El maillot amarillo del Tour de Francia, Tadej Pogacar (UAE Team), conquistó este viernes la cronoescalada con final en Peyragudes, en los Pirineos, encadenando una segunda victoria consecutiva y la cuarta en total desde la salida de esta edición número 112.

“No soy intocable, pero intento serlo”, confesó el ogro esloveno tras asestar un nuevo golpe a la carrera, con cada vez menos emoción sobre su desenlace final.
Al término de los 10,9 kilómetros entre Loudenvielle y Peyragudes de esta 13ª etapa, Pogacar sacó 36 segundos adicionales al danés del Visma Jonas Vingegaard (2º), que ahora se queda a cuatro minutos y siete segundos de ‘Pogi’ en la general.
Tercero en la general, Remco Evenepoel está ya a más de siete minutos del líder. Al belga, campeón olímpico de lucha contra el crono, y que había ganado la primera contrarreloj de este Tour en Caen, se le atragantaron las rampas de subida a la estación de esquí, y fue incluso doblado por Vingegaard antes de llegar a meta.
La buena crono del alemán Florian Lipowitz (4º mejor tiempo) y del esloveno Primoz Roglic (tercer mejor tiempo), ambos del Bora, amenazan ahora el tercer puesto de Evenepoel.
Lejos de esas batallas ‘menores’, día tras día, Pogacar sigue empecinado en restar emoción a lo que resta de Tour de Francia, y tiene todas las papeletas -a pesar de la etapa del sábado en Pirineos y a las tres restantes en Los Alpes en la última semana- para llegar vestido de amarillo a París el 27 de julio.
Con la de este vienes, suma 21 victorias de etapa en el Tour -cuatro de ellas en contrarrelojes individuales-, y está a solo un triunfo más de pasar a integrar el top 5 de corredores que más veces han levantado los brazos en la ‘Grande Boucle’.
Pogacar, que optó por correr con una bicicleta tradicional de ruta, al contrario que la mayoría de sus rivales, fue el más rápido en el paso por todos los puntos intermedios.
“Estoy supercontento. Esta crono era un gran interrogante para mí. Quería que todo fuera perfecto. El equipo hizo posible que todo estuviese a nivel top”, declaró el esloveno, que disputó sin audífonos esta corta crono y casi toda en subida.
El colombiano Santiago Buitrago (Bahrain), con el vigésimo mejor tiempo, a 3 minutos 15 segundos de Pogacar, fue el primer corredor sudamericano.
El australiano Luke Plapp marcó un buen registro y pasó gran parte de la jornada con el mejor tiempo, aunque finalmente sólo pudo ser quinto en un día en el que algunos corredores, desentendidos de la pelea por la general, dejaron imágenes curiosas, como el estadounidense Quinn Simmons, que, sonriente y distendido, fue chocando la mano con decenas de personas en los últimos metros de subida.
El sábado, Pogacar buscará un 22º triunfo parcial en la etapa reina de los Pirineos, con un paso por el mítico Tourmalet y final en alto en Superbagnères.
“Nadie está a salvo de un mal día. En 2022 y 2023 viví momentos difíciles en el Tour, puede repetirse”, atempera el líder de la general.
Pero su superioridad es tal, que incluso en un mal día podría verse por delante, o al menos al mismo nivel que los demás.