
El corazón de mamá de doña Maura Ruiz no la engañó y pronosticó lo que iba a pasar. Ella presentía que su hijo Andrey Soto daría de qué hablar en la final de la Uncaf.
La Selección Sub-20 de Costa Rica pasaba serios apuros, porque aunque empezó ganando, El Salvador no solo le dio vuelta al marcador, sino que en determinado momento del juego llevaba una ventaja de 4 a 1 sobre los ticos.
Ella estaba con unas sobrinas y le decían que no había nada que hacer, pero doña Maura les dio una respuesta que escucharon incrédulas. Al final del partido no podían creer que sin necesidad de una bola de cristal, su tía tenía toda la razón.
“Yo solo les dije: ‘Un partido se sabe hasta que termine, yo sé que Andreycito va a hacer goles y que le va a dar el gane a Costa Rica, yo lo presiento, porque él me ha dicho tantas cosas’. Y vea, dicho y hecho”, aseguró doña Maura Ruiz en medio de risas.
Apenas su hijo la llamó, con euforia le contó: “Mi amor, yo lo canté, yo dije que usted iba a meter el gol del gane”.
Desde muy niño tenía muy claro que lo suyo era el fútbol. Aquel chiquito que veía a su primo en una escuelita le imploraba a doña Maura que él también quería jugar.
Cuando entró a la escuela había partidos y se le veía talento, al punto de que la maestra de Educación Física habló con ella y le dijo que por qué no lo metía a una escuela de fútbol.
Fue la encargada de hacerle ver que el chiquito tenía razón, al presentar el biotipo y las características para trascender hasta convertirse en futbolista profesional.
“Desde que tengo memoria siempre anduve pateando, me gustaba mucho jugar en la calle con los amigos de infancia, hasta por ahí de los 10 años, que mi profesora de Física me llevó a la escuela de fútbol de Gilbert Solano y habló con él para que me becaran y no pagara”, relató Andrey Soto.
Él siempre había querido estar en una escuela de fútbol, pero su mamá no lo llevaba porque no había dinero para pagar la mensualidad.
“Ahí estuve un par de años y después pasé a San Gerardo, otra escuela de fútbol en la que me ayudaron y empecé a jugar en Linafa. Después pasé a Saprissa Regional San Carlos, que también me becaron. Ahí fui goleador y eso me ayudó para que me vieran de San Carlos en prospectos U-13, donde también llegué becado”, recordó.
La historia continuó y Andrey Soto seguía persiguiendo su sueño, impulsado por su mamá, que siempre ha sido todo para él. Para entonces, ambos afrontaron una prueba de fuego, cuando a ella la diagnosticaron con cáncer de mama.
“Siguió y siguió y gracias a Dios ahí está. Desde los 13 años me lo estuvieron llamando del Proyecto Gol. En ese instante vino la enfermedad mía. Yo soy sobreviviente de cáncer de mama y yo le decía que continuara con sus sueños, que él era un luchador igual que yo. Yo le decía: ‘Mami va a luchar por usted y voy a vivir, no se ponga triste’. Si yo le decía otra cosa, imagínese”, relató doña Maura.
La ilusionaba saber que su hijo estaba siendo llamado para las selecciones menores y quería ir a conocer dónde entrenaba Andrey, pero no podía, porque estaba en las sesiones de quimioterapia.
“Yo siempre le decía que luchara y que los dos íbamos a triunfar, era como un pacto, él con el fútbol y yo luchado contra la enfermedad. A los 15 años él debutó con San Carlos y fue cuando con la Selección Sub-15 fue a Europa y conoció como seis países. Y siguió, pasó a la Sub-17 y ahora está con la Sub-20, aparte de que juega en Primera con San Carlos”, expresó doña Maura con la voz entrecortada.
Fue una etapa complicada para el muchacho, porque trataba de centrarse en el fútbol, aprovechando que llegó a la Selección por el proceso de selecciones regionales, donde fue escogido por Luis Roberto Sibaja. Sin embargo, no dejaba de pensar en la enfermedad de su madre.
“En ese tiempo a mi mamá le diagnosticaron cáncer de mama. Fue muy difícil, pasaba mucho ‘ahuevado’. Lloraba casi siempre en las noches o cuando estaba solo y nadie me veía. Pero más bien fue como una motivación. Y mi mayor motivación es ella, espero algún día regalarle una casa”, afirmó el futbolista norteño.
Fue en 2017 cuando ambos recibieron la noticia esperada: después del proceso, ella estaba libre de cáncer.
“Y continuamos luchando juntos. Mi mayor sueño es jugar en Europa y claramente en la Selección Mayor. La Asociación Deportiva San Carlos significa mucho, me han ayudado y me han formado por seis años”.
No pierde la perspectiva ni se presiona, pero tampoco deja de soñar. En la Uncaf Sub-20 que ganó Costa Rica en Belice hace unos días, él fue el tico que hizo más goles, con tres tantos.
“Siento que el torneo estuvo muy bueno de principio a fin, todas las selecciones se jugaron todo y en ese momento que íbamos perdiendo me sentía muy frustrado, pero solo pensaba en que había que revertir el marcador y ganar, porque era una final”, aseguró Soto.

En ese partido con remontada épica para la Sub-20, Andrey Soto convirtió dos goles y generó dos asistencias para Josimar Alcócer. El primer tanto de los ticos lo hizo Fabián Arroyo. Ese juego se acabó 5 a 4, con triunfo de Costa Rica sobre El Salvador.
El orgullo de San Carlos brilló con luz propia en ese juego, en el que lo estaban siguiendo visores europeos y de la Major League Soccer (MLS). Además, podría ser opción para disputar la Liga de Naciones.