Madrid. España tendrá un exigente inicio en el Mundial de Brasil para la defensa de su título conquistado en Sudáfrica, en duelos ante la subcampeona del orbe Holanda, la potente Chile y Australia como cenicienta del grupo B.
En Sudáfrica 2010 aprendieron que nunca se debe perder en el estreno, porque te deja caminando en el alambre.
Lo tendrán presente en el debut en Brasil 2014, ante Holanda, en la reedición de la última final mundialista.
Aquella final engrandeció la fama de eterna aspirante de Holanda. Llega a Brasil tras una inmaculada fase de clasificación pero con el fracaso en la mente de la Eurocopa 2012, en la que perdió sus tres partidos de grupo para ser eliminada cuando era señalada como candidatas a destronar a España.
La selección que dirige Louis van Gaal cambió su cara en defensa, su punto débil. El historial de enfrentamientos con España no puede ser más igualado. Cinco victorias para los españoles, cuatro para los holandeses y un empate.

Chile es el único rival que no quería en el sorteo Vicente del Bosque. Representa un fútbol incómodo para el rival, de presión asfixiante, orden táctico y la calidad técnica de sus referentes: Arturo Vidal y Alexis Sánchez.
España cerrará su participación en el grupo B con el primer enfrentamiento de su historia ante Australia.
Los oceánicos acceden al Mundial de Brasil a través del grupo asiático, con un bloque de jugadores veteranos que sigue liderando el delantero Tim Cahill.
Será su tercera presencia consecutiva en la gran cita, con una misión imposible: superar los octavos de final que alcanzó en el 2006.
La suerte no favoreció a España en cuanto a rivales ni el posible cruce, que hipotéticamente sería Brasil si no logra quedar de primera de su grupo.