Rosa Chacón, quien llegaría a convertirse en una de las tres primeras diputadas de Costa Rica en la década de los años 50.
En el grupo se destacaban nombres como Lydia Fernández, Vitalia Madrigal, Salvadora Alvarado, Ana Cantillano, Carmen Salazar Loría, Lupita Santos de Cabezas, María Esther Amador, Mariana Quirós Silva, Emilia Salazar Pinto, Marina Rodríguez, Anais Quesada, Rosarito Floripe, Lupita Soto Laporte, América Lern, Isabel Calderón, Marta Sancho, Lorena Rodríguez, María Teresa Villegas, Lela Campos, Marita Oleary de Vene y Elsa de Echandi, entre algunas.
“Cuando se aprueba el voto femenino en 1949, ya había existido todo un movimiento muy fuerte presionando para que el sufragio y los derechos civiles de las mujeres se hicieran realidad. Ya la lucha por el voto venía avanzando a nivel local”, afirmó Rodríguez.
La organización teje vínculos internacionales gracias a los contactos de su líder. En 1938 realiza el Primer Congreso Centroamericano de Educación Femenina en el Colegio de Señoritas. Vinieron mujeres de toda Centroamérica y Cuba para discutir sobre educación, los derechos políticos y el sufragio femenino. Entonces, nace un intento de integrar una red centroamericana de mujeres, con lo cual se fortalece la organización del movimiento feminista.
“La Liga Feminista marca un antes y un después en Costa Rica. Su papel fundamental fue crear consciencia”, asegura la historiadora.
Pacífica Fernández Oreamuno
23 de agosto de 1828-31 de marzo de 1885
Con tan solo 18 años se convirtió en la Primera Dama más joven de la historia patria. Inspirada en el símbolo nacional de Francia, creó la primera bandera tricolor de Costa Rica y participó en la elaboración del escudo nacional, pues bordó el dibujo que realizó Antonio (Tata) Pinto en el Pabellón Nacional. Fue una madre muy presente y abnegada para la numerosa familia que tuvo con su esposo, José María Castro Madriz.
LEA MÁS: Día histórico: Pacífica Fernández
Adela Ferreto Segura: Literatura, educación y lucha social
11 de julio de 1903-10 de mayo de 1987
Adela Ferreto es otra de esas mujeres que no solo dejaron huella, sino que ayudaron a generar cambios en el país.
Fue educadora, escritora y activista por la justicia social y los derechos de las mujeres. Se graduó con honores de la Escuela Normal; es más, Carmen Lyra le heredó la Cátedra de Literatura infantil en la institución. Fue profesora de la Escuela Normal entre 1922 y 1936 y maestra de la Escuela Juan Mora Fernandez entre 1936 y 1949.
Además quedó grabada en la historia como fundadora del Partido Comunista, la Universidad Obrera, así como de la Alianza de Mujeres Costarricenses y Maestros Unidos, entre otras organizaciones.
Se le considera pionera de la literatura infantil y defiende que no debe ser aburrida ni moralizante.
“Hay que recordarla como maestra escritora, cuya producción no solo pertenece al ámbito de la literatura, en la que obtuvo dos premios nacionales: el Premio Carmen Lyra en 1983 por Tolo, el gigante viento norte, y el Premio Aquileo Echeverría en narrativa –en ese mismo año– con La novela de viajes y aventuras de Chico Paquito y sus duendes. También incursionó en la investigación en historia, ya que, junto con Carlos Meléndez, escribe dos textos específicos sobre Costa Rica: Nuestro país (1964 ) y Nueva historia de Costa Rica (1972), y en el área de ciencias tiene su libro el Mundo Maravilloso (1987), publicado por el Instituto Tecnológico”, comenta Magdalena Vásquez, directora del Posgrado en la Enseñanza del Castellano y la Literatura de la Sede de Occidente, de la Universidad de Costa Rica.
Ferreto fue una gran investigadora, asegura Vásquez. Investiga para impartir clases y produce, junto a su esposo Carlos Luis Sáenz, libros de texto y sus propios trabajos, entre ellas Las fuentes de la literatura infantil y el mundo mágico (1984).
