Las contagiosas carcajadas de Katie Hennessy contrastan con la seriedad de una madre al dejar todo por ser la compañera inseparable de su hija, la surfista costarricense Brisa Hennessy, en su aventura surcando olas por el mundo.
De profesión chef, oriunda de Hawái, hija de japoneses, Katherine Malia Hennessy comparte la aventura de viajar junto a Brisa durante ocho meses al año, en los últimos cinco años, por las playas más exuberantes y exóticas del planeta, en busca de los oleajes más desafiantes.
Ella es su consejera, confidente y motivadora. También es su cocinera y, sobre todo, la madre que le brinda estabilidad emocional en cada una de las 10 fechas del Tour Mundial, el torneo profesional de surf más importante del mundo, donde Brisa Hennessy se ubicó en el cuarto puesto en la última final del Tour disputada en California, Estados Unidos, el pasado 6 de setiembre.
Desde las olas de Oahu, Hawái, pasando por Portugal, Margaret River en Australia, Punta Roca en El Salvador, Río de Janeiro en Brasil, Tahití, Fiji y California, el mundo de la madre y su única hija se ha vuelto una forma de vida marcada por los vuelos de avión.
“Es increíble que yo tenga esta oportunidad de hacerlo (viajar) con mi hija y que ella quiera que lo haga. Con Brisa vamos aprendiendo porque nuestro hogar está en un avión. Con una maleta de 50 libras, viajamos durante ocho meses alrededor del mundo”, declaró Katie Hennessy.
Katie confiesa que a sus 53 años vive una aventura única, aunque no sencilla, ya que entre los viajes está el exigente torneo, los entrenamientos, las presentaciones oficiales y la presión de ser competitiva y mantenerse en el máximo circuito año tras año.
“Sin duda es bonito, pero también muy agotador. Es una experiencia única y un honor acompañarla. Entre viaje y viaje trato de inculcarle que, más allá de las competencias, debe disfrutar de cada país, de la gente, de la cultura y la comida. Es cierto que necesita ganar y tener buenos resultados, pero también debe ser feliz y mantener su alegría, porque los resultados son importantes, pero su salud lo es aún más”, dijo Hennessy.
Pasar horas interminables a bordo de un avión, cruzando el océano Pacífico o el Atlántico, hace reflexionar a Katie sobre lo afortunada que es por vivir todas esas aventuras con su hija, aunque también extraña no poder cocinar tanto como quisiera, pues como chef profesional, la cocina es su pasión.
el platillo que más le gusta hacer es el sushi, que incluso enseñó a prepararlo a las personas que vivían en Matapalo
“Cada vez que llegamos a un lugar trato de cocinar, porque me encanta. A Brisa también le gusta cocinar, en especial el gallo pinto. Desde niña siempre le gustó el gallo pinto, el plátano maduro y el sushi, eran sus comidas preferidas. Cuando estamos en otros países tratamos de prepararlos, pero es más complicado por el tiempo y las competencias”, añadió Hennessy.
Katie Hennessy y su sueño compartido
Debido a los constantes viajes, el avión se ha convertido en hogar para Katie y Brisa, por lo que tratan de no pensar ni temer a la hora de abordarlo.
“No podemos pensar en que algo puede suceder. Pasamos mucho tiempo en aeropuertos y durante los viajes a veces la turbulencia nos provoca temor, pero es parte de nuestra vida y de lo que debemos superar. Esta es nuestra vida, la que nos da mucha alegría. Es un sueño compartirla”, aseguró Hennessy.
Al preguntarle por su lugar favorito en sus constantes viajes, Katie confiesa que sin duda Margaret River en Australia es su predilecto, por el ambiente que las rodea.
“No es tanto por las olas, sino por la energía del lugar. La naturaleza es diferente. Es súper lindo y la verdad disfrutamos mucho estar allí. Sin embargo, nuestro momento más feliz es cuando volvemos a Matapalo; ese es nuestro hogar entre todos los lugares del planeta”, resaltó Hennessy.
La mamá viajera, de 52 años, aún no sabe hasta cuándo llevará esta vida junto a su hija; todo dependerá de la decisión que tome Brisa y su equipo de trabajo. Por ahora, ya tiene lista su maleta para continuar con la travesía en el 2025.
“Brisa debe encontrar a esa persona que le dé confianza, con la cual pueda relajarse. Su equipo de trabajo debe ser su familia, y por eso debe tomar una decisión. Mientras tanto, yo la acompañaré hasta que ella quiera, porque le deseamos lo mejor”, enfatizó Hennessy.
Al tiempo, Mike Hennessy, padre de Brisa, se las ingenia para reunirse con su esposa e hija en Hawái, Australia, Fiji y Tahití, donde comparte con ellas, las alienta y, con su sentido del humor, las saca de la rutina, arrancándoles sonrisas en medio de la presión de las competencias.
“Bailamos muy bien esta vida que llevamos juntos. Mike dice que yo tengo mucha paciencia, y por eso soy la mejor persona para acompañar a Brisa. Ya veremos hasta cuándo. De momento, disfrutamos esta etapa y le deseamos lo mejor en el Tour”, concluyó Katie.