Casi 12 años han pasado desde que Costa Rica clasificó por primera vez en la historia a un mundial femenino de fútbol.
El hecho, aunque menos dimensionado en el país, significó un punto y aparte cuando se habla de las selecciones de damas.
Sucedió para el Mundial Sub-17 de Nueva Zelanda, en 2008, al mando del técnico Juan Diego Quesada.
De ese grupo de 24 jugadoras que fueron convocadas por el entrenador, seis forman parte de la Selección Mayor que hoy está a las puertas del Preolímpico. Se trata de Priscilla Tapia, Gabriela Guillén, Daniela Cruz, Katherine Alvarado, Raquel Rodríguez y Fabiola Sánchez.
Ellas, junto con 14 futbolistas más, buscan otro sueño: conseguir el pase para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
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La Selección, lejos de ser favorita, busca una hazaña, como también lo hizo en julio de 2008.
En ese momento la Tricolor accedió a la cita planetaria tras vencer a Canadá, rompiendo con la lógica. Incluso, en una nota de La Nación se explica que la Nacional sorprendió a una potencia mundial para vencerla 2-0.
“La tarea se vislumbraba prácticamente imposible, pero la garra femenina tricolor pudo más”, señala otro artículo.
Algo así necesita esta vez, porque una selección femenina nunca ha estado en Juegos Olímpicos y en Concacaf solo hay dos boletos y se da por sentado que Estados Unidos, campeona mundial, tendrá uno de esos.
De gestas ya varias saben. Sobre todo estas seis jugadoras. Ellas también formaron parte de la generación que luego clasificó al Mundial Sub-20, de Alemania 2010.
Sus nombres permanecieron constantes en las selecciones nacionales, hasta llegar a la Mayor.
En ese camino, solo la portera Tapia se perdió, pero regresó el año pasado, participó en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y ahora es la segunda arquera de Amelia Valverde.
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Por su parte, Cruz, Alvarado, Guillén, Sánchez y Rodríguez suelen ser titulares en este equipo.
"Sabemos la responsabilidad que tenemos, sabemos a lo que nos vamos a enfrentar y hay muchísima ilusión. La posibilidad está ahí y mientras la tengamos, vamos a luchar", comentó Katherine Alvarado antes de partir a Estados Unidos, donde se desarrollará el Preolímpico a partir del 28 de enero.
La estabilidad de estas futbolistas en la Tricolor es un mérito, asegura Juan Diego Quesada, quien fuera su entrenador, aunque también, desde su punto de vista, la poca competencia que tienen es una debilidad del país.
"Indudablemente que es un proceso que ellas han llevado bien. En realidad hay más (de ese mundial) que siguen siendo activas a nivel de selecciones, aunque no están en este momento. Muy bien por ellas porque han sabido mantener su nivel, pero igual el gran tema es que después de ese mundial, ¿a cuántos más hemos ido?", señaló Quesada.
El entrenador cree que los procesos de selecciones menores han sido muy débiles y eso afecta a la Mayor.
“¿Dónde está la competencia?”, se pregunta. “No volvimos a campeonatos mundiales. Los procesos han sido malos, en mujeres y hombres. Me alegra mucho en lo personal verlas a ellas, como formador y entrenador que fui, pero a la vez hay que ser crítico de lo se está haciendo”, añadió.
En este momento la Selección Nacional mantiene una base, a las jugadoras de esta generación se le añade otro grupo que asistió al Mundial Sub-20 de Canadá 2014. Se trata de Noelia Bermúdez, María Paula Coto, Melissa Herrera, Mariana Benavides, Gloriana Villalobos y Jazmín Elizondo.
Las más jóvenes son María Paula Salas y Priscilla Chinchilla, de 17 y 18 años, respectivamente. Mientras que tres jugadoras superan los 30 años, Shirley Cruz, Dinnia Díaz y Carol Sánchez.
De las convocadas por Amelia para el Preolímpico, 13 son mundialistas mayores de Canadá 2015. Es decir, en el camino quedaron diez y se añadieron otras.
¿Entonces no hay una combinación de generaciones?
“Ese mix se tiene que dar, porque el cupo es para 20, sería una cosa fenomenal que estén todavía todas las del Mundial de 2008, pero eso es imposible, por muchas razones. Sabemos que hay seis o siete que siempre están, nadie las mueve, eso no es bueno", explica Quesada.