Anthony Hernández rinde tanto en la cancha como en las aulas. El volante que hizo un gol en la final del Torneo de Copa con Liga Deportiva Alajuelense y que en su primer partido como titular con la Liga también anotó, recibió la noticia de que es uno de los seis jugadores del club que el 19 de diciembre se graduarán como bachilleres en el Centro de Alto Rendimiento (CAR).
Su anotación más reciente fue justo en el Estadio Miguel Ángel Lito Pérez. Esta vez no celebró contra el Puerto como sí lo hizo frente a Saprissa el sábado anterior en el Estadio Nacional.
Fue un gesto de respeto para Puntarenas. No festejó él, pero sí fue un gol aplaudido tanto por los rojinegros como por los chuchequeros presentes en la ‘Olla Mágica’.
Anthony Hernández observó hacia las gradas y levantó la mano saludando, haciendo lo que le tocaba. Acababa de hacerle un gol a un equipo donde vivió tantas cosas, que le abrió las puertas para ir al Mundial de Qatar y que también lo hizo dar el salto a un club grande como la Liga.
Marcar en su tierra y ver la reacción de la gente fue algo muy especial para este jugador que tiene ilusionado al liguismo. Aunque las comparaciones son odiosas, tiene un estilo que recuerda lo que hacía en cancha Rolando Fonseca.
La Liga selló un triunfo con remontada en Puntarenas, y de inmediato regresó, porque no hay tiempo que perder. A primera hora, Alajuelense efectuó su práctica regenerativa en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares y a las 11 a. m., Anthony Hernández acudió a la terraza, donde se efectuaba una feria vocacional.
Él es uno de los seis jugadores rojinegros que el 19 de diciembre se graduarán como bachilleres. Los otros son integrantes de liga menor: Sebastián Hernández, Josimar Villarreal, Joyfer Chal, Isaac Murillo y Juan Prieto.
Anthony Hernández contó a La Nación que él estaba en el Liceo José Martí estudiando de noche y se le dificultaba, porque las clases le chocaban con los entrenamientos nocturnos y los partidos a mitad de semana.
No era nada sencillo, pero a como podía lo iba sacando. Sin embargo, las cosas se le iban complicando por otros compromisos. Fue convocado por Douglas Sequeira al Torneo Maurice Revello en Toulon, Francia con la Selección Sub-23.
“Por eso perdí como tres meses y medio del colegio, hacía trabajos en la casa y nunca me alejé del estudio, Me vine para la Liga, fui operado y así me fui a hacer examen de Inglés que era obligatorio para poder pasar Quinto Año y poder graduarme”, relató Anthony Hernández.
Pero ya en el CAR, vio que ahí había un colegio y de inmediato preguntó que cómo funcionaba eso, porque él quería seguir.
El papeleo fue rápido y logró matricularse a tiempo. Siguió estudiando en el CAR, donde asistió a clases y hacía todos los trabajos.
“¡Gracias a Dios, hoy puedo decir que soy bachiller! Dos años atrás no lo pude sacar por el fútbol, era demasiado complicado. Yo estudiaba en Chacarita, en un colegio de día y no podía llegar a tiempo a clases, a veces no podía ni ir y la mayoría de veces no asistí. Me quedé dos años seguidos.
”No fue porque no podía pasar las materias, sino porque yo estaba entre la espada y la pared, si era fútbol o estudio y yo decidí irme por el fútbol, porque sentía que era lo mejor para mí. Era una decisión muy complicada, porque el estudio también es parte fundamental en la vida del jugador y del ser humano, pero la decisión la tomé bien, con tranquilidad”, relató Anthony Hernández.
Pero eso ya quedó atrás, al tiempo que se recuperaba de la lesión en el CAR, ahí mismo completaba sus estudios y esas ganas que está demostrando en la cancha con la camisa rojinegra, también la tiene en las aulas y por eso estaba ahí, en la feria vocacional.
“La verdad que sí voy a agarrar una carrera y poner todo en manos de Dios y sacarla lo más rápido posible. Voy a estudiar Educación Física y a ponerle para entrenar, jugar y estudiar”.
Al llegar a la Liga y ver que la educación se adapta al futbolista y no al revés lo vio como una maravilla. Y es algo que les dice a los jugadores de liga menor, que aprovechen esa gran oportunidad que tienen.
Después de lo que a él le había costado y ver a los profesores y el colegio en general enfocarse más en ellos como jugadores, no lo podía creer.
“Que si se tiene un partido y están en exámenes, ellos lo reponen, o si hay que ir a la Selección, hay tutorías y uno se pone al día. Aquí se nos da toda la ayuda y los cachorros tienen todo para crecer tanto en lo futbolístico como en el estudio. Y yo estoy agradecido, porque también estoy formando parte de esto y me sirve para sacar mi estudio”.
Anthony Hernández es ese jugador que desde que puso un pie en Alajuelense no perdió el tiempo.
“Yo no sabía y desde que me di cuenta de que había un colegio, pregunté y me dijeron que estaba a tiempo de meterme. Fui a hacer ese examen operado a Puntarenas, porque lo necesitaba, vine, matriculé, hice todas las vueltas, se logró y hoy soy bachiller, gracias a Dios”.
Pero también está contento por esa visita al Puerto y lo que vivió en ese juego de la remontada. Recordó que él salió bien del cuadro naranja y que cuando estuvo ahí dio todo por la camiseta.
“Estoy agradecido, yo soy un porteño más y hora me toca ser profesional con la Liga. No fue fácil estar seis meses fuera, solo la paciencia y Dios, mi familia, el cuerpo y los compañeros que me decían que en el fútbol siempre pasará una lesión”.
Para Alajuelense vienen desafíos importantes, con la final de la Copa Centroamericana de Concacaf contra Real Estelí, así como la semifinal contra Herediano en el Apertura 2023.
“Primero está el juego contra Guanacasteca este sábado, somos profesionales y vamos a terminar de buena manera. Invito a todos los liguistas a que se hagan presentes para que nos despidan de la mejor manera”.
Confesó sentirse emocionado en este momento, pero tranquilo, con ganas de tener oportunidad en los juegos cruciales que se acercan y esperando también su graduación como bachiller.