
Fernán Faerron, seleccionado nacional de Costa Rica y exjugador del Vorskla Poltava de Ucrania, habló con La Nación desde Polonia, donde ya se encuentra a salvo luego de haber abandonado de emergencia la ciudad de Poltava tras vivir de cerca el horror de la guerra.
El defensor costarricense explicó que su experiencia en territorio ucraniano había sido positiva hasta este martes, cuando Rusia lanzó una serie de ataques sobre varias ciudades, incluida aquella en la que vivía junto con su esposa, Laura Ortega, y su bebé, Elissa.
“Cayeron 10 bombas, a menos de 3 kilómetros de nuestro apartamento. Fue todo muy repentino, y la verdad, ni siquiera lo pensamos; simplemente dijimos que teníamos que irnos. Es muy incierto lo que va a suceder. Se sabe que Zelensky (presidente de Ucrania) no está del todo de acuerdo con la negociación hecha por Donald Trump (presidente de Estados Unidos)... Así que la presión por parte de Putin (presidente de Rusia) puede empeorar”, explicó.
El miércoles a primera hora, Fernán y Laura comenzaron la búsqueda de una salida segura del país. En la ciudad no había vuelos disponibles, por lo que la única opción era por vía terrestre.
“Por suerte logramos conseguir transporte en carro que nos llevó de Poltava a Cracovia, en Polonia, que era la opción más segura”, relató.
El trayecto, según las aplicaciones de GPS, dura aproximadamente 15 horas y cubre una distancia cercana a los 1.204 kilómetros.
Faerron confirmó que él, su esposa y su hija están bien y ya en una zona segura, luego de varios días muy angustiantes, marcados por el temor ante los estruendos que sacudían la ciudad.
En cuanto a su situación deportiva, el zaguero comentó que su contrato incluía una cláusula que le permitía abandonar el club en caso de sentirse inseguro.
“Se finiquitó por mutuo acuerdo. Cuando llegue al país me uniré a los entrenamientos de Herediano. Estamos fuera de peligro, que es lo más importante”, recalcó.
Fernán añadió que cuando se le presentó la oportunidad de ir a Ucrania, lo vio como una posibilidad de crecimiento profesional.
“Fue una decisión que tomé junto a mi esposa, en familia. Se intentó, le teníamos mucha fe, pero no era lo que me tocaba. Ahora solo queda seguir adelante. Tenemos salud y estamos bien, las cosas se acomodarán”, concluyó.