El delantero de Flamengo, Bruno Henrique, fue sancionado este jueves con 12 partidos de suspensión y una multa de 60.000 reales brasileños, equivalente a $11.000 por el Tribunal Superior de Justicia Deportiva (STJD).
Después de una audiencia que superó las ocho horas, la decisión fue tomada por mayoría (4 votos a 1) en primera instancia.
El atacante fue castigado bajo el artículo 243-A del Código Brasileño de Justicia Deportiva (CBJD), acusado de forzar una tarjeta amarilla en 2023 durante el partido contra Santos, en el estadio Mané Garrincha, hecho que habría favorecido a apostadores.
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La sanción no solo rige para el Campeonato Brasileño, sino también para la Copa Libertadores.

Por esa razón, de no prosperar la apelación y en caso de que Flamengo no avance en el torneo continental, Bruno Henrique únicamente podría regresar el 3 de diciembre, precisamente en un nuevo enfrentamiento contra Santos.
La situación podría variar si el duelo pendiente frente a Sport, correspondiente a la fecha 12 del Brasileirão y pospuesto por la participación de Flamengo en el Mundial de Clubes, se reprograma para después de esa fecha.
La defensa del Flamengo ya adelantó que apelará la sanción con el objetivo de reducir la pena.
Aunque la STJD absolvió al futbolista de manipular directamente el resultado del encuentro, lo sancionó por actuar en contra de la ética. Esa es la razón por la que le impuso la pena mínima. La máxima era una suspensión de dos años.
Bruno Henrique participó en la audiencia por videoconferencia, negó las acusaciones y se declaró inocente. A su lado, estuvieron presentes sus abogados y representantes del Flamengo.
“Me gustaría reafirmar mi inocencia (...). Jamás cometí las infracciones de las cuales estoy siendo acusado”, expresó Bruno Henrique en una breve declaración.
La investigación continúa e involucra también a familiares y amigos del jugador, quienes habrían realizado apuestas sospechosas sobre la tarjeta amarilla en ese partido.
La defensa del jugador y el Flamengo sostienen que la acusación es “absurda”, puesto que la amonestación se dio en una disputa donde no hubo siquiera una falta clara.
Bruno Henrique, de 34 años, aún enfrenta un juicio penal por cargos de fraude deportivo, proceso que podría llevar a penas de dos a seis años de prisión.
Bruno Henrique reafirma su inocencia
El jugador afrontaba una pena máxima de dos años de suspensión y multa de 200.000 reales (unos $36.000).
La policía dijo haber obtenido mensajes comprometedores en el celular del hermano del jugador, Wander Nunes, juzgado igualmente por el caso.
Según el juez, la investigación policial encontró que Bruno Henrique “habría actuado de forma intencional para ser castigado con la tarjeta” y su hermano lo habría incentivado para “obtener una ventaja financiera”.
El hermano, la cuñada y una prima del delantero habrían creado cuentas en casas de apuestas virtuales el día antes del partido y habrían apostado por una amonestación suya.
En el proceso judicial que sigue en paralelo, Bruno Henrique pasó a juicio a finales de julio, un mes después de haber sido imputado.
Un recurso que buscaba detener el juicio, presentado por la defensa de Bruno Henrique ante el Tribunal Superior de Justicia de Brasilia, fue retirado la semana pasada.