Puriscal. Rodeada de niños y algunas caras conocidas, Noelia Vargas Mena sonreía y recordaba sus días en la escuela Darío Flores, en el cantón de Puriscal.
Al centro educativo ingresó desde la etapa de maternal. Poco a poco, entre carreras por los corredores y las competencias internas de campo traviesa, así en el patio institución o en la calle de lastre cercana, empezó a desafiar a los profesores y estudiantes mayores en competencias de marcha.
Desde este jueves 15 de julio el gimnasio de la escuela llevará su nombre y el de su hermana Andrea Vargas Mena, como homenaje a las ilustres alumnas. Ambas representarán a todo un pueblo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se inician el próximo 23 de julio.
En una mañana soleada los pequeños estudiantes y personal docente, escucharon atentamente a sus invitadas de honor, tanto en forma presencial como vía zoom, en el caso de Andrea, quien se encuentra entrenando en Oregón, Estados Unidos.
David Solís, profesor de Educación Física, recordó que Dixiana Mena, madre y entrenadora de Noelia y Andrea, dio allí sus primeras luchas para ayudar a sus hijas, no solo entrenándolas, sino también colaborando con la institución y buscando inscribirlas en las competencias, incluso cuando las dejaban por fuera por descuido de los encargados de las inscripciones.
Muy organizada. Noelia estaba emocionada y feliz, por lo que agradeció el gesto a nombre de su hermana Andrea. Igualmente su madre y entrenadora Dixiana Mena se mostró muy agradecida por el gesto a sus hijas.
“De niña era como un “taponcito”, siempre, pequeñita y un poquito gruesita, pero competía por la escuela. Aquí pasé momentos muy bonitos y la verdad me siento muy orgullosa de que el gimnasio lleve el nombre de mi hermana y el mío. Es un orgullo representar a Puriscal. A los niños les digo que los sueños se pueden cumplir y se debe luchar siempre por alcanzar nuestras metas”, expresó orgullosa Noelia Vargas.
El entrenador de Educación Física, recordó a Noelia como una niña que siempre luchó por alcanzar sus metas y nunca se dio por vencida para alcanzar sus metas.
“Noelia siempre fue una niña muy organizada. Siempre me causó admiración que desde temprana edad mostraba una gran determinación por conseguir los logros que se había propuesto alcanzar. Yo guardé una boleta de inscripción del 2011, porque sabía que ella iba ser capaz de lograr todo aquello que quería por su determinación y esfuerzo”, indicó Solís.
El educador recordó que no importaba si era en campo traviesa o eventos de resistencia en pista, ella siempre se imponía.
“Ella resaltaba en todo. Siempre competía y era muy buena en lo que se metía. Además era muy noble. Tiene la misma sonrisa de niña y no ha cambiado su forma de ser. Nos sentimos orgullosos de ellas”, agregó Solís.
Para el docente la entrega y el esfuerzo de su madre, Dixiana Mena, fue fundamental para que sus hijas lograran ser atletas de alto rendimiento, pues desde un principio siempre luchó contra los obstáculos.
“Mis respetos para doña Dixiana. Cuando la conocí, ella me contó que empezó empíricamente para ayudar a sus hijas y poco a poco se especializó. Logró superar todos los obstáculos para que sus hijas progresaran como deportistas y cuando me nombraron Promotor Deportivo del cantón traté de ayudarle en todo lo que pude, porque incluso a Noelia la dejaron sin competir en una prueba por descuido de las personas que estaban a cargo de la inscripción y ella luchó para que Noelia pudiera competir”. recordó Solís.