Emma Gamboa Alvarado
17 de octubre de 1901-10 de setiembre de 1976
La ramonense fue una mujer que rompió esquemas y una docente, pedagoga e intelectual con una enorme influencia en la educación costarricense. Estudió en Costa Rica y en Estados Unidos. En 1942 fue una de las fundadoras de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE). Cinco años después es una de las líderes de la Marcha de las 5.000 Mujeres en que, vestidas de luto, le exigieron al presidente Teodoro Picado respeto para el proceso electoral. Fue Ministra de Educación en 1953 durante tres meses, con lo cual fue la primera mujer en ocupar esa cartera. Impulsó la creación de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, que se funda en 1957, y se desempeñó como Decana en varias ocasiones. Su obra escrita incluye el Nuevo Silabario, Paco y Lola (1958), La casita del monte y Educación en una sociedad libre, entre otros.
LEA MÁS: 120 años de Emma Gamboa, maestra y pensadora
Luisa González Gutiérrez: Su lucha y una novela que borró las divisiones
25 de abril de 1904- 20 octubre de 1999
Luisa González pertenece a este conjunto de mujeres que, junto a su gran labor docente y pedagógica, tuvieron un papel destacado en las reivindicaciones sociales de la época y fueron intelectuales con una importante obra.
En 1925, junto a Carmen Lyra, fundó la Escuela Maternal Montessoriana, centro preescolar donde se desarrolló una enseñanza basada en las más novedosas metodologías de aquella época y se abrió a las hijas y los hijos de trabajadoras de escasos recursos. Además, fundó la Escuela Omar Dengo en 1933 y la revista infantil Triquitraque –gran medio de difusión cultural–, junto a Emma Gamboa y Lilia Ramos, en 1936.
LEA MÁS: Día histórico: Luisa González
Fue integrante del Partido Comunista y dirigente sindical y de Vanguardia Popular. En los años 40 también fue parte de la creación de Maestros Unidos, de la Unión Nacional de Educadores y la Unión de Mujeres Carmen Lyra.
Publicó en 1970 la novela A ras de suelo, que luego tuvo una exitosa versión teatral, a cargo de Tierra Negra, a mediados de esa década. “A ras de suelo es su obra más importante y logra trascender las barreras políticas que se arrastraban desde 1948; era una época en que había una Guerra fría fuera del país y también adentro. Tocó una fibra muy costarricense, más allá de las ideologías”, explica la investigadora y profesora Margarita Rojas.
Tanto la novela como el montaje teatral ganaron premios nacionales y el favor de la crítica.
Otras de las publicaciones de González son Escritos, Carmen Lyra, Botijas de oro y Dos viejos relatos.
Virginia Grütter Jiménez
20 de abril de 1929-3 de marzo del 2000
Escritora, dramaturga y luchadora puntarenense con gran influencia en la vida cultural y política costarricense en el siglo XX. Vivió parte de la Segunda Guerra en Alemania, perdió a su esposo Carlos Pérez en Chile y peleó en Nicaragua. Además, estuvo en Cuba, donde trabajó como asesora de teatro y subdirectora de la Casa del Teatro. Luchó con la izquierda y en 1998 participó con el partido Fuerza Democrática. Fue escritora prolífica y exploró la poesía, en especial en sus últimas décadas. Algunos de sus libros son Dame la mano, Boris, Cantos de cuna y de batalla y Canto a mi tiempo. Su fama trascendió Costa Rica y sus memorias quedaron en el documental Virginia Grütter, más fuerte que el dolor, realizado en Alemania por la cineasta independiente Quinka Stoehr.
