El atleta keniano Kelvin Kiptum, quien falleció este domingo en un accidente de tráfico, había dejado atónico al mundo del atletismo al alcanzar el récord del mundo de maratón en Chicago el pasado mes de octubre.
Desconocido hace apenas dos años, Kiptum (1,78 m, 59 kg), realizó una irrupción meteórica en el maratón al lograr en su tercer intento el récord del mundo, en 2 horas y 35 segundos en la ciudad estadounidense, superando la marca de toda una leyenda del atletismo como su compatriota Eliud Kipchoge.
La muerte de Kiptum a los 24 años, cuando la gloria olímpica le abría las puertas este año, ha sumido en el pesar al mundo del atletismo.
Kiptum había avisado de que intentaría ser el primer hombre en correr un maratón oficial en menos de dos horas en Róterdam, el 14 de abril.
Él era también el inmenso favorito para los Juegos Olímpicos de París (26 julio-11 agosto).
El pasado mes de octubre, el joven keniano voló sobre el asfalto de Chicago, menos de un año después de su primera experiencia en la distancia en Valencia (España, 2h01:53 en diciembre 2022).
Una trayectoria que se cierra sin haberle visto competir en la misma carrera que el corredor más grande de la historia, Eliud Kipchoge.
A diferencia de Kiptum, Kipchoge, de 39 años, doble campeón del mundo y antiguo plusmarquisa del mundo, forjó su leyenda etapa tras etapa, primero en pista hasta sus 27 años. Aspira a un tercer título olímpico en París.
“Correr, comer, dormir”
Kiptum entrenaba cerca de su ciudad de origen, Chepkorio (oeste), a unos 40 kilómetros de Eldoret, epicentro del fondo keniano.
Estaba dirigido por el ruandés Gervais Hakizimana, corredor que conoció a Kiptum durante sus estancias de entrenamiento en Kenia, que también murió en el accidente de este domingo. Una tercera ocupante, fue hospitalizada con heridas.
“Cuando hacíamos sesiones en el bosque cerca de su casa era pequeño pero nos seguía, con los pies desnudos, después de haber guardado a las cabras y a los corderos. Era en 2013″, contó Gervais Hakizimana a la AFP en octubre.
Kiptum comenzó a correr con regularidad en 2016. En 2019, había encadenado dos semimaratones muy rápidos en dos semanas (60:48 en Copenhague y 59:53 en Belfort, Francia), cuando Hakizimana le propuso entrenarle para el maratón.
Trabajador incansable, Kiptum corría a menudo más de 250 kilómetros a la semana, y aveces más de 300, cifras poco habituales incluso al alto nivel, aseguró su entrenador.
“Lo único que hace es correr, comer y dormir”, añadía el técnico.
La prematura muerte de Kiptum recuerda a la de otro gran maratonista de Kenia, Samuel Wanjiru, que perdió la vida también con 24 años.
Wanjiru, campeón olímpico en 2008 en Pekín, encontró la muerte en 2011 al caerse de un balcón.