En el año 2007, José Francisco Porras, en ese momento guardameta titular de Saprissa, decidió que dos años después se retiraría del fútbol. El tiempo de colgar los guantes le llegó y Porras no sabía a qué se dedicaría ni cuál sería su siguiente paso.
Llegó a considerar la posibilidad de ser entrenador de arqueros, pero tras 14 años desde aquella decisión, Porras se convirtió en uno de los funcionarios más importantes de Saprissa.
Su labor es crucial para que al equipo no le falte nada. Siempre está con el grupo, ya sea en los partidos o en la mayoría de los entrenamientos. Se desplaza de un lado a otro, atento a que no falte ni un chaleco ni un balón para entrenar, o que todos tengan sus visas en regla para viajar, como sucedió recientemente cuando el equipo morado se desplazó a Honduras, y se les solicitó este requisito para ingresar al suelo catracho.
José Francisco cambió los guantes de portero por las labores administrativas. Contempló la idea de colaborar con Erick Lonis en el programa deportivo que tiene su excolega. Porras recordó que cuando el retiro estaba cerca, Lonis le ofreció que trabajara con él en el programa.
Antes de decir adiós, Víctor Badilla y Mariano Varela, quienes estaban en Saprissa, le ofrecieron quedarse trabajando en la institución, y así surgió el puesto de secretario deportivo. Badilla le proporcionó información y le explicó sobre el manual del trabajo del cargo. Además, Porras añadió que se reunió en varias ocasiones con Víctor Madrigal, quien años atrás en Saprissa tuvo una labor similar.
“Recuerdo que iba a dejar de ser jugador y tenía que ver qué hacía. Nunca pensé que 14 años después del retiro iba a seguir ligado al fútbol. Si no estuviera en Saprissa, no sé qué estaría haciendo en este momento; tal vez estaría relacionado con algo vinculado a la Administración de Empresas, carrera que estudié”, aseguró Porras.
José Francisco comentó que se preparó mentalmente para su retiro. Había escuchado las experiencias de exjugadores y consideró que a algunos les afectó mucho la transición. Tuvo su proceso de adaptación, como él lo llama, pero aún así, de repente se vio sentado tras un escritorio, a cargo de temas administrativos del equipo.
“Fueron casi 20 años como profesional y, pese a que en el 2007 me dije que en el 2009 me retiraría, sí experimenté un cambio muy grande”, opinó Porras, quien poco a poco empezó a encargarse de toda la logística del equipo. Él es el enlace entre lo deportivo y lo administrativo, trabajando en estrecha colaboración con las gerencias del club.
José Francisco programa todo para el primer equipo, desde la planificación de los entrenamientos hasta la gestión de eventos especiales, como pruebas médicas, desayunos y almuerzos. Porras siempre trata de estar presente con el plantel.
El trabajo de Porras requiere tanta atención que prácticamente no tiene días libres. Recordó que en una ocasión ya llevaba poco más de dos años sin un día de descanso. En la actualidad, a veces toma dos medio días, es decir, trabaja en las mañanas y se toma la tarde libre una o dos veces a la semana, siempre y cuando logre dejar todo coordinado con el equipo.
Asistente de Vladimir
José Francisco Porras es un apasionado de lo que hace en el cuadro morado y va más allá; incluso sin proponérselo, se ha convertido casi en otro asistente para Vladimir Quesada.
En los partidos, ‘Chico’, como siempre se le ha conocido a Porras en el ámbito futbolístico, sale a la cancha con Vladimir y lo acompaña en el banquillo.
Porras expresó que realiza una labor extra ahí en la banca porque lleva una estadística básica, según dijo, de cada uno de los jugadores. Su información incluye el registro de tarjetas amarillas y rojas, recuperaciones de balones, malas entregas, goles y asistencias, entre otros detalles.
Pero cuando puede, le da su opinión a Vladimir sobre algo que ha observado durante los compromisos. Aclaró que trata de respetar mucho ese espacio porque no es asistente.
“Tengo la suerte de que los técnicos que han estado en Saprissa y me han conocido se me acercan y me piden alguna opinión. Todos ven que ‘Vla’ (Vladimir) se me acerca a hablar o yo le hablo al oído. Tengo muchos años de conocer a Vladimir, y tenemos mucha confianza; si percibo algo, se lo comento, o en la mayoría de los casos, se lo comento al asistente técnico”, manifestó Porras.
El exarquero resaltó que no extraña jugar, pero confesó que durante el clásico del 14 de octubre, cuando se presentó la manta del ‘Dracarys’ en la gradería este, sintió algo que no había experimentado tras 14 años de haberse retirado como futbolista.
“Ese día el ambiente fue muy lindo y envolvente. Le dije a Vladimir que le daba gracias a Dios por la oportunidad de haber vivido un partido dentro de la cancha siendo jugador y ahora como parte del cuerpo técnico. Eso ha sido muy gratificante porque como profesional, vivir un ambiente de esos en la cancha es súper emocionante”, afirmó José Francisco.
Entre los momentos de más corre-corre, más estrés, o mayor tensión en su puesto, ‘Chico’ Porras recordó una vez que estaba con todo el plantel en Miami y debían viajar a Baltimore, pero suspendieron los vuelos por mal tiempo. Se movió de un lado a otro mientras el grupo almorzaba; él hacía gestiones para conseguir algún vuelo y logró uno de Miami a Orlando. Al día siguiente, lograron salir de Orlando a Baltimore.
Por supuesto, tampoco se queda atrás la prisa y la tensión vivida a finales del mes pasado para gestionar las visas de ingreso a Honduras, donde Saprissa jugó ante el Motagua por la Copa Centroamericana de la Concacaf.