
—¿Cómo vivió el pase a semifinales?
—Lo que vivimos hoy ha sido algo que ya hemos enfrentado muchas veces. Nosotros, como cuerpo técnico, venimos remando desde atrás. Los muchachos mostraron un gran compromiso; el nivel de concentración fue muy alto. Estamos muy contentos, felices, pero también con mesura.
Visualizábamos que sería complejo clasificar, pero teníamos confianza. Agradecemos a toda la afición, porque cuando uno es jugador no dimensiona algunas cosas y a veces se vuelve egoísta. Ver a esta gente que viene tan tarde a apoyarnos… eso hay que valorarlo. Lo mínimo que podíamos hacer era luchar hasta el final. Como dice Soto Molina (Jafet): “A pesar de... Estamos metidos ahí”.
—¿Qué significa enfrentar a Herediano y a Jafet Soto en semifinales?
—Lejos de hablar y personalizar esto, Herediano es el campeón, el primer lugar, y claramente es el favorito para ganar el título. Nada... Lo conozco, nos conocemos, fuimos compañeros desde la U-17. Sabemos lo que representa Herediano. Ahora toca recuperar al grupo y planificar.
—¿Tenía mucha presión por clasificar?
—Yo nunca le he tenido miedo al fracaso. Nunca me he sentido cómodo en la zona de confort, y por eso he crecido como persona y profesional. Entiendo la presión que conlleva Saprissa; si no hubiéramos clasificado, había que hacer una evaluación... que igual vamos a hacer.
Si he estado en el alto rendimiento es por algo. Cuando uno cae, debe levantarse, aprender, crecer y seguir luchando. Miedo no tenía.