
Levantarse a las 3:30 a. m., dejar a la familia en casa y salir cuando el cielo todavía está apagado, para correr, nadar o pedalear. Volver dos o tres horas más tarde, desayunarse algo, y partir rumbo al trabajo. Finalizada la jornada, aprovechar el ocaso en el gimnasio y regresar al hogar para cenar y descansar... esa es la preparación para quien se proponga correr cinco medias maratones en cinco días, como Bernal Fonseca.
Ser deportista de largas distancias implica sacrificios, sin duda, pero este triatleta de 34 años los asume convencido de que el deporte es un motor para transformar realidades. Esta vez corrió 105 kilómetros, de Santa Ana a Cartago, para entregarle donaciones a la Asociación Caminemos Juntos (Ascaju), dedicada a la atención de personas en cuidados paliativos.
Si lograra recaudar ¢1.000 por cada metro recorrido, dice, podría donar ¢105 millones en memoria de su madre, Elsa María Solano, quien falleció hace menos de un año a causa de un cáncer de útero. Recuerda que había perdido peso y el apetito, a lo que le siguieron las citas médicas que la diagnosticaron con un tumor ovárico, y requirió de cuidados paliativos tras su paso por quimioterapia.
Fue en esa época, mientras recorría los pasillos del Hospital México y observaba la atención brindada a las personas con enfermedades avanzadas o terminales, que quiso involucrarse con organizaciones que acompañaran a pacientes como su madre. Así encontró a Ascaju.
“Siempre pensé en que el deporte puede convertirse en un motor de transformación social o de realidades (...) ¿Por qué no utilizarlo para servirle a las personas? Poder hacer lo que hago, pero por un propósito mayor que solo mis objetivos’“.
— Bernal Fonseca, triatlonista
A la mañana del miércoles 10 de setiembre, Fonseca partió de Momentum Lindora, en Santa Ana, con el sol rozándole el rostro. Repitió la rutina el jueves desde el parque de Tibás; el viernes, desde barrio Escalante; el sábado, desde el parque de Curridabat; y este domingo, desde las ruinas de Cartago. En cada jornada completó 21 kilómetros, para llegar a la zona industrial de La Lima, donde se ubica la asociación.
“Cuando se participa en eventos de larga distancia, siempre se busca qué más se puede hacer, esos retos que llevan al cuerpo un poco al extremo. Si uno trabaja con disciplina, constancia y perseverancia, lo consigue. Tal vez suene a cliché, pero es real”, afirma el triatleta, al recordar que empezó a practicar deportes hace seis o siete años, y que no es necesario hacerlo desde la infancia para cumplir las metas.
Concluidas las cinco medias maratones, Fonseca buscará organizar nuevas carreras para seguir apoyando a otras organizaciones de carácter social. Ya lo hizo meses atrás, cuando corrió en La Sabana para entregar 85 obsequios a niños en condición de vulnerabilidad, hijos de madres solteras y trabajadoras en Tirrases. Y lo hará de nuevo en los próximos meses, cuando anuncie sus siguientes pasos.
Si usted quiere apoyar el proyecto de 105KM con propósito, puede donar a través del sitio web del www.yomeuno.com del BAC.
