La inventó no sé quién no hace tanto, porque la expresión “esto es fútbol” no es tan antigua. En su momento, fue una frase feliz, original e ingeniosa. El problema es que se convirtió en un cliché y por ende en la excusa perfecta de entrenadores y futbolistas para justificar sus carencias, sus errores de bulto y los resultados adversos.
Con el cuentito de que “esto es fútbol”, pateadores y manejadores evitan reconocer sus yerros y profundizar en causas y efectos. En las conferencias de prensa después de los partidos, “esto es fútbol” les cura de todo mal. “¿Por qué dejó ir la ventaja del primer tiempo?”, pregunta el reportero. “Bueno, porque esto es fútbol”, responde el estratega. “No vimos ‘en cancha’ el equilibrio que usted venía pregonando”, comenta otro. “Esto es fútbol”, arguye el técnico. Y así, tras cada pregunta medio incómoda, la respuesta infalible es: “Vuelvo y repito, esto es fútbol”.
La consecuencia es que el intercambio entre el estratega y el periodismo se vuelve vacío y anodino. Con lo interesante que sería un buen debate —no uno de esos montados para ganar audiencia— en torno a la propuesta que un timonel quería poner en práctica; indagar, cuestionar, dudar, repreguntar y profundizar en el ajedrez del sudor, obtener la mejor versión del que más sabe y aprender todos, pues de eso se trata.
Sin embargo, hay que reconocer que no es fácil preguntar y repreguntar. El entrenador es quien tiene la sartén por el mango y decide si responde o recurre al subterfugio de que “eso lo discuto sólo con mis jugadores”.
La verdad, cuesta salir airoso del reducido espacio en tiempo y lugar de la rueda de prensa después del partido. A mí me pasaba. Tenía en mente una super pregunta, bien guardadita para lucirme y justo cuando me tocaba, el colega anterior salía con la misma y me dejaba a mí el mosquero de improvisar y extraer un nuevo conejo del sombrero. Vuelvo y repito (ay, carajo), el asunto no es tan simple, pero vale la pena intentarlo en beneficio del público. Porque la cantinela del “esto es fútbol”, ya todos y todas nos la sabemos.