LEA MÁS: Virginia tuvo la vida
María Leal de Noguera
16 de junio de 1892-1989
Sobresaliente docente guanacasteca, pionera de la educación preescolar y la alfabetización de personas adultas en su tierra natal y destacada escritora costarricense. Es autora de los importantes Cuentos viejos (1923), cuya primera edición fue publicada en Repertorio Americano y es un conjunto de relatos recogidos de la tradición oral de los campesino; así como De la vida en la costa (1959) y Estampas del camino (1974), El origen de Santa Cruz de Guanacaste (1958) y Atardecer agreste (1974). Fue directora de la Escuela de Santa Cruz y de la Escuela de Niñas de Santa Cruz. Debido a sus aportes se le nombró Mujer del Año en 1955 y la Escuela de Santa Cruz (Guanacaste) lleva su nombre.
Carmen Lyra (María Isabel Carvajal Quesada)
15 de enero de 1888-14 de mayo de 1949
LEA MÁS: El fuego inextinguible de Carmen Lyra
La escritora, política, docente, pedagoga y activista es doblemente Benemérita: primero le otorgaron el de la Cultura, en 1976, y luego el de la Patria, en el 2016. No es casual, es Costa Rica tratando de expiar sus culpas: María Isabel Carvajal Quesada, destacada activista social y líder comunista, murió en el exilio, luego de ser expulsada del país en abril de 1948, junto con Manuel Mora, secretario del Partido Vanguardia Popular. Era partir o ser vapuleados por las turbas figueristas. Luego, se impuso un silencio férreo sobre su rica obra como escritora durante dos décadas. A partir de los años 70, se comienza a recuperar su legado tanto literario como social. Es autora del gran clásico de la literatura nacional Cuentos de mi Tía Panchita (1920), que se nutrió de la rica tradición oral, y de libros como En una silla de ruedas (1918), ¿Qué habrá sido de ella? (1922) –luego llamado Ramona la mujer de la brasa (1942)–, El barrio Cothnejo-Fishy (1923), Siluetas de la Maternal (1929) y Bananos y hombres (1931), así como de innumerables artículos en el periódico Trabajo. Fue una mujer brillante, analítica y crítica. Además, hay que recordar que abrió la primera escuela maternal montessoriana en 1926.
LEA MÁS: ARCHIVO: Desde los 100 años de ‘Cuentos de mi tía Panchita’ hasta los 250 años de Beethoven
Carmen Naranjo Coto
30 de enero de 1928-4 de enero del 2012
Fue una escritora, ensayista y poeta transgresora, política visionaria y luchadora incansable por una mayor participación de la mujer en todos los campos. Naranjo renovó la literatura costarricense al escribir sobre una clase media, urbana y angustiada en los poemarios Canción de la ternura (1962) y Hacia tu isla (1966), así como en la novela Los perros no ladraron (1966); además, ahondó en la crisis de valores en el país en El caso 117.720 (1987) y En partes (1994). La autora obtuvo dos Premios Nacionales Aquileo J. Echeverría en 1966 y 1971 –este último por su novela Responso por el niño Juan Manuel–, así como con el Premio Magón en 1986. En cargos públicos, trabajó como embajadora en Israel (1972-1974), ministra de Cultura (1974-1976), directora del Museo de Arte Costarricense (1982-1984), directora de la editorial Educa (1984-1992) y subgerente administrativa de la CCSS, entre otros.
LEA MÁS: ARCHIVO: Carmen Naranjo escribió el final de la obra que fue su vida
María Teresa Obregón Zamora
7 de marzo de 1888-29 de setiembre de 1956
Educadora, sufragista y política costarricense. Fue parte de organizaciones sociales que protestaron por amenazas a la libertad de sufragio y fue una de las 5.000 costarricenses que se vistió de negro el 2 de agosto de 1947 para exigirle al Gobierno unas elecciones limpias en 1948. Colaboró en la fundación del Partido Liberación Nacional y fue de las tres primeras mujeres en ser electas como diputadas de Costa Rica; de hecho, en 1953, fue la primera diputada en dar un discurso ante el plenario legislativo. Además, fue la primera prosecretaria del directorio legislativo entre 1955 y 1956.
