
Keyner Brown fue el alma de Herediano ante Alajuelense, en un partido donde el trabajo defensivo del Team no admitía margen de error. El planteamiento rojiamarillo consistió en resistir al adversario para llegar con un resultado cómodo al partido de vuelta, que se disputará el próximo miércoles a las 8 p. m.
Brown tuvo la misión de controlar a Jeison Lucumí, un delantero erizo incómodo, rápido y potente. Además, cerró espacios clave cuando la Liga intentó romper el cerrojo por los ‘callejones’ del área.
En números, Keyner cortó más de ocho balones, ganó seis duelos aéreos y se impuso en cuatro mano a mano. Fue el bastión de una defensa que supo resistir los embates liguistas.
El defensor y capitán del Herediano calificó como positivo el resultado del juego de ida de la Gran Final.
“Fue un partido difícil, complicado. La Liga viene haciendo bien las cosas y sabíamos que sería exigente. Esta es una serie de 180 minutos y ahora queda un juego. Debemos pensar bien, descansar y prepararnos para el miércoles”, comentó.
Brown también destacó el ambiente vivido en el Estadio Nacional.
“Fue un bonito ambiente, la afición se hizo presente, como era de esperarse. Nosotros cumplimos con lo que nos tocaba. La serie está abierta. En la vuelta queremos salir un poco más, pero ya le tocará a Jafet planear ese partido”, finalizó.
Keyner Brown brilló como líder defensivo en la ida, y ahora buscará sentenciar la serie en casa, con su gente y en un escenario que el equipo domina: el estadio Carlos Alvarado de Santa Bárbara.