El técnico de Alajuelense Albert Rudé aseguró y ratificó que trabajan la táctica fija en defensa hasta el cansancio y saben de memoria lo que tienen que hacer, pero o en Saprissa lo hace extremadamente bien o en la Liga no fue suficiente con los ensayos; los manudos nunca pudieron controlar la verdadera arma de los morados: la táctica fija.

Más allá del desenlace de las semifinales y de que los manudos fueron superiores, la serie llegó al límite por un elemento en el que la S es un monstruo y es que en los cuatro clásicos del año los tibaseños marcaron con el balón parado. Es más, cuatro de los cinco goles de los saprissistas en estos compromisos fueron por acciones de pizarra en pelota detenida y casualmente los cuatro de tiro de esquina.
Sin duda que hay mucho mérito en los dirigidos por Jeaustin Campos y más con un arma como Kendall Waston. Obviamente este factor se puede preparar mil veces, pero al final se convierte en una situación individual en la que mucho pasa por la virtud del adversario. Claro, no quita la responsabilidad de Rudé y sus futbolistas, quienes suelen pestañear en instantes cruciales.
En la vuelta de las semifinal en el Morera Soto fue David Guzmán el que le ganó por las alturas a José Miguel Cubero y por más que el disparo dio en el vertical y Jimmy Marín estaba en fuera de lugar, la reacción de la zaga no fue la oportuna y esto derivó en el empate 1 a 1 en el tiempo regular, para enviar el cotejo a 30 minutos más.
En la ida de esta misma serie el León tenía el gane en el bolsillo, no obstante, de nuevo llegó un cobro de tiro de esquina y fue Waston quien se quitó de encima a Giancarlo González y definió a placer para el 1 a 1. Por su parte, en el 2 a 0 del Monstruo del pasado 27 de abril le tocó el turno a Aubrey David de abrir el marcador con la pelota parada.
Por si alguno no lo recuerda, el 13 de febrero, en el clásico de la jornada seis, Alajuelense prácticamente hizo lo que quiso con su archirrival, aunque nunca anotó. Sus pecados en definición dejaron vivo a Saprissa y para variar, un tiro de esquina hasta le salvó el puesto en ese instante a Iñaki Alonso. Fue Jaylon Hadden el que dejó tendido a Ian Lawrence y a los manudos con el 1 a 0 final.
Mérito de los tibaseños y gran pecado de los rojinegros. Cada detalle cuenta y más cuando es tan reiterativo.
No obstante, el fútbol da revanchas y aunque el León estuvo mal en defensa, González tuvo revancha en cobro desde el vértice en el minuto 101. Justo el arma de los saprissistas fue también en la fórmula de la Liga para ir a la final.