Yolanda Oreamuno Unger
8 de abril de 1916-8 de julio de 1956
LEA MÁS: Yolanda Oreamuno, la ruta de su creación
Se le considera una de las autoras más representativas de la literatura costarricense y como la primera escritora que expone y se rebela contra la situación de la mujer en la sociedad costarricense de la primera mitad del siglo XX. Comenzó a publicar desde muy joven; su primer texto conocido es de 1932, se llama ¿Puede tener la mujer los mismos derechos políticos que el hombre? y son las reflexiones de una joven de 16 años en plena formación intelectual. Fue colaboradora de Repertorio Americano entre 1936 y 1948; por ejemplo en El ambiente tico y los mitos tropicales, publicado en 1939, revisa “los pecados nacionales” como el choteo, la democracia pasiva y la inercia. Su libro La ruta de su evasión constituye un hito literario: gana en 1948 en Guatemala el Premio Centroamericano 15 de Setiembre y se vuelve un referente de la novelística latinoamericana. Aunque el texto se publicó en 1950, se editó en Costa Rica hasta 1970. Radicó sus últimos años en México, donde falleció.
LEA MÁS: Yolanda Oreamuno: un recorrido por imágenes olvidadas de la escritora costarricense
Elena Pardo Castro
4 de mayo de 1927- 26 de agosto del 2004
La doctora Elena Pardo Castro, cirujana dental con un posgrado en Biología, se convirtió en una figura fundamental de Limón por su lucha para mejorar esa provincia en la que vivió desde los 3 años. Desarrolló enormes esfuerzos para ayudar a las personas sin recursos a mejorar su calidad de vida, en especial poblaciones vulnerables como la niñez y las mujeres, y su obra literaria que se nutrió de la riqueza identitaria, multiétnica y gastronómica de la zona. Son de su autoría obras como Limón y su cocina, Mi viejo Puerto Limón, Una vez en el tiempo y Solentiname. Creyó en la importancia de ambientes sanos y con mayores posibilidades, así que impulsó que las instituciones invirtieran recursos en proyectos para mejorar Limón, de donde surgieron iniciativas como el Parque Popular Cariari, la Zona de Ferias, el Taller de Títeres para privados de Libertad, el Desarrollo Integral Ojo de Agua y la Campaña de Limpieza y embellecimiento de Puerto Limón, entre otros.
LEA MÁS: ARCHIVO: Falleció Elena Pardo, auténtica limonense
Emilia Prieto Tugores
11 de enero de 1902-12 de julio de 1986
LEA MÁS: Día histórico: Emilia Prieto
Fue una enorme artista, educadora, activista política, cantautora e investigadora de la cultura popular de Costa Rica. Fue pionera, por ejemplo, en el rescate de tonadas y canciones de Costa Rica en los últimos años del siglo XIX y principios del XX. Sus obras plásticas, pinturas, dibujos y grabados, muestran ácidas críticas, enorme humor e ironía y potentes reflexiones sobre el machismo, la sexualidad, la religión y la mojigatería, entre otros temas. Realiza una investigación sobre la decoración de las carretas y promueve un desfile de más de 100 carretas decoradas en San José el 15 de setiembre de 1935. En 1936, fue una de las fundadoras de la Liga Antifascista, al lado de destacadas personalidades de la época. Contribuye a fundar la Universidad Obrera, en 1943. Luego de la guerra civil de 1948, fue despedida de su puesto de directora de la Escuela Ramiro Aguilar, perseguida por su apoyo a Manuel Mora y Rafael Ángel Calderón Guardia y encarcelada en dos ocasiones acusada de sedición; fue liberada gracias a la intervención de José Figueres Ferrer. Funda en su casa de habitación el Comité Nacional de Partidarios por la Paz, del cual fue presidenta. Publica libros como Escritos y Grabados (1977), ¿Por qué Ticos? (1981) y Mi Pueblo (1990). Obtiene el Premio Nacional de Periodismo Cultural Joaquín García Monge en 1984.
