Plata y Calma estaban dormidas sobre unas cajas de cartón. Rogelito descansaba encima de un sillón, con su panza hacia el techo esperando mimos. Rice y Beans son más curiosos: estos hermanitos se subieron a la mesa donde yo estaba para conocernos y dejarse acariciar.
Mientras tanto, Corazón, Cupido y Valentín, tres hermanitos con apenas 26 días de nacidos, robaron mi corazón. Fue amor a primera vista. Son tres bebés de una gata rescatada en la calle, que tuvieron la buena suerte de encontrar en El Catio un lugar seguro.
El Catio es un espacio de convivencia entre gatos y humanos que está ubicado en barrio Escalante, detrás de la veterinaria La Gatería. En este lugar mágico, los felinos son los reyes.
En el Catio viven Plata, Calma, Cobijita, Rogelito, Rice, Beans, Pantufla, Tarot y Amor. Son gatos adultos que fueron rescatados de la calle o recuperados de refugios donde vivieron durante mucho tiempo sin ser adoptados.
Estos michis tienen una misión muy importante en sus vidas: darles mucho amor y ronroneos a las personas que los visiten.
Son gatos educados para vivir en comunidad y tener un trato especial con los humanos. En El Catio, la idea es que la gente tenga una experiencia enriquecedora al lado de los felinos.
Primero me presentaron formalmente a Plata. Ella fue recogida de la calle y, gracias al acompañamiento que ha recibido por parte de especialistas en El Catio, ha aprendido muchas habilidades sociales.
La doctora Lindsay Villalobos, directora del lugar, nos contó que la gatita ama a los humanos –aunque no tanto a otros gatitos–, pero que se aguanta la compañía de sus hermanitos con tal de recibir chineos.
Que los gatos sean cariñosos no se da en todos los casos, pero eso es parte de su especie y de su comportamiento. Hay que aclarar que los gatos son muy diferentes a los perros”
— Lindsay Villalobos, veterinaria
“Es un poco tóxica”, dijo Villalobos, quien es médica veterinaria con especialidad en felinos domésticos.
Alcé a Plata con mucho cuidado; inmediatamente, sentí una conexión especial. Plata es dócil, dulce y muy cariñosa. Le encanta dar besitos con la lengua. Cuando la devolví a la caja donde estaba durmiendo antes de mi llegada, se enojó un poco porque exigía más amor, quería seguir en mis brazos.
Con Cobijita fue otra experiencia increíble. Se dejó alzar, acariciar y hasta se sentó conmigo a descansar. Esta gata es de la raza persa; su elegancia llama demasiado la atención. Su largo pelaje de color blanco la hace verse como una cobija cuando está acostada, de ahí su nombre.

Cobi, como la llaman de cariño, es toda una reina, aunque también tiene una historia de rescate. Vivía en un hogar con sus dueños y otros gatitos, pero sufrió una herida en un ojo y requería una cirugía que sus tutores no podían costear, así que en El Catio la adoptaron, curaron y ahora es una de sus residentes.
Mientras seguíamos conociendo a cada uno de los gatitos, la imponente Tarot, de color negro azabache, se daba un paseo por el lugar, el cual está equipado con muchos objetos especialmente elegidos para que disfruten, jueguen o descansen a sus anchas. Es todo un paraíso: hay cojines, cajas de cartón, rascadores, escaladores y hasta un árbol de verdad donde pueden subir sin correr peligro.
Tienen su comida cerca porque en varios rincones del lugar hay platos con alimento; también hay una fuente de agua fresquita porque, como bien sabemos los amantes de los gatos, a los michis no les gusta nada que no esté limpio o fresco.
Los areneros están en fila, bien ordenaditos y son de paredes altas, apenas para la intimidad a la hora de hacer sus necesidades.
Plata, Cobi, Rogelito, Calma, Amor, Tarot, Pantufla, Rice y Beans tienen en El Catio un lugar donde ser felices y así poder repartir amor a quien lo necesite.
Una visita llena de amor
¿Se puede ir a visitar a los gatitos? La respuesta es sí, siempre sí. Los michis de El Catio están listos para compartir con los humanos: todas las Karen y los Karencios –como se les dice a los dueños o amantes de los gatos– que los quieran visitar son bienvenidos.
