Llegó el minuto 90 y una silbatina fuertísima ensordeció a todos los que estaban en el INS Estadio. Josimar Alcócer se tiró al césped y lloraba como el niño al que le quitan su juguete nuevo, Haxzell Quirós no podía ni caminar, mientras que Keylor Navas miraba hacia el cielo, también hacia el césped y caminaba por toda la media cancha. Costa Rica empató 0 a 0 contra Honduras y la Copa del Mundo 2026 se alejó tanto que la Sele no irá.
En la cancha, los jugadores caminaban desconsolados, mientras en las graderías la gente furiosa gritó contra todo lo que estuviera al frente: desde los dirigentes de la Federación hasta Miguel Herrera salieron señalados; pero también los jugadores. El que más silbidos se llevó fue Francisco Calvo, quien mientras escuchaba cómo la gente se metía con él decía en Repretel: “Ahí están mis estadísticas, yo siempre he venido a la Selección”.
“Queremos al Chino Li”, se escuchó. Ante esto, el presidente de la Fedefútbol, Osael Maroto, miró fijamente desde los palcos del Nacional a la gradería, observó por unos segundos la frustración del aficionado y seguidamente decidió dejar la zona de exposición pública.
En la cancha, Keylor Navas continuó caminando hasta que se topó de frente con un Kendall Waston totalmente destrozado. El gigante parecía un bebé que ni siquiera podía hablar, solamente sollozar. En ese momento, Navas se fundió en un abrazo con Langui y cuando menos lo esperaban llegó un hombre que estaba totalmente caído emocionalmente: Celso Borges.
El jugador con más partidos de la Selección de Costa Rica en su historia tampoco podía hablar y cuando se abrazó con Kendall y Navas encontró un par de hombros que lo sostuvieron en el momento en que se quebró por completo.
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“Fue un momento de agradecimiento porque nos tocó estar en algunas muy buenas, pero también en estas tan malas, pero es que son mis hermanos de mil batallas y es como aceptar y agradecer estar ahí siempre”, puntualizó Borges a la prensa.
En medio del llanto, también hubo otros que prefirieron digerir con enojo. Manfred Ugalde, una de las figuras de Costa Rica, en la eliminatoria salió a levantar a sus compañeros con el pitazo final; en vez de caer rendido sirvió de apoyo para figuras como Alcócer, Warren Madrigal, entre otros.
La afición, como monstruo de mil cabezas, rodeó la zona cercana a la conferencia de prensa de Miguel Herrera y empezó a gritar: ‘Fuera Piojo". Esto provocó que se reforzara la seguridad, pero de esto no pasó.
Cuando los jugadores, después de 10 minutos de estar en la gramilla, decidieron ir a los camerinos los únicos aplaudidos fueron Kendall Waston y Keylor Navas, por parte de la gente. Todos los demás silbados, a nadie perdonaron.
Ya luego en la zona mixta, Orlando Galo seguía con voz entrecortada, Kendall Waston y Celso Borges no paraban de llorar y Costa Rica entera estaba en tristeza. Nadie quería saber nada del fútbol, pero los abrazos no faltaron. En el camerino, Keylor, Celso y Kendall volvieron a despedirse, se miraron y sin decir mucha palabra entendieron que llegó el punto final de un ciclo. La luz se apagó, ya sin Miguel Herrera en el camerino y con ellos tres digiriendo un cierre que imaginaban en 2026, en una Copa del Mundo que no se jugará.
