Haga una breve pausa, una reflexión introspectiva. ¿Cómo se ve cuando tenga 65 años y —ojalá— se pensione? ¿A qué va a dedicar su vida? Muchas personas que llegan a esa etapa coinciden en que desean sentirse útiles, formar parte de una comunidad, mantenerse activas; para ellas, pasar sus días solo leyendo o viendo películas no es una opción.
¿Y si le digo que puede asistir a un curso de guitarra? Luego puede estudiar algún idioma que le interese, puede hacer yoga, ir a clases de natación, también puede aprender a bailar, pintar un cuadro, cultivar plantas, hacer teatro, puede llevar cursos de fotografía o simplemente participar en programas de voluntariado. Todo esto lo puede hacer por precios muy accesibles y acompañado por personas semejantes, que también desean ser productivas y aprender nuevas destrezas constantemente.
Le hablo de un club donde, para unirse, usted solo necesita tener más de 50 años. Cientos de personas como usted se han sumado les ha cambiado la vida. Así lo explicaron a Revista Dominical doña Carmen, de 83 años; don Carlos, de 71; doña Julieta, de 75, y don Isaac, de 70.
Algunos de ellos, como doña Carmen Mora, llevan más de 20 años de formar parte de este club; en su caso, las clases de natación le han generado entretenimiento, felicidad y sobre todo, salud física y mental. Tanto, que las recibe religiosamente desde 2002, dos años después de que se jubiló.

El club que le describo cumplirá, este 14 de octubre, 45 años de beneficiar a miles de adultos mayores. En este tiempo, se han encargado de promover el envejecimiento activo, de manera que las personas sean protagonistas no solo de su propia vida y de su familia, sino también en sus comunidades: verdaderos agentes de cambio para la defensa de los derechos y la dignidad humana.
Estamos hablando de la Asociación Gerontológica Costarricense, mejor conocida como Ageco. Puede que haya escuchado el nombre alguna vez, pero no tenga muy claro de qué se trata. Constituida en 1980, fue la primera organización no gubernamental sin fines de lucro especializada en la atención de personas mayores y adultas mayores.
Al igual que doña Carmen, don Carlos Enrique Araya, de 71 años, asiste regularmente a las reuniones de Ageco desde hace 12 años. Él se ha beneficiado de los cursos de Inglés, Edición fotográfica, Tecnologías, Guitarra y Taichi, entre otros.
“Todos estos años he pasado matriculándome en Ageco, todos los años. Yo no quería quedarme sentado, no quería que me regalaran un sillón reclinable y una pantalla, estar formándome y capacitándome me provoca una gran satisfacción. Esto es mucho más que adultos mayores con bastón, es voluntariado, cursos de formación, fomento del deporte, por eso me interesó tanto", recordó Araya.
Además, don Carlos celebró que, en las reuniones de Ageco, la interrelación entre compañeros se da “a carta cabal”, llena de autenticidad, y con personas que realmente desean estar ahí. “La gente va porque le gusta, no porque quieran figurar, por eso van y se ríen, disfrutan, conversan, toman café, se expresa cada no como es”, declaró.
Doña Carmen considera que Ageco fue una mano de auxilio cuando la jubilación se le vino encima y ella no sabía qué hacer con su tiempo libre.
“Pasé un año en que yo a las 9 de la mañana no sabía qué hacer, salía a caminar un montón, volvía, y no era ni mediodía. Yo decía ‘Dios mío, son apenas las 10 de la mañana, ¿qué voy a hacer de aquí a la noche?’. Por dicha, una compañera me habló de un curso de hidroquinesia, ejercicios en el agua. Luego me enteré de los demás cursos y así ocupé mi tiempo", recordó la docente pensionada.

Mora destacó al gran profesionalidad de los instructores que imparten cada curso. “Escogen al personal con una delicadeza increíble para saber tratar a un adulto mayor. Así aprendí a nadar a los 50 años”, agregó quien tiene 24 años de formar parte de “una verdadera familia”.
Además de las clases y capacitaciones, Ageco también tiene programas de voluntariado para que adultos mayores se capaciten y acompañen a sus coetáneos en la realización de trámites. Ejemplo de esto son don Isaac Pérez y doña Julieta Ramírez, quienes son voluntarios en el Servicio de Orientación Sociolegal.

Aunque ellos no son abogados, recibieron varias capacitaciones para acompañar a sus compañeros en temas de tramitología y defensa de sus derechos.
“Es un servicio entre pares, de adultos mayores para adultos mayores. Somos 15 personas que nos capacitamos todos los meses para atender llamadas telefónicas. El objetivo es escuchar, informar y orientar. Muchas veces los compañeros no conocen las leyes, sus derechos y los recursos que tienen”, explicó don Isaac, que es ingeniero de profesión y conoce Ageco desde hace 20 años.
Algunas veces las llamadas concluyen con una recomendación de llamar a alguna entidad o hacer un trámite, en otras ocasiones, es necesario remitir al usuario a atención psicológica, o guiarlo para presentar una denuncia por violencia, por ejemplo.
“Yo quería aportar, ya no trabajar, pero aportar, hacer algo para mantenerme útil, valioso y actualizado, por eso opté por el programa de voluntariado”, recordó Pérez.
Por su parte, doña Julieta, compañera de don Isaac en el Servicio de Orientación Sociolegal, conoció de Ageco gracias a la recomendación de una tía suya, que trabajó como enfermera, e impartió en la asociación cursos de primeros auxilios.
La docente jubilada de 75 años colabora en esa oficina desde 2016, aunque conocía la labor de Ageco desde los años 90. “Los adultos mayores queremos servirle al país, nosotros recibimos mucho de la sociedad, así que queremos agradecer prestando este servicio”, declaró Ramírez.
Al igual que estos adultos mayores, miles de personas más se benefician del trabajo de Ageco. Solo en uno de sus múltiples programas, desde 1986 han creado más de 100 “clubes” en las comunidades, desde los cuales han impartido más de 190 cursos diferentes y han impactado a aproximadamente 5.000 usuarios.
Asimismo, han realizado 34 ediciones del Encuentro Literario de Personas Mayores, 7 ediciones del Concurso de Fotografía con Celular, 5 ediciones del Encuentro Culinario para el rescate de recetas familiares; 17 ediciones del Festival Mayor y 33 ediciones de la Feria de Artesanías, así como cine foros en todo el país.
Se han impartido más de 10.200 cursos en diversas áreas como salud física, salud mental, pintura, música e idiomas. Desde 2007 han realizado más de 5500 cursos en disciplinas como baile, Tai Chi, Yoga y Pilates, y más 1100 cursos en el área tecnológica con la participación de más de 6.000 personas.
Esta es solo una pequeña muestra de la labor que realiza este selecto club del que, quizás, algún día, usted y yo podamos formar parte.
