“Cuando yo inicié, éramos un montón de jóvenes a los que nos faltaba madurez y entender el verdadero sentido de una barra. Ahora, si usted ve la gradería sur, ve adultos, niños, adultos mayores, porque van los primeros barristas, pero con sus esposas, hijos y hasta los suegros”. Así describió Marco Sánchez, líder de la Ultra de Saprissa, a este grupo organizado.
La barra del Saprissa cumplió el 21 de abril 30 años de existencia, aunque hace cinco estuvo al borde de desaparecer. No obstante, se sostuvo y hoy vive con el compromiso de demostrar que puede rendir como grupo organizado de apoyo mostrando buen comportamiento.
En la actualidad, los integrantes de la gradería sur del Ricardo Saprissa tienen una población de alrededor de 2.000 personas, divididas en 20 grupos representativos de barrios de todo el país. No obstante, a diferencia del pasado, en la actualidad la barra tiene mucha presencia familiar, una situación que en su momento parecía imposible.
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“Al principio fue muy complicado porque se copió lo malo de las barras, la parte de los enfrentamientos, la violencia. Entonces, los primeros 20 años fueron muy complejos. Se dio una división a lo interno porque los grupos buscaban imponerse, pero por medio del camino incorrecto. De esta forma, yo preferí retirarme. Ante esto, pasó lo que temía y Saprissa vetó a la barra, pero hace dos años me buscaron para reactivarla”, describió Sánchez.
Ante un posible regreso, el líder por dos décadas puso sus condiciones: “Ya no era el joven de antes y yo siempre creí que la línea de la Ultra debía ser ir a apoyar, organizar actividades, dar esa milla extra al equipo, convivir, pero luego ya retirarse cada uno a su casa en tranquilidad... Eso no se estaba haciendo, entonces yo pedí que se hiciera”, acotó.
De esta forma, la Ultra pasó de tener un promedio de edad entre los 15 y 25 años a los 30 y 40 años. Además, empezó a verse un grupo no solamente de hombres, sino también de mujeres, niños y hasta adultos mayores.
“Pasó un fenómeno muy curioso, y es que todos aquellos que estuvimos en el inicio empezamos a tener familia, entonces vinieron las esposas, los hijos y hasta los suegros. Acá nos topamos familias enteras, lo cual permite tener un grupo mucho más maduro y en el que el control sea más sencillo”, profundizó.
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Parecen haber quedaron las épocas de enfrentamientos con otras organizaciones como ‘La 12′ y ‘La Garra’, también las peleas por camisas y los destrozos cuando la barra se acercaba a zonas rurales como Puntarenas o Guanacaste.
“Hay que entender que hay reglas y el club las tiene muy claras. Hay que entender que el riesgo de problema es mínimo. Ya nosotros nos desmarcamos. No perdemos la responsabilidad alrededor del estadio. Tenemos mucho contacto con dirigencia de otros equipos, todos los partidos los coordinamos con seguridad, dirigencia de equipos visitantes, y de esta forma es que hemos podido conseguir tener presencia otra vez”, contó.
Sánchez recordó que organizó, para el último partido contra Puntarenas, una visita de 1.000 personas, quienes salieron a San José con entrada en mano y también se mantuvieron con un comportamiento adecuado.
“Yo siempre pensé en darle ese matiz familiar a la barra y quitarle ese estigma de que todos los que llegaban eran delincuentes. Por ejemplo, yo saqué mi universidad, tengo una hija de 20 años y estoy en la barra”, expuso.
En un momento se pensó en llenar la gradería sur de butacas y eliminar por completo a la Ultra, pero eso no prosperó.
“Hemos estado en diferentes pruebas para retomar la confianza del club. Ahora, el domingo pudimos ir a un segundo entrenamiento previo a un partido importante y estuvimos en la gradería sur en un banderazo en el estadio. Los jugadores llegaron y nosotros estábamos ahí. Esto es algo común en Argentina y que nos gustaría hacer costumbre acá”, dijo.
La relación con Saprissa mejoró tanto que la Ultra hace un campeonato interno, el cual tiene su sede en el centro de entrenamiento Beto Fernández y algunos juegos en el Ricardo Saprissa.
El crecimiento de la Ultra fue tan marcado que la peña de Estados Unidos está pronta a inaugurarse, esto con personas que viven en Miami y que tendrán como misión apoyar al cuadro morado cuando juegue en la Copa de Campeones de la Concacaf.
Ahora, en el mes de junio y con motivo de los 30 años de fundación de la Ultra, la barra tendrá la visita de integrantes de la barra de la Universidad Católica de Chile, esto para compartir con la organización que sirvió como modelo.
Según Sánchez, la Ultra tiene elementos muy positivos, como las campañas sociales que desarrolla todos los años para la niñez en riesgo, como la recolección de dinero para la Teletón y la Fiesta Morada, en la que se benefician pequeños de condición social compleja.
“Fuimos la primera barra organizada de Concacaf. Ya después vinieron otras, eso es historia. Ahora, las cosas que no quisiéramos volver a tener es la violencia, eliminar eso, porque los problemas que tenemos a nivel nacional son suficientes para que el fútbol nos lleve a esto”, mencionó.
“Uno habla con hechos, nos hemos demostrado que el aliento de la barra es importante. Hay gente buena y mala, o gente no alineada, pero el grupo se puede manejar. El camino es solo uno: tenemos que ir todos en una misma línea y es en la línea de apoyar, meter, pero hasta ahí”, finalizó Sánchez.
