
La Federación Internacional de Fútbol anunció sorpresivamente la creación de un nuevo reconocimiento llamado “Premio FIFA de la Paz” y de inmediato aficionados de todo el mundo reaccionaron con suspicacia.
Según informó FIFA, este galardón anual irá dirigido a individuos que “unan a la gente y que traigan esperanza a las futuras generaciones".
La primera edición de este premio será entregada el 5 de diciembre durante el sorteo de la próxima Copa del Mundo, que se realizará en el 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
Este sorteo es uno de los grandes eventos del fútbol, comparable casi con el propio Mundial. Así que la fecha de inmediato levantó “sospechas” por la cercanía que ha mostrado el jerarca de la FIFA, Gianni Infantino, con el posible anfitrión de ese día, el presidente estadounidense Donald Trump.
A las presiones y desafíos normales que genera organizar un torneo de tal magnitud, se sumaron recientemente declaraciones de Trump en el sentido de que podría haber cambios en las sedes, si se trata de ciudades que tengan problemas de seguridad.
“Si alguien está haciendo un mal trabajo y siento que hay condiciones inseguras, llamaría a Gianni, el jefe de la FIFA, que es fenomenal, y le diría, ‘trasladémoslo a otro lugar. Y él lo haría”, dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca en setiembre.
En el fondo, tal amenaza se percibió como un capítulo más dentro de su enfrentamiento interno con líderes de ciudades bajo control de alcaldes y gobernadores demócratas.
La propia FIFA tuvo que correr a emitir un comunicado en el que aclaró que la seguridad es un tema prioritario, pero no se refirió a la posibilidad sugerida por Trump de excluir alguna ciudad a última hora. A estas alturas, reemplazar una sede es casi imposible, por la enorme logística que implica.
Trump se autonominó de manera pública para el Premio Nobel de la Paz. Después de que el galardón se le otorgó a la venezolana María Corina Machado, un funcionario de la Casa Blanca dijo que el mandatario la había llamado para felicitarla, pero el vocero también se quejó de que el Comité del Nobel “había puesto la política por encima de la paz”.
Por otra parte, a mediados de octubre Infantino estuvo en Egipto en una ceremonia con líderes mundiales donde se discutió la propuesta de alto al fuego promovida por Trump. Era el único jerarca que no tenía un cargo político y dijo que el mandatario estadounidense lo había invitado.
Además, FIFA abrió una oficina en Nueva York, justo en la Trump Tower, y nombró a su hija Ivanka en la directiva de un proyecto de solidaridad financiado con entradas para el Mundial.
Por todo ese contexto, más la cercanía que han mostrado Trump e Infantino, los aficionados reaccionaron con dudas al anuncio del galardón.
“En un mundo cada vez más inestable y dividido, es fundamental reconocer la extraordinaria contribución de aquellos que han trabajado duro para finalizar conflictos y unir a la gente en un espíritu de paz”, explicó Infantino sobre el nuevo Premio de la Paz de la FIFA. Aunque se presenta como una loable iniciativa, todo indica que la política podría entrar al campo de juego.
El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará en Washington, con 42 boletos asignados, pues faltarán los repechajes de Europa e intercontinental.
