
Aunque hoy se ríe a carcajadas, el defensor del Club Sport Herediano, Darril Araya Samuels, no oculta que solía enojarse con su madre por hacerlo pasar vergüenzas frente a sus amigos, en su natal Estrada de Matina, Limón.
Cada vez que Darril se desaparecía de su casa, doña Reina Samuels no lo pensaba dos veces y salía a buscarlo. No dudaba en “pegarle el color” a su hijo para que la obedeciera y dejara de andar perdiendo el tiempo en la calle, o evitara ser tentado por algún vicio.
Aquellas regañadas, llamados de atención y jalones de orejas surtieron efecto. Hoy, Darril es bicampeón con el Herediano y fue titular en el partido de la Recopa ante Alajuelense (0-1), lo que sugiere que podría ser estelar en el Torneo Apertura 2025, si las lesiones se lo permiten y no frustran su anhelo, como ocurrió en campañas anteriores.
El conjunto bicampeón nacional iniciará la defensa del título este jueves 24 de julio, cuando se enfrente a Guadalupe FC en el estadio Colleya Fonseca, a partir de las 8 p. m.
En las semifinales y finales del Apertura 2024 y Clausura 2025, el limonense contó con la confianza del entonces técnico Jafet Soto. Fue figura en el primer título, anotando dos goles ante La Liga en semifinales, y en el segundo cetro, aportó solidez en defensa y desequilibrio por la banda izquierda.
“Para nadie es un secreto que es difícil salir de allá (Limón). Tengo que agradecerle a mi mamá, que siempre me inculcó los valores que tengo. Siempre fue la que me jaló, la que me iba a buscar donde estuviera. Por eso le doy las gracias a ella y a todas las personas que me aconsejaron”, recordó Araya en declaraciones a La Nación.
Darril, Araya, el hijo de la mamá futbolista
El joven lateral de 24 años, quien debutó en la máxima categoría con Limón FC y a los 20 años pasó a Guadalupe FC antes de firmar con el Team, aseguró que no ha sido fácil ganarse un lugar en el plantel. Hoy, más que nunca, valora los consejos de su madre.
“Ella llegaba y me decía: ‘Vámonos para la casa’. Lo hacía frente a mis amigos y me hacía pasar una vergüenza. Recuerdo que me iba a la casa enojado, pero ahora comprendo que era por mi bien, y le doy gracias a Dios. Era muy estricta, ¡imagínese que me iba a traer de la calle!”, comentó Araya durante el Media Day organizado por la Unafut.
Al ser el hijo menor, Darril recuerda que su madre lo tenía “a mecate corto”, pues no quería que tomara malos caminos. Además, le inculcó el amor por el fútbol, ya que en su juventud también fue futbolista.
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“Mi mamá jugó en la Primera División de mujeres hace muchos años, en un equipo de Limón. Aún tiene las fotos guardadas en casa. Jugaba de defensa y era ruda. Siempre me aconseja que, antes de que un delantero me supere, mejor lo patee”, afirmó Araya entre bromas.
Hoy, Darril comprende que todas aquellas regañadas eran por su bien, y por eso trata de ayudarla en todo lo que puede y ser un buen hijo.
“Es muy bonito. Es un impulso, una motivación, porque ella siempre está apoyándome. No hay nada más lindo que eso. Usted no sabe cuánto me ha apoyado y lo feliz que estaba cuando se puso la medalla por el bicampeonato. Estaba muy orgullosa”, manifestó.
A pesar de los buenos momentos, Darril Araya es consciente de que no es fácil mantenerse en la planilla del Herediano, pues hay mucha competencia y no puede descuidarse si desea seguir siendo titular en un equipo tan competitivo.
“Quiero seguir haciendo historia en el Herediano. Quiero jugar en el nuevo estadio, porque está quedando demasiado hermoso. Sin duda, hay que romper esos 90 años y volver a ser tricampeones. Esa es la meta que nos hemos trazado. Quiero ser titular, y soy consciente de que en el Herediano, el que se relaja no juega”, concluyó Araya.