Poco se discute sobre la calidad de Michael Barrantes. Un fichaje efectivo y certero para Alajuelense en sus objetivos a corto plazo. A la calidad técnica de su juego se suman otros atributos muy valiosos hoy en día.
Prudencia y fineza para empezar el juego desde atrás, remate de media distancia y experiencia, que en el campo de juego podríamos decir que se transmite a través de la eficiencia del volante para tomar las decisiones correctas, sin impulsos exagerados.
En una posición que, además, es trascendental para atacar y defender e incluso para definir una propuesta de juego.
Basta con mirar a Adalberto Carrasquilla en Panamá para comprender que, hoy en día, el volante central es quien determina muchas veces el juego elaborado. El canalero empieza los ataques, pausa o acelera el ritmo y rompe la línea para profundizar.
A Michael Barrantes con 40 años ya no le alcanza para correr como Carrasquilla, pero en nuestro campeonato le sobra para pelear por un espacio en Alajuelense.
Y resulta que, detrás de Barrantes en la Liga, aparece otro panameño: Edward Cedeño, enorme sorpresa en la actual campaña y, probablemente, futuro de su selección.
Y aquí nace la primera pregunta: ¿Si Edward Cedeño (20 años) es panameño y recién llega a la Liga, si Barrantes tiene 40 años y aún rinde, si Celso Borges tiene 35 años y aún juega, si Alex López es catracho y también ocupa esa posición, entonces en dónde están los volantes centrales del futuro de Costa Rica?
Como volante central me refiero a los contenciones modernos o volantes mixtos que, en la actualidad, empiezan el juego elaborado y, por momentos, se transforman en creativos que contribuyen en la generación ofensiva.
Como Carrasquilla o Cedeño
Puedo hacer el mismo ejercicio en Saprissa y resulta que quien cumple esa función es Mariano Torres, cerebro y motor del equipo desde hace años.
En Herediano apareció concretamente Alejandro Bran, agradable sorpresa, pero con un escaso proceso de selecciones menores, a sus 22 años. Lo que es lo mismo que decir que tiene poquísimos partidos internacionales sobre sus hombros.
Así que Gustavo Alfaro decidió utilizar como volante mixto a un futbolista que apenas unos días antes dijo públicamente que no le gustaba jugar de ocho.
A Brandon Aguilera no le gusta esta posición, pero como no hay mediocampistas preparados para asumir el puesto, el técnico se inclinó por lo más cercano que se encontró.
Con un problema adicional (además de que dice sentirse incómodo): Está en el Nottingham Forest, pero prácticamente no juega con el primer equipo y sus actuaciones se reducen al plantel Sub-21 de los ingleses.
Su acompañante fue Yeltsin Tejeda, con muchos altibajos en Herediano en esta campaña y que, evidentemente, es un ‘perro de traba’ y no un volante mixto.
Así tal cual, Costa Rica tiene en este momento el siguiente escenario en una posición trascendental para cualquier selección que pretenda elaborar juego: Los volantes centrales mixtos de más capacidad superan los 35 años, o son extranjeros.

Hay poquísimos jóvenes ticos (para no decir ninguno) afianzados en esta posición.
Y me nace la segunda pregunta: Hace tres años se fundó el Centro de Alto Rendimiento de Alajuelense, un complejo hermoso y único en el país.
Son tres años de trabajo con muchos técnicos extranjeros (probablemente de buena calidad), con inversión, con alimentación, con excelentes canchas, gimnasio y cientos de jóvenes trabajando a diario, dedicados prácticamente al fútbol.
¿Cómo es que en tres años la Liga no pudo formar un volante central lo suficientemente bueno como para ocupar esa posición y, en cambio, tuvo que firmar a Cedeño, contratar a Barrantes, a Celso y mantener a Alex López?
En una posición de alta relevancia para cualquier equipo de fútbol profesional, pero especialmente para la ‘Sele’, ¿realmente no ha aparecido un solo jugador sobresaliente?
Es evidente que Barrantes y los otros futbolistas no tienen responsabilidad alguna de que esto suceda (¿o se les va a culpar por ser mejores?), pero también es cierto que su alto protagonismo expone nuestra compleja realidad en las bases.
Qué preocupante lo que pasa en nuestro fútbol.