
En el deporte, las paradojas son la sal de la vida, pero lo que está viviendo la Selección de San Marino raya en lo insólito. El microestado enclavado en Italia, último en el escalafón FIFA (puesto 210) y famoso por sus derrotas históricas (solo 3 victorias en 219 partidos, todas ante Liechtenstein), tiene una opción real y rara de meterse al repechaje para el Mundial 2026.
¿La clave? Una hazaña reciente y... una derrota monumental en el horizonte.
La esperanza de San Marino se gestó en la UEFA Nations League 2024-25. Liderados por Roberto Cevoli, la escuadra logró su mayor éxito al ganar su grupo en la Liga D (la última división), con dos victorias ante Liechtenstein y un empate contra Gibraltar.
Este inesperado triunfo les otorgó un cupo entre los posibles candidatos a la repesca mundialista, reservado a los cuatro mejores campeones de grupo de la Liga de Naciones que no se clasifiquen directamente o al play-off a través de las eliminatorias tradicionales.
Aquí es donde la lógica se invierte: para que San Marino acceda a ese cupo, necesita que la Selección de Rumania, también campeona de su grupo en la Liga de Naciones, se asegure el segundo puesto en el Grupo H de las eliminatorias mundialistas.
Pero el sueño de este equipo tan modesto depende de una cadena de resultados que roza lo absurdo. En la actualidad, San Marino comparte el grupo H de las eliminatorias europeas con Austria (15 puntos), Bosnia y Herzegovina (13), Rumania (10) y Chipre (8). Como siempre, ocupa el último lugar, sin unidades, con 7 derrotas, un solo gol a favor y 32 en contra.
Así las cosas, los rumanos, terceros y con una diferencia de gol de +5, necesitan superar a los bosnios, hoy en el segundo lugar con tres unidades más y una diferencia de +8.
Primero, ambas selecciones tendrán un duelo mano a mano que resulta fundamental. Ese partido se jugará el 15 de noviembre en suelo bosnio.
Si Rumania gana, ambos equipos sumarán 13 puntos a falta de una jornada. Y ahí es donde aparece San Marino, que el 18 de noviembre visitará a Rumania con la gran chance de meterse en la repesca.
Esta combinación haría que los rumanos se aseguren el segundo puesto del grupo y un lugar en los play-offs, lo que permitiría que San Marino ocupe su lugar como ganador de grupo de la Nations League.
Paradójicamente, entonces, el mejor resultado posible para San Marino sería una derrota… y cuanto más abultada