Sergio Gila y Erick Lonis se toparon con la misma situación. Uno salió en la búsqueda de la solución; el otro la tenía ahí mismo en casa, en el mismo plantel.
Mientras uno dijo que, si hay algo que no le quiere volver a pasar, es tener que contratar con urgencia, el otro reaccionó con calma: no hace falta echar la mirada al extranjero, en el equipo está la respuesta. ¿Cuál actuó mejor? ¿Con cuál reacción se quedan los aficionados de Saprissa?
Lo anterior no lo veo como un caso hipotético. En realidad, le pasó a ambos en sus gestiones y la reacción fue distinta.
Lonis un día dijo: “Para nadie es un secreto que ocupamos delanteros”, y fue por ellos —o a por ellos, diría Gila, así dicen los españoles.
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Erick buscó, tuvo conversaciones, analizó opciones, desesperó un poco a Paulo y, al final, firmó a los panameños Newton Williams y Gustavo Herrera.
La suerte no acompañó al “Búfalo”, quien se lesionó con solo 10 minutos en la cancha. Algunos “jupas” calientes, de los que escriben en redes sin pensar, culpan a Lonis de la lesión. “Lo trajo lesionado”, dicen, pero ese no es el punto de este artículo de opinión.
Resulta que meses atrás, a inicios de este año, cuando José Giacone era el técnico de los morados, tenía la misma inquietud de Paulo y de Lonis: Saprissa necesita delanteros.
Giacone le tocó la puerta a Gila —¿a quién más?—, era el gerente deportivo, y le pidió que la planilla requería al menos cuatro delanteros. Gila solucionó de inmediato: llegó al acuerdo con el timonel, quien dio el visto bueno de que Kendall Waston era el atacante. Ahí estaba, y Waston jugó de 9.
Gila dijo tiempo después: “Hablamos con José Giacone y nos hizo ver que necesitábamos un delantero con las características de Kendall. Entonces, ¿para qué buscar fuera lo que ya tienes dentro?”
A Lonis se le lesionó —y feo, horrible— Newton Williams, quien estará al menos siete meses fuera. Erick dijo: “Vamos a traer otro delantero para sustituir a Newton”, y está en esa búsqueda.
Paulo Wanchope llega corriendo donde Gila y le dice: Newton fuera al menos siete meses, ¿qué hacemos?. Y quizá —porque ya pasó—, la respuesta hubiera sido: tranquilo, ponemos a Waston de 9.
No me estoy congraciando con Lonis, menos pasarle la brocha; tengan la seguridad de que no es mi estilo, pero zapatero a tus zapatos.
Ah, por cierto, quien dijo que, si algo no quiere que le vuelva a pasar, es contratar con urgencia, fue Erick Lonis, quien debió correr para conseguir dos delanteros. Ahora está con la misión de encontrar al sustituto del “Búfalo”.