En el lugar hay diferentes opciones para disfrutar de la compañía de los gatitos. Hay actividades especiales como catyoga y hasta le ofrecen cafecito y té si solo quiere ir a jugar con ellos.
También se puede hacer catworking, espacio para quienes hacen teletrabajo reciban buenas vibras y ronroneos. De esta forma, las horas de oficina se pasan en un ambiente diferente al de la casa.
O, como es mi caso, ir solo a recibir un ratito de amor gatuno porque aunque tengo a Salem, él no es nada cariñoso. Perdóname, Salem, siento que te engañé por un ratito. Sin embargo, después de pasar un rato en El Catio en compañía de estos peludos, así como recibir dirección y acompañamiento de la doctora Lindsay, ahora te entiendo mejor: ya sé que no sos un amargado.
“El Catio surge como una oportunidad para culturizar a las personas, para educarlos sobre la tenencia responsable de gatos y, principalmente, para desmitificar todos los prejuicios que se asocian a la especie felina”, explicó la veterinaria.
Para reservar espacio en El Catio y pedir información sobre precios, puede escribir al WhatsApp 8342 4286 o al correo electrónico elcatiocr@gmail.com
Entre esos mitos destacan que estos animales no son cariñosos o que no disfrutan el contacto. No obstante, como lo comprobamos en El Catio, el gato sí puede dar amor, y mucho, aunque a Salem no se le dé tanto.
“Que sean cariñosos no se da en todos los casos, pero eso es parte de su especie y de su comportamiento. Hay que aclarar que los gatos son muy diferentes a los perros”, enfatizó la especialista.
Responsabilidad
La responsabilidad más grande de El Catio es que los gatos residentes tengan una buena calidad de vida, por eso es que ahí solo viven nueve, aunque constantemente llegan nuevos inquilinos para ser educados e incorporarlos a la sociedad.
Cada gatito nuevo que llega recibe un tratamiento especial: primero se le hacen exámenes médicos para ver si padecen de alguna enfermedad como leucemia o sida del gato, y así darles el tratamiento adecuado. Después, pasan por un proceso de adaptación que toma su tiempo. Cuando ya están listos para la convivencia con los humanos y otros gatos, se dan en adopción.
Por lo general en El Catio rescatan gatitos recién nacidos y jóvenes, pero también lo hacen con adultos. Tratan de no tener muchos gatos al mismo tiempo en el espacio porque así se aseguran de que los habitantes no sufran estrés por hacinamiento.
Otro aspecto a destacar en este lugar es la educación para los tutores, aquellas personas que vayan a adoptar un gato o ya tengan en su casa. Según explicó Villalobos, el proceso de domesticación del gato es muy reciente, tiene unos 10.000 años, a diferencia del perro que es de alrededor de 30.000 años; por eso, son tan diferentes.
“A veces el gato es incomprendido porque nosotros como humanos tenemos estructuras sociales muy diferentes a las de ellos; somos individuos diferentes. Y si hacemos una comparación con el perro, es todavía más incomprendido el gato porque el perro disfruta del contacto social, de estar con otros perros; pero el gato siempre tuvo una estructura solitaria.
Horario de atención: De lunes a sábado de 2 a 9 p. m. Domingos de 12 a 6 p. m.
”Fue hasta que se acercó a nosotros que comenzó a tener la tolerancia de compartir con otros, pero es una tolerancia, no una característica. El gato puede vivir solo sin problema alguno; por eso es importante conocer y respetar sus características”, agregó la doctora.
Aquí se educan todos: primero los gatitos y, luego, los futuros tutores.
En el caso de Corazón, Valentín y Cupido, que son los cachorros de El Catio, la doctora explicó que son hijos de una gata feral, que significa que es agresiva y que, como era callejera, no tenía ninguna relación con los humanos. Cuando esa mamá fue rescatada estaba embarazada y los gatitos nacieron en El Catio.
“Esos bebés a los 15 días de nacidos ya venían bufando, cazando y tirando zarpazos. Si esos bebés continuaban solamente con su mamá iban a aprender todo de ella”, explicó la doctora. Agregó que los primeros días de vida de los gatitos son de suma importancia para gestionar su comportamiento.
