Lo que se vio y no se vio de Alajuelense en medio de la frustración y el grafiti en el Morera Soto

Se acabó el partido y Alajuelense fracasó en su intento de ser campeón. Carlos Mora fue el primero en ingresar al camerino de visitante en el Estadio Ricardo Saprissa.

El extremo iba furioso, sin entender cómo se desvaneció así el sueño rojinegro. La misma frustración la reflejaba un enfadado Andrés Carevic.

Los jugadores iban ingresando al vestuario y entre los más enojados estaban Alexis Gamboa y Giancarlo González. Los dos defensores le lanzaron un puñetazo a la puerta, donde se encontraba el utilero Wálter Rodríguez.

Josimar Alcócer iba desconsolado. El futbolista de 18 años lloraba como un niño, invadido por la impotencia; al tiempo que Alex López trataba de consolar a un afligido Aarón Suárez, quien horas antes había vivido un momento muy emotivo, con su papá, Mauricio Suárez.

El progenitor del 10 de la Liga fue a esperarlo al hotel de concentración y cuando Aarón salió, lo alzó y fue él mismo quien lo metió así al bus de la Liga, mientras le decía muchas cosas con sentimiento.

Unos directivos se mantenían en las afueras del camerino de los jugadores; pero el presidente del club, Joseph Joseph, optó por ver los minutos finales del partido aislado.

Él estaba sentado en el camerino del cuerpo técnico. Ahí tenía un poco más de privacidad para sufrir en esos minutos finales, en los que daba la impresión de que Alajuelense ya no tenía recursos para buscar un alargue que no llegó, a pesar del penal de Celso Borges.

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Se presentaron algunos incidentes, porque mientras los futbolistas de la Liga se dirigían hacia el camerino, por ese mismo sector, los oficiales de la seguridad privada sacaron a dos aficionados saprissistas.

También ocurrió una emergencia, con una joven que la sacaron en camilla, porque le faltaba el aire.

Desde el vestuario, se escuchaban algunos gritos de los futbolistas descargando su enfado, su frustración, su molestia, o su impotencia.

Pronto empezó la premiación. Alajuelense tenía que ir a recoger las medallas y el trofeo de subcampeones.

Quienes salieron a la cancha para cumplir el protocolo fueron los futbolistas Celso Borges, Johan Venegas, Alex López y Giancarlo González, cuatro de los seis capitanes del equipo. A ellos los acompañaron los directivos León Weinstok y Federico Calderón.

Les entregaron las medallas y fue algo muy rápido, en medio de silbidos y el estadio cantándoles: ‘Se van para Alajuela con el c... roto’.

González tuvo que regresar para que le entregaran el trofeo de subcampeón. Tanto él como Celso Borges fueron quienes emitieron algunas declaraciones. También lo hizo el directivo Federico Calderón.

Antes de irse, Pipo salió a atender a muy pocos medios de comunicación que aguardaban por reacciones de la Liga. La mayoría de la prensa estaba afuera, en la cancha, en el festejo morado bajo la lluvia.

Mientras Pipo brindaba sus impresiones, se acercó Kendall Waston y le dio un abrazo. Lo mismo ocurrió con David Guzmán. En ese instante, el liguista correspondió al abrazo y los felicitó.

Liga Deportiva Alajuelense duró muy poco en la Cueva’. De ellos, nadie quería estar ahí. Tanto los futbolistas como Andrés Carevic se marcharon rápido.

Al camerino de visita de los jugadores le pusieron candado y solo quedaban los directivos. Ellos permanecieron ahí bastante rato. Y se repitió la escena que se había dado entre los jugadores.

Muchos de ellos se acercaron al presidente morado Juan Carlos Rojas y lo felicitaron. Lo mismo pasó con el gerente general de los tibaseños, Gustavo Chinchilla.

Estos equipos, que para las instancias finales protagonizaron una serie de dimes y diretes fuera de cancha, recordaron que todo se resolvía en el campo de juego.

Y que ahí queda la rivalidad, porque en realidad, Alajuelense y Saprissa siempre han tenido una buena relación como los equipos grandes que son.

Los saprissistas llegaron a su estrella 38; mientras que la Liga se llevó otra dura decepción.

Horas después, en el Estadio Alejandro Morera Soto amaneció un grafiti alusivo a Johan Venegas, a quien muchos le achacan lo ocurrido en la Gran Final por esa acción que falló en el marco norte contra Saprissa.

Después de eso, los tibaseños encontraron los goles y se acabó la historia.

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