
Miles de trabajadores independientes en Costa Rica padecen diariamente a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), y el uso del verbo “padecer” no es baladí. Su relación con la institución realmente les causa preocupación y angustia, pues viven complejas situaciones de morosidad que limitan el crecimiento de sus negocios y les quitan el sueño por la noche.
Para conocer más sobre estas situaciones, profundizar en las raíces del problema y encontrar una posible solución, Revista Dominical entrevistó al director de Inspección de la CCSS, José Eduardo Rojas.
RD comentó al funcionario que uno de los factores que más ahuyentan a los trabajadores independientes de formalizarse es los cobros retroactivos, es decir, el temor a que, al llegar a la ventanilla, les reciban con un cobro de varios millones por los montos que no pagó mientras estuvo informal.
Al respecto, Rojas argumentó que se han aplicado políticas para facilitar el aseguramiento pero que, tras estas medidas, concluyeron que la decisión de asegurarse o no “está mucho en cada persona”.
“Hay una obligatoriedad solidaria de hacer las contribuciones por el país. No es que yo pago el seguro para mí, obviamente ese es un beneficio, pero en el esquema de seguridad social que tenemos en Costa Rica todos pagamos para sostener el sistema de salud y pensiones. Por eso hay una responsabilidad de cada uno”, declaró el funcionario.
Rojas recordó que en 2023 se promulgó una ley que permitió bajar, durante dos años, el plazo de prescripción de las deudas. Es decir, las personas que desearan formalizarse ya no tendrían que pagar un retroactivo de 10 años, sino “solo cuatro años”.
Además, esa ley abrió la posibilidad de condonar multas e intereses, de manera que bajara el monto total de la deuda.
“La CCSS también permitió hacer arreglos de pago para que los trabajadores pudieran pagar ese retroactivo de cuatro años en cuotas, a cuatro o cinco años. Salió la ley en 2023 y venció el plazo (para regularizarse) en 2025, ¿cómo puede ser que ahora una persona venga y diga ‘es que tengo miedo de que me hagan un retroactivo’?“, argumentó el director de inspección.
Esta revista le comentó a Rojas que, si bien ese esquema es más favorecedor que el anterior, igualmente implica que un trabajador que desee regularizarse iniciará su vida laboral formal con una deuda de, por ejemplo, ¢2 millones, por más que que se pueda pagar en cuotas.
“Claro, pero esos ¢2 millones que tenías que pagar en los cuatro años previos, ahora tenés la posibilidad de pagar en los cuatro años a futuro, ¡y sin intereses!“, respondió el funcionario.
A esas “cuotas” atrasadas, el trabajador deberá sumar los pagos ordinarios mensuales para mantenerse al día.
A modo de ejemplo, la base mínima contributiva (es decir, el salario mínimo base que se utiliza para calcular las contribuciones al seguro) es de ¢341.000. Dado que un trabajador independiente cotiza el 18,6% de sus ingresos (casi el doble que un asalariado), ese hipotético sujeto pagaría ¢63.000 al mes solo para mantenerse al día. A eso se debe sumar la cuota de los cobros retroactivos. En síntesis, a este trabajador se le podría ir un importante porcentaje de su salario en pagos a la CCSS.
“Claro, pero hay que entender que eso es parte de la obligatoriedad que tiene un trabajador independiente. Es parte de su obligación, por eso es un esquema solidario. Igual le pasa a un patrono. La Caja ha puesto los mecanismos para que las personas tengan los medios necesario para afrontar (la deuda)”, acotó Rojas.
“Hay una obligatoriedad solidaria de hacer las contribuciones por el país (...). Todos pagamos para sostener el sistema de salud y pensiones”
— José Eduardo Rojas, director de Inspección de la CCSS
Según datos de la propia Caja, en total hay más de 142 mil trabajadores independientes morosos con la institución. Hasta el pasado mes de mayo, el empleo informal abarcó al 37,3% de las personas ocupadas en el país.
Si una persona desempeña un actividad económica, quiere formalizarse, pero tiene miedo al cobro reatroactivo, ¿qué puede hacer? Esa fue la pregunta que planteó RD a Rojas.
“Lo primero es que tiene que acercarse a la institución, hay muchos tabúes y desinformación de la gente, pero lo cierto es que la CCSS tiene una alta gama de opciones que ofrecer para normalizar la deuda. Nos ha pasado que hay gente con miedo de ir a la Caja, pero resulta que ni siquiera tienen la obligatoriedad de contribuir (porque sus ingresos no alcanzan la base mínima contributiva)”, respondió el funcionario.
¿Y si se trata de un emprendedor que está empezando a trabajar de forma independiente y quiere estar en regla?
“Lo primero que debe hacer es afiliarse a la institución, porque sino ese rezago de no hacerlo va a generar problemas en algún momento. La ley dice que, una vez usted inicia su actividad económica, tiene ocho días para inscribirse. En la Caja le van a explicar cómo ajustar su cotización a sus ingresos reales”, afirmó Rojas.
