José Andrés Salvatierra festejó el título de forma muy eufórica con Agustín Lleida y con Andrés Carevic. Fotografía: José Cordero (Jose Cordero)
José Andrés Salvatierra lleva toda su carrera en Liga Deportiva Alajuelense y el peso de los años tiene una repercusión directa entre la justicia y las injusticias.
El campeón nacional oficializó este miércoles la renovación del lateral derecho por un año. De inmediato, muchos aficionados se mostraron disconformes y hasta algunos se dejaron decir que era el premio por el centro que hizo el 20 de diciembre.
Fue un pase preciso que lanzó el carrilero para que Jonathan Moya anotara de cabeza, un gol con el que los rojinegros terminaban de asegurar la copa 30, un cetro por el que Alajuelense esperó siete años.
Ahí se refleja una injusticia, porque la renovación de Salvatierra no se dio por ese centro.
De hecho, sentarse a negociar para dejarlo en el equipo era una decisión consensuada entre la gerencia deportiva y el cuerpo técnico desde que faltaba poco más de un mes para que se acabara el torneo, solo que ni siquiera el jugador lo sabía.
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(Alajuelense)
Hay varios ejemplos de que las decisiones que se toman en la Liga hoy se basan en el análisis, en las estadísticas, en evaluaciones muy rigurosas y que responden a lo que Agustín Lleida considera qué es lo mejor en lo deportivo para el equipo.
Con él, el poder de las redes sociales perdió fuerza y las decisiones que implican resistencia de algunos, o que pudieran catalogarse como impopulares, las toma sin temor.
El caso de Salvatierra es curioso. Con todos los entrenadores siempre ha jugado y no hay uno solo que se queje de él.
Muchos pensaban que cuando la Liga compró la ficha de Ian Smith, de inmediato empezaría a jugar. Y no fue así. El lateral derecho titular de Alajuelense es Salvatierra.
Su condición física es de las mejores en el equipo y el cuerpo técnico siempre habla bien de él.
Hubo un momento en el que le tocó ser el capitán del equipo.
Aunque es callado y muy metido en lo suyo, cambia su estilo cuando lo cree necesario. Y si considera que necesita jalarle el aire a algún compañero por una situación particular para que reaccione, lo hace.
Que se equivocó en el pasado, sí. Y eso es justamente lo que le desarrolló esa característica muy marcada que tiene, de intentar dar siempre un poco más y levantarse después de los errores, o de los golpes.
Él es el único sobreviviente en la planilla de aquel equipo que había sido campeón en el Invierno 2013 y por todo lo que pasó en estos siete años, lo que sufrió en la sequía, la impotencia y la persistencia con la que afrontó lesiones serias y el tener que lidiar con ser señalado como el último de las ‘vacas sagradas’, ese nuevo título lo sintió como una de las mejores vivencias que le ha dado el fútbol.
La Liga quería al hombre que sumó 1.078 minutos en el Apertura 2020 y él también estaba dispuesto a seguir.
Se firmó el contrato por todo el 2021 y Salvatierra continúa en el equipo de sus amores a como está acostumbrado, entre la justicia y las injusticias.