
El Municipal Turrialba, equipo que afronta un proceso por presunto intento de amaño de un juego contra Cariari la temporada pasada en la Liga de Ascenso, también debe responder a tres demandas laborales, las cuales podrían afectar la liquidez del club.
Los jugadores Michael Barrantes y Bryan Cordero, precisamente dos de los que activaron la alerta Red Button para denunciar los hechos del supuesto amaño, tienen abiertos varios procesos contra el club azucarero, ya que consideran que sus derechos laborales fueron violentados, sobre todo después de denunciar el presunto amaño.
Michael Barrantes sostiene que firmó por un año con Turrialba y que el único pago que recibió de su contrato fue de 50.000 colones.
“Yo firmé por un año en enero y solo me pagaron un mes, y no completo. El presidente del club, Rolando (Pereira), me dijo que en cualquier momento me pagaba lo que me adeudaba, pero no volvió a aparecer”, dio a conocer a La Nación.
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Barrantes recuerda que, luego del duelo contra Cariari —en el cual, según una investigación de la Oficialía de Integridad de la FIFA en Costa Rica, se dio un ofrecimiento a ocho jugadores para que perdieran ese partido por un marcador determinado—, recibió un mensaje de un funcionario turrialbeño pidiéndole que no volviera a entrenar.
“Ellos nos pusieron un mensaje para que no llegáramos a entrenar. Yo les escribía y nunca respondían... Hoy, lo único que sé es que soy un jugador libre de firmar con quien quiera, pero del pago no sé nada”, enfatizó.
La Nación consultó a Rolando Pereira, presidente turrialbeño. El jerarca explicó que es consciente de la responsabilidad de saldar la deuda, pero, ante la difícil situación económica del plantel, pide paciencia.
Pereira aclaró que depositó 100.000 colones a Barrantes y que lo que se le adeuda corresponde hasta el mes de abril, no un año completo, como él indica.
El caso de Bryan Cordero involucra dos contratos que deben saldarse: uno de hace tres años, cuando otra administración quedó debiéndole dinero, y uno nuevo, que según el presidente es por un año, aunque el jugador asegura que es por un año y medio.
“A nosotros nos dejaron de pagar porque hablamos de lo que todo el mundo ya sabe (amaño). Fue por eso, porque no tenían otra razón para incumplir. Yo siempre fui responsable con mi trabajo, me presentaba a entrenar... Nos quitaron después de lo que sucedió”, enfatizó Cordero.
Las demandas de los jugadores turrialbeños se encuentran en la Cámara de Disputas de la Federación Costarricense de Fútbol.
La versión tanto de Cordero como de Barrantes es rechazada por el jerarca turrialbeño, quien aclaró que a Barrantes se le apartó por un tema físico, mientras que con Cordero se tomó la decisión por “cosas extrañas”. Al preguntársele a qué se refería, únicamente indicó que en su momento podrá ampliar sobre el tema.
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“Nosotros tenemos que pagarles, pero necesitamos que salga una resolución favorable en lo del amaño para poder firmar con dos patrocinadores que tienen mucho interés, y así poder recuperar nuestra liquidez. Tanto Cordero como Barrantes van a tener sus liquidaciones, pero hay que entender la situación del club”, finalizó.
Por otra parte, el proceso contra Turrialba por presunto amaño se encuentra en el Comité Disciplinario de la Federación, entidad que tiene tanto el informe de la Oficialía como el descargo del club, y se está a la espera de la resolución final del proceso.