LEA MÁS: El agudo lápiz de Emilia Prieto
Estela Quesada Hernández
24 de junio de 1924-el 18 de marzo de 2011
Educadora y abogada que dejó huella en campos como la política, la educación, las telecomunicaciones, entre otros. Con el Partido Liberación Nacional, fue una de las tres primeras mujeres en tener una curul en la Asamblea Legislativa; allí fue la primera vicepresidenta de la Asamblea y también la primera secretaria. En su paso por el Congreso impulsó, por ejemplo, el desarrollo de la telefonía pública a cargo del ICE. Fue ministra de Educación durante dos años –y fue la primera mujer en asumir una cartera– en el gobierno de Mario Echandi (1958-1962) y ministra de Trabajo y Seguridad Social por más de un año en la administración de Rodrigo Carazo (1978-1982). Además, fue representante de Costa Rica en las Naciones Unidas y Cónsul General de Costa Rica en San Francisco, California, Estados Unidos. Se le recuerda como una mujer aguerrida y consecuente con sus ideas.
Anna Gabriela Ross González
4 de junio de 1952-16 de setiembre del 2003
Fue una destacada doctora, administradora y política, con una enorme alegría y optimismo. Se le recuerda como gran impulsora de la salud pública costarricense, por medio de la gestión en materias de saneamiento ambiental, cobertura de agua potable, formación y capacitación de personal de salud, gestión de servicios de salud y promoción de las condiciones salubres en edificios, templos, mercados y sitios con gran atención de público. Hizo una defensa férrea a la atención primaria en salud y luchó incansablemente contra la pólvora ilegal. Tuvo diversos puestos en este campo, entre ellos directora general del Ministerio de Salud entre 1989 y 1990. También fue presidenta ejecutiva de Acueductos y Alcantarillados entre 1994 y 1998 y presidenta del Partido Liberación Nacional en el 2002. Por su trabajo fue reconocida en 1992 con el Honor al Mérito otorgado por la Federación de Mujeres Profesionales y de Negocios de Costa Rica, en 1996 con el Premio Nacional de Salud Dr. Arturo Romero López, de la Asociación Costarricense de Salud Pública (ACOSAP) y en 1988 y 1999 con el Honor al Mérito de la Cámara Nacional de Comerciantes Detallistas.
LEA MÁS: Una mujer excepcional
Margarita Segreda Víquez
22 de marzo de 1928-23 de mayo del 2011
Es una leyenda del baloncesto en Costa Rica. Ingresó en 1974 al Salón de la Fama del Deporte Costarricense y fue la segunda mujer que logró dicho honor, luego de Avis McLean Gray, del Club Sport La Libertad. Sin importar la oposición de su familia, practicó baloncesto desde muy joven. El deporte la llevó a Panamá, Honduras, Nicaragua, Guatemala y México, donde siempre demostró su alta calidad como jugadora, incluso se convirtió en la máxima encestadora nacional, y de una notable nobleza. Luego de su retiro como jugadora y hasta su jubilación, se dedicó a la educación; incluso, fundó la Escuela de Secretariado de la Escuela Normal.
Emilia Solórzano Alfaro
8 de diciembre de 1835-18 de julio de 1914
Fue Primera Dama entre 1870 y 1876 y 1877 y 1882, ya que fue la esposa del general Tomás Guardia Gutiérrez, presidente de Costa Rica en esos periodos. Solórzano lideró un movimiento de mujeres que sensibilizó al general Guardia sobre el respeto de la vida humana. En 1877 hubo un intento para derrocar el gobierno de Vicente Herrera, en el que fue protagonista el cabo Francisco Rojas, por lo cual fue condenado a morir. El movimiento liderado por la Primera Dama hizo un escrito para pedir el indulto de Rojas, lo cual conmovió al general Guardia, quien le conmutó la pena de muerte y lo envió a la cárcel. Se cuenta que la influencia de doña Emilia fue fundamental para que Guardia, finalmente, aboliese la pena de muerte en su última administración.
