
La Selección de Costa Rica se juega demasiado contra Honduras, primeramente, y luego frente a Nicaragua. En esta fecha, el equipo patrio podría retomar el camino hacia la Copa del Mundo 2026; no obstante, también podría ver cómo el panorama se complica cada día más y millones de dólares se escapan, junto con ilusiones deportivas y hasta de los aficionados.
Si Costa Rica no va al Mundial de 2026, perdería un jugoso premio que otorga la FIFA por participar en el torneo, el cual sirve para continuar impulsando el fútbol a nivel local. Por ejemplo, para Catar 2022, la Federación Costarricense de Fútbol recibió 9 millones de dólares, los cuales fueron repartidos entre todas las asociaciones que están dentro del organigrama federativo. Además, se destinó una partida para infraestructura de 1.500.000 dólares.
De este monto, todos se benefician, ya que de esos 9 millones, la Unafut recibió poco más de 3 millones, los cuales fueron distribuidos entre los 12 clubes de la máxima categoría.
“Yo considero que es trascendental para Costa Rica y para los equipos de primera y segunda división ir al Mundial, porque hay fondos que los clubes aprovechan para el desarrollo. Nosotros los hemos utilizado para infraestructura; por ejemplo, la cancha de Pérez es en gran parte gracias a eso”, reveló Juan Luis Artavia, presidente generaleño.
Artavia fue más allá y confesó que, en muchas ocasiones, el dinero del premio del Mundial también es utilizado para reforzarse con futbolistas de primera categoría.
Las demás ligas también ponen la mano: Segunda División, Femenino, Aficionado, Playa y Sala también se benefician con un porcentaje del dinero, que sería imposible recaudar por otras vías.
Volviendo al tema deportivo, es claro que un Mundial permite a los jugadores mostrarse y a los clubes pensar en mayores ingresos gracias a la exposición del talento. Luego de Catar 2022, Anthony Contreras salió del Herediano al fútbol de Letonia; también Álvaro Zamora llegó al balompié internacional y dejó el Saprissa. Solo recordar Brasil 2014 es un ejemplo claro: Keylor Navas al Real Madrid, Giancarlo González al Palermo de Italia, Joel Campbell regresó al Arsenal inglés, Cristian Gamboa al West Bromwich de Inglaterra, mientras que Yeltsin Tejeda pasó al Evian de Francia.
El agente de jugadores Kurt Morsink indicó a ESPN, en junio pasado, cómo un Mundial puede convertirse en vitrina.
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“Manfred en Rusia subió su nivel y pudo mantenerlo. Para nadie es un secreto que él quiere dar un salto, pero lo importante es que dé un paso correcto. Estamos a un año del Mundial; lo importante es que, si llega algo, tenga protagonismo”, resaltó.
Sin duda, nombres como los de Ugalde, Josimar Alcócer, Alonso Martínez, Orlando Galo, Alexis Gamboa y Kenay Myrie son los que se perfilan para aprovechar una posible participación en una cita mundialista, gracias a su rendimiento, edad y condiciones.
En este caso, el jugador pasa a mejorar sus condiciones y los equipos costarricenses se benefician a través del dinero de préstamos y traspasos directos.
Incluso, en muchos casos negocian porcentajes de ventas futuras, por lo cual los réditos se siguen percibiendo años después.
Tampoco es un secreto el impacto social y emocional que genera estar en una Copa del Mundo. Cuando Costa Rica logró llegar a los cuartos de final en Brasil 2014, también lideró el Índice Planeta Feliz (Happy Planet Index).
Si a la Selección le va bien, la economía se reactiva, porque la gente se reúne en todo tipo de lugares a ver los partidos.
De hecho, el Banco Central de Costa Rica, en su Índice Mensual de la Actividad Económica para julio del 2024 destacó el crecimiento que se dio por la participación en el mundial de ese año.
“La actividad comercial presento un crecimiento interanual de 4,5% y una tasa media anual de 4,3% en los primeros siete meses del año, ambas tasas superiores a lo observado en el 2013. En julio, el 70% de los grupos de comercio presentaron aportes positivos, destacando la mayor comercialización de productos de plásticos (originado en el comportamiento positivo de las actividades asociadas a la construcción), aparatos eléctricos y del hogar (mejor estrategias de mercadeo que sumo al impulso positivo de la parte final del campeonato mundial de fútbol)”, se lee en el documento.
“El fútbol es una válvula de escape. Cada vez que Costa Rica pelea por un Mundial, el colectivo como país se une. El fútbol produce un anclaje emocional en el tico. Ahora que la economía está cuesta arriba, que la seguridad está por los suelos, clasificar a un Mundial de fútbol es un respiro emocional”, declaró Byron Castro, experto en coaching y psicología deportiva.
Castro agregó que hay una unión importante entre los costarricenses, sin importar las situaciones económicas u otras diferencias.
“Un gol dura un segundo, pero el recuerdo del gol trasciende en el tiempo. Vea Italia 90, donde todavía se habla de los goles de Hernán Medford y de Juan Cayasso. Entonces, el alma del tico se renueva con pequeños momentos de felicidad. Además, se desarrolla el sentido de pertenencia”, finalizó.
También hay que tomar en cuenta los miles de costarricenses que están planeando ir al Mundial; si la Selección no clasifica, la experiencia no será igual, además de que es más difícil conseguir entradas para los aficionados de países no participantes.
La Selección de Costa Rica se juega más que el prestigio deportivo: ir o no al Mundial implicará millones en juego, “felicidad” para el país y mejores oportunidades de futuro para los futbolistas nacionales.