A Corazón, Valentín y Cupido los tienen en un espacio aparte con su mamá, con el fin de que estén más tranquilos durante la lactancia. Además, al menos los sacan al Catio tres o cuatro veces por día para que socialicen con los otros gatos y también con personas. La idea es que conozcan diferentes tipos de voces y sean más empáticos.

“Esos gatitos que no iban a ser adoptables, ahora sí lo son. Parte de la clave de que el gato tenga un máximo de desarrollo es que nosotros comprendamos su conducta social y emocional. Si el tutor lo entiende, posiblemente el gato tenga una mejor calidad de vida”, agregó la veterinaria.
Desde que El Catio comenzó con su labor, ya han dado en adopción 54 gatitos.
Actividades con los michis
La doctora explicó que tener un gato como mascota tiene muchas ventajas. Por ejemplo, las personas neurodivergentes o del espectro autista se ven muy beneficiadas de estar en espacios silenciosos con los gatos.
“Comparten el silencio, la calma, el espacio. Acá, por ejemplo, hemos sido sede de reuniones de adultos neurodivergentes. Se comparte el espacio, explicamos oportunidades de mejora y, ahora, estamos generando más actividades para incluir a niños neurodivergentes que asistan con sus papás”, comentó la especialista.
Villalobos explicó que los gatos también colaboran en el bienestar de las personas. De acuerdo con la especialista, el ronroneo y la compañía de estos animales podrían ayudar a personas con la presión arterial alta o con problemas cardiovasculares.
“El gato ronronea y te hace sentir mejor. De hecho, para quienes son más místicos, se cree que tiene mucho que ver con la parte energética. Se dice que el gato es el guardián de nuestro cuerpo espiritual”, comentó.
Entre los servicios que presta El Catio está el catyoga. Hay sesiones los domingos y los jueves. Durante esta clase, las personas están en compañía de los gatos, que se acercan a los asistentes para darles su buena energía. No es necesario ser un yogui experto e, incluso, en El Catio les prestan un mat para hacer la actividad.
Pronto se incorporarán clases para niños. “Es importante que los pequeños compartan con los gatitos porque se aplica el conocimiento de habilidades blandas como el silencio, el respeto de los espacios y mantener la calma”, dijo Villalobos.
También se ofrece la opción de solo ir a pasar el tiempo con ellos. En la michiterapia se comparte un rato con los gatitos, mientras se disfruta de un rico café. Aquí es permitido jugar con ellos y darles premios. En el lugar no venden comida, pero se permite llevar algún bocadillo para que la persona disfrute en el momento. A los gatitos no se les puede llevar ningún alimento porque en el lugar les tienen una dieta balanceada.
Otra posibilidad es hacer coworking. “Es apto para las personas que hacen teletrabajo o que son freelance. Aquí vienen trabajadores creativos a dibujar y hacer sus actividades. También tenemos la posibilidad de hacer charlas y talleres como, por ejemplo, sobre maternidad y otros tópicos cotidianos”, agregó la veterinaria.
Entre los planes a corto plazo destaca una actividad sobre sostenibilidad acerca de cómo reducir el impacto ambiental a partir de la tenencia de gatos.
El gato ronronea y te hace sentir mejor. De hecho, para quienes son más místicos, se cree que tiene mucho que ver con la parte energética. Se dice que el gato es el guardián de nuestro cuerpo espiritual”
— Lindsay Villalobos, veterinaria
Para asistir a El Catio hay que hacer una reservación previa, ya que se trabaja con horarios y aforo reducido siempre pensando en el bienestar de los animales.
“La idea es que sea un espacio en el que tanto las personas como los gatos disfruten con toda tranquilidad. Que todos tengan la atención necesaria”, afirmó Villalobos.
Rescate y adopciones
Cabe destacar que, por lo general, en El Catio rescatan gatitos de la calle y, sobre todo, aquellos adultos que no fueron adoptados en ninguna ONG o refugio.
Con respecto a las adopciones, se realiza un estudio del posible tutor quien también debe de llenar un formulario de responsabilidad si resulta ser apto para la adopción.
“Nuestra misión social es el rescate, la cura, la habituación y la socialización a los humanos y la adopción”, afirmó la doctora.