Acudir al centro de San José tras la caída del sol se ha vuelto, para muchos, casi un acto de fantasía. La inseguridad desalienta a quienes desean ver todo lo que esta capital aún tiene para ofrecer. Y es mucho. Muchos se van del centro, pero sobreviven iniciativas que insisten en recordarnos que el corazón de la ciudad sigue latiendo. ¿Hasta cuándo?
Cuatro veces al año, el Art City Tour reúne a miles de personas en el centro de San José para disfrutar del arte, la historia y la arquitectura que entrañan sus edificios más emblemáticos: el Teatro Nacional, el Museo del Jade, y más allá, las casas de estilo victoriano y neoclásico de barrio Amón. La ciudad se transforma por una noche. Rutas culturales guiadas y transporte gratuito entre sedes permiten recorrer museos, galerías y espacios patrimoniales con una única preocupación: disfrutar.

Desde su primer evento, en febrero de 2010, se han realizado 77 ediciones que, en total, han recibido a 144.922 personas. Sin embargo, la iniciativa pende de un hilo.
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“El modelo está en riesgo, más en riesgo que antes (...). Lo más irónico del mundo es que el Art City Tour está en su mejor momento de visitación, pero no así de sostenibilidad económica. Es la tendencia en los proyectos culturales de este país, cada vez son muchos más los recortes que vienen desde el Estado y contagian las iniciativas que trabajan con entidades culturales”, afirma Henry Bastos, fundador y director del proyecto GAM Cultural, que produce el evento.

Los primeros tres años después de la pandemia, la iniciativa asumió un porcentaje de deuda para poder realizarse, pues patrocinios se retiraban tan solo dos días antes de anunciar el evento. Para Bastos, la deuda se asume porque el público merece respeto. “Si usted ya comunicó una fecha, es algo que hay que sostener. Pero pasan esas cosas y, ¿cómo se paga?”.
Duros recortes al sector cultural, la omisión por parte del gobierno local y la dificultad para conseguir patrocinios tienen en vilo a sus organizadores. El proyecto, antes de la pandemia, se financiaba en 95% con patrocinadores privados; hoy depende en un 65% de patrocinios estatales y un 35% de empresas privadas.

“Viene la pandemia, las marcas están cada vez más celosas de invertir, porque algunas han tenido muchas pérdidas. Buscaban invertir en programas que tuvieran un retorno mucho más visible para ellos. Nos encontramos con un sector cultura que, postpandemia, empezó a poner trabas a la presencia de marca”, dice Bastos.
El fundador señala que una variedad de marcas están interesadas en visibilizar su imagen, pero al tratarse de espacios públicos, esto no siempre es viable, lo que reduce el atractivo comercial para que inviertan en el proyecto. A esto se suma el impacto de los recortes estatales a cultura, que también desincentivan el patrocinio privado. “Si el Ministerio está recortando, ¿por qué nosotros tendríamos que apoyar?”, le cuestionan con frecuencia. Y ante eso, admite, es difícil tener una respuesta: “Te desarman por completo”, lamenta.

Para 2025, el presupuesto asignado al Ministerio de Cultura fue de ¢47.462 millones, lo que representó una reducción de ¢2.995 millones respecto al año anterior.
Todo lo que hace el Estado, reflexiona Bastos, tiene un efecto en los proyectos que dependen —aunque sea parcialmente— de su respaldo. Y el aporte de eventos como el Art City Tour no es menor: los museos estatales con frecuencia programan sus inauguraciones para que coincidan con la semana del evento o la misma noche, y las cuatro fechas del tour pueden representar un porcentaje muy significativo de su visitación anual. En una edición exitosa, más de 1.000 personas asisten a una apertura, en contraste con un promedio de un centenar en noches regulares.

La Municipalidad de San José tampoco está compensando la caída en apoyo. El fundador del Art City Tour recuerda que, durante la administración anterior, el apoyo era intermitente, pero ahora no hay respuesta municipal.
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“Yo personalmente los invité (al alcalde, vicealcaldesa y la presidenta del Consejo), en febrero del año pasado, una semana después de que ganaron. Quedaron completamente sorprendidos y dijeron que tenían una intención de apoyar. Desde el año pasado tienen la propuesta, la siguen estudiando. Estamos ya en julio, año y medio después, y todavía no ha salido un apoyo en esa dirección. Yo sigo esperando”, indicó el fundador.

El alcalde de San José, Diego Miranda, confirmó a Revista Dominical que la propuesta continúa en estudio en el departamento de cultura del ayuntamiento. Por lo pronto, indicó que la idea radica en que, desde la municipalidad, se agregue valor al Art City Tour invirtiendo recursos en traer personas de comunidades vulnerables de San José para que visiten algunas paradas del recorrido.
Los detalles sobre un posible convenio, sin embargo, se desconocen. “Eso tenemos que estudiarlo. Eso tendría que estudiarlo el departamento de cultura para ver cuál es la modalidad, porque eso tendría que salir a un proceso de contratación pública, o ver cuáles son las figuras que se utilizarían”, indicó.
Cuatro veces al año, cuando cae la noche, el Art City Tour regala unas horas de cultura y nos recuerda que San José aún tiene algo que ofrecer. Hacer fila frente al teatro, entre decenas de personas, reconforta —más aún si hay buena compañía. Son pocos los proyectos que ofrecen ese respiro en medio del caos capitalino. ¿Cuánto tiempo más podrá resistir?