Manuela Tattenbach Yglesias
24 de setiembre de 1926-7 de agosto del 2010
Costarricense nacida en Berlín que fundó, junto con su esposo Roderich Thun Stotzingen, una iniciativa que aún hoy aporta conocimiento a lo largo de Centroamérica: el Instituto Centroamericano de Extensión de la Cultura, entidad creada en 1963 a cargo del programa radiofónico Escuela para Todos (1964) y del Libro-Almanaque Escuela para Todos (1966). Además de su enorme preocupación para que la población en áreas rurales tuviese conocimiento de forma asequible, laboró en proyectos de atención para población infantil en condiciones de riesgo, como las Aldeas SOS en Costa Rica, y en otros esfuerzos de bienestar social. Obtuvo el Premio de Comunicación Cultural Joaquín García Monge en 1990 y el Premio a la Superación-Honor al Mérito en 1991.
LEA MÁS: ‘Escuela para todos’: el almanaque que nació hace más de medio siglo por el amor a enseñar
Chavela Vargas (Isabel Vargas Lizano)
17 de abril de 1919-5 de agosto de 2012
En noviembre del 2022, Chavela Vargas fue declarada como Benemérita de las Artes Patrias. Se trata de la mujer más célebre y popular de esta lista. Esta hija de San Joaquín de Flores salió de Costa Rica siendo una adolescente, huyendo de la incomprensión de la mojigata sociedad costarricense, y vivió la mayor parte de su vida en México, donde desarrolló una prolífica carrera artística. La cantante logró la fama en México en 1952 y, a partir de entonces, se convirtió en un referente de la música latinoamericana; además, fue una revolucionaria que luchó contra el machismo y la homofobia instaurado en la época. Grabó 25 discos e incursionó en la música ranchera, un género que era dominado por hombres. En su carrera recibió importantes reconocimientos como Hija Predilecta del Cantón de Flores (Heredia, Costa Rica) en 1994; el Premio Latino de Honor de la Sociedad General de Autores y Sociedad de Artistas Intérpretes y Ejecutantes de Madrid, en España, en 1997; la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en el 2000, declarada como Ciudadana de Honor de Bogotá, en Colombia, en el 2004; el Premio Excelencia Musical de los Grammy Latinos en el 2007 y la Medalla al Ciudadano Distinguido, en México, en el 2009.
LEA MÁS: Editorial: El merecido benemeritazgo de Chavela Vargas
Deportivo Femenino Costa Rica FC: Sin miedo a la bola ni al qué dirán
En marzo de 1949, un grupo de mujeres escandalizó al país porque jugaban fútbol. Tuvieron que entrenar a escondidas y les dijeron que si jugaban al balompié se olvidaran de la maternidad.
Sin embargo, el equipo de muchachas derribó paradigmas y, apenas un año después de empezar a entrenar, hizo su gran debut en el Estadio Nacional, incluso en presencia del presidente de la República, Otilio Ulate. El Deportivo Femenino Costa Rica FC saltó a la cancha para callar a muchos hombres e inspirar a muchas mujeres.
Esas jóvenes fueron dirigidas por dos hombres jóvenes y visionarios: los hermanos Fernando y Manuel Emilio Bonilla, que creían en ellas y poco les importaba el qué dirán.
Otro de los hitos del Deportivo Femenino Costa Rica F.C. se dio el 29 de abril del mismo año, ya que viajaron oficialmente fuera del país a un partido de fútbol. Este viaje se realizó a Panamá en donde jugaron en el Estadio Olímpico contra un equipo de ese país, bajo el mando del técnico Fernando Bonilla Alvarado.
Luego de eso lograron ser invitadas para jugar en Cuba, Colombia, Ecuador, Panamá, Curazao, entre otros países, dando un espectáculo deportivo diferente a los ciudadanos de esos lugares. Tuvieron que empezar de cero en el fútbol con las 32 jugadoras y usaron una finca que les prestaron en San Ramón de La Unión para entrenar.
“Había mucho machismo en ese tiempo, no tuvimos ayuda de nada. Para comprar los uniformes y los tacos teníamos que hacer cafecitos y vender cosas todas para juntar la plata. Ahora hay mucha desigualdad con las futbolistas, pero antes era mucho peor”, contaba Zulay Loaiza, una de las jugadoras el año pasado, a sus 89 años.
Sin duda, este equipo hizo historia y abrió la senda para muchas jugadoras.
Colaboró en esta información la periodista Jessica Rojas.