Dios creó el fútbol y el Diablo se lo dio Qatar 2002
Dicen que no se puede quedar bien con Dios y con el Diablo. Pero si Dios inventó el fútbol y el Diablo se lo dio a Catar 2022, cómo hago para no caer en contradicciones sentado frente al televisor.
Dios creó la zurda de Messi, la potencia de Mbappé, la velocidad de reacción de Keylor Navas, la habilidad de Neymar (aunque no debe ser muy celestial su maña de fingir faltas), el olfato goleador de Lewandwoski, el arsenal de recursos de Cristiano Ronaldo. El Diablo creó la discriminación, las violaciones a los derechos humanos, el maltrato a los migrantes, la desigualdad contra de las mujeres, la intolerancia a las diferencias culturales y los castigos para los homosexuales.
Dios creó el gol olímpico, la chilena, el taquito, la finta, el regate, la rabona, la elástica, la jugada de pared y el letal contraataque. El Diablo creó el soborno, las votaciones compradas, la esclavitud laboral y el gusto de pisotear a los desprotegidos.
Decidí sentarme sin cargo de conciencia. Disfrutaré del Mundial, madrugaré este martes por Messi (4 a .m.), almorzaré esperando un imponente contraataque con Mbappé (1 p. m.). No voy a castigarme privándome del fútbol.
A fin de cuentas, si Dios y el Diablo coinciden en la historia, en la mente, en la Biblia y en muchas culturas, con diferentes nombres y formas, por qué no en una Copa del Mundo.
La clave, me dijo una amiga, es ver el Mundial con conciencia.
Prefería ver a Holanda
(Senegal 0 - Países Bajos 2)
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La afición naranja disfrutó la primera victoria de Países Bajos. Yo de momento extraño a Holanda. (GLYN KIRK/AFP)
Marco van Basten, Riijkard, Ronald Koeman, Ruud Gullit jugaban con Holanda, pero Frenkien de Jong juega con Países Bajos. Confieso (y que perdone la profesora de Estudios Sociales) que me gustaba más Holanda, sobre todo la de la Euro ‘88, campeona con un golazo de van Basten, máximo artillero de aquel certamen. Sin dejar caer la pelota, casi sin ángulo, la cruzó de lado a lado para incrustarla -como decían antes los narradores- donde tejen las arañas. Confieso (y usted perdone la ignorancia de este periodista) que hasta hace muy poco seguía llamando Holanda a Países Bajos, creyéndolas dos formas válidas de llamar al mismo país, sin sospechar que la primero tan solo abarca una región, la más famosa, sí, con Amsterdam y Rotterdam incluidos, el Ajax de Johan Cruyff, el Museo de Van Gogh, pero no el país entero. Está bien: se llama Países Bajos. Pero que conste que me gustaba más Holanda. Incluso jugaba mejor que la versión que arrancó el Mundial con un fútbol poco brillante ante Senegal.
Inglaterra meterá 10 en el 2026
(Inglaterra 6 - Irán 2)
A los ingleses le debemos la invención del “football”, los Beatles, la miniserie “The Crown” (¿qué tal está?) y la goleada ante Irán de este lunes. Nada tengo contra el Medio Oriente, pero después del incipido juego inaugural entre Catar y Ecuador, hacía falta que alguien prometiera emociones. Nada mal, ocho goles en un solo juego para ir entrando en calor, aunque quizás sea necesario ponerle un asterisco de aplican restricciones.
* Nadie dice que una goleada sea sinónimo de buen fútbol; también puede hablar de equipos débiles, de los que ya hemos visto dos en apenas dos jornadas (Catar e Irán). Si eso pasa en un Mundial con 32 selecciones, cuántos goles podría meter Inglaterra cuando agarre mal parado a uno de los débiles en las venideras Copas del Mundo de 48 países.
No quieren prestar la Al Rihla
(Estados Unidos 1 - Gales 1)
Nunca olvideré la Fevernova, la pelota de Corea-Japón 2002, quizás por su diseño invonador, tal vez por lo mucho que dio de qué hablar, tan linda como impredecible, de fijo también por ser la del Mundial que cubrí en vivo. En cambio, de la de Catar 2022 ni siquiera recordaba su nombre y tuve que buscarlo por ahí: Al Rilha. Dice la FIFA... la FIFA siempre dirá cosas fantásticas de su nueva pelota y usted puede comprobarlas por $165... Dice la FIFA que “se desplaza por el aire más rápido que ningún otro esférico en la historia del torneo”. No sé si el dato sea importante para Estados Unidos, que jugó con la pelota pegada al suelo, se adueñó de ella en el 57% del tiempo, hizo más de 500 pases (el sueño del Paté Centeno) y por poco logra una victoria ante Gales. Con Tyler Adams como su gran pasador, con la increíble suma de 101 pases, ¡95 de ellos efectivos!, y el desequilibrio de Christian Pulisic, Estados Unidos le sacará brillo a la Al Rihla.