Alejandro Sequeira cuenta hoy la historia con una serenidad envidiable. El exgoleador del Saprissa no esconde que su 2021 fue un año diferente, que lo marcó, porque pasó prácticamente todo el segundo semestre batallando contra la covid-19 y sus secuelas.
Luchó en cada minuto desde el 31 de julio para mantenerse con vida. Fue tal el impacto de lo vivido que Alejandro es consciente de las fechas clave de ese proceso; él recuerda cada uno de los momentos que marcaron la enfermedad y su salida del proceso más rudo que ha enfrentado.
Hoy Sequeira solo tiene una explicación de cómo se libró de la muerte y esa respuesta es Dios. El exjugador contó que las molestias iniciaron con fiebre arriba de los 40 grados, además de niveles de oxigenación preocupantes, los cuales no detectó hasta que en la clínica de Coronado le hicieron un test con oxímetro.
Todo se fue complicando cada vez más hasta que en un punto su cuerpo colapsó. En cuestión de tres días el exfutbolista vio cómo pasó de temperaturas altas a la propuesta de un doctor que lo dejó sin palabras: ‘Alejandro por su estado actual hay que entubarlo’.
El exfutbolista no entendió qué sucedía, sobre todo porque no estaba agitado y no tenía problemas de respiración, pero los exámenes eran contundentes, por lo que la decisión debía tomarse. Si Sequeira aceptaba que lo entubaran él debía firmar un documento y ser consciente de lo que eso implicaba.
“¿Qué pasa si yo no me quiero entubar? preguntó el exfutbolista. A lo que el doctor respondió: ‘si usted no firma, aquí lo acompañamos y pues vemos qué sucede... Ahora, ¿Qué pasa si me entubo? Es el protocolo o el paso a seguir para enfrentar el virus, es lo mejor, es lo mejor...”, respondió el doctor, según narra Sequeira.
Ante esto, Alejandro no titubeó más: ‘entúbeme’. Seguidamente se dio una llamada con su esposa, a quien le dijo la noticia y ella sí entró en un estado de crisis emocional.
“Yo solo le dije: ‘me voy a entubar’ y yo la escuché llorando. Entonces de un sólo le dije: ‘Yo soy un hombre de fe, confío en mi Dios y en los expertos. Yo sé quién es mi Dios y no me voy a morir”. Seguidamente se despidió.
Su vida tuvo una pausa de prácticamente una semana, sin tener conscienciade nada. En medio de este tiempo, el jugador sufrió golpes que solo digirió después, como la pérdida de su madre, quien precisamente murió mientras él estaba inconsciente.
“El día que despierto me di cuenta que enterraron a mi mamá, quien días antes había fallecido por un cáncer terminal que la estaba afectando. Me despierto como drogado, uno no está consciente... Pero según me cuentan a partir de este momento es que el doctor Leo Chacón dice que el antibiótico me comenzó a hacer efecto”.
Pero lo que Sequeira jamás imaginó fue que mientras él estaba sedado, su familia luchaba por mantener la esperanza en medio de la frustración y la angustia.
Una llamada podía significar el escenario más trágico, ya que conforme avanzaron los días en la unidad de cuidados intensivos la situación se fue complicando más.
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Sequeira no supo que sus pulmones colapsaron, también sus riñones y se le formó un pozo de sangre a un costado de la cintura, por lo que recién saliendo de la fase crítica por la covid-19 tuvo que lidiar con una operación. La probabilidad de vida cuando entró a UCI era de 25%; cuando llegaron todas las crisis, obviamente ese porcentaje se redujo.
“Cuando estuve en coma yo tuve conciencia un momento y recuerdo que conversé con Dios... Le dije: ‘Padre, me quiero presentar delante tuyo para ponerme a cuentas contigo; ese fue un momento crucial. No sé cuánto tiempo después desperté, pero desperté. Pero cuando yo estaba en ese momento Él estuvo ahí para hablar contigo, y aplicó igual para mi esposa y mis hijos. Para mí fue muy fuerte cuando mis hijos me dijeron: ‘Conocíamos al Dios de papá, pero ahora conocemos al Dios nuestro’”, mencionó entre lágrimas.
“Es que esta situación los hizo trascender y aferrarse a Dios”, agregó.
El despertar no fue sencillo, porque una infección lo atacó y fue operado de emergencia por la sangre que tenía acumulada por su cintura. Además fue como nacer de nuevo porque no recordaba cómo caminar.
“Cuando uno está boca abajo, entubado, está a merced de Dios. El proceso lo tenía que vivir por la Justicia de Él pero Él es amor y acá me tiene. Bajé 25 kilos, hay gente que hasta hablar le cuesta, yo tuve que aprender a caminar, yo hacía el esfuerzo pero no podía, lloré de la impotencia de no poder dar dos pasos, de no poder asearme. Por eso es que yo siempre estaré eternamente agradecido con el doctor Leo Chacón y todo el equipo”.
Con tiempo, paciencia y mucho esfuerzo, Sequeira consiguió que en setiembre sus pulmones reestablecieran su funcionamiento a un 35%, además de caminar un pabellón sin ayuda.
“Un 7 de setiembre logro salir, pero yo siempre lo he dicho y lo mantengo: Yo estuve muerto y Dios fue el que me levantó de ese hospital”, recalcó.
¿En algún momento usted pensó en que podía morir?
Cuando a usted lo van a entubar lo anestesian y está como dormido. Una persona tiene que basar su vida en algo y en mi caso es la relación con Dios y no podía pensar que iba a morir porque si iba a pensar eso era por voluntad de Él. Él determina el día que muera pero yo siempre creía que me iba a levantar, que era una prueba más de mi fe... Eso sostuvo mi casa, a mi esposa, mis hijos, la fe de que tenemos un Dios vivo que nos responde por medio de su hijo Jesucristo. Hoy después de esa experiencia Él sigue siendo mi Dios, mucha gente dirá porque él me llevó ahí, mi Dios es justo y tiene sus mandamientos y en su amor me corrige, me ama, en su amor Él es perfecto, Él me sostuvo mi vida en ese lugar y mi casa”, finalizó.
Alejandro Sequeira no olvida las lágrimas que derramó cuando volvió a su hogar y su hijo menor enloqueció al verlo nuevamente. También la cara de felicidad de su esposa y su pastor, quienes fueron por él al hospital.
“Impresionante, mi esposa, con mi pastor, me fueron a recoger al hospital. Estaba mi hijo menor, porque el mayor estaba en Guanacasteca. Ellos lloraron porque ellos solo esperaban una llamada, querían saber información, lloraron de la alegría porque aunque no todo está recuperado, pues ya no estaba en peligro la vida”.
Desde entonces la vida de Alejandro es otra, los cuidados van al máximo, al punto que sus hermanas lo visitan con una ventana de por medio, con lágrimas por la alegría de que esté con vida.
“Llegaron mis hermanas a verme por una ventana y lloraban porque me considero joven y nunca habíamos pensado que la pandemia fuera tan fuerte. Tenemos que cuidarnos y cuidar a los otros. La covid es serio”, mencionó.
El exjugador continúa bajo tratamiento en el INS, además de que cumplió con el cuadro de vacunación completo.
Alejandro Sequeira se considera un milagro y narró cómo se forjó su historia en la que vio la muerte de frente, pero él es claro en que ‘Dios’ evitó que pasara de ahí. Su agradecimiento es eterno con el doctor Leonardo Chacón y todo el equipo del hospital Calderón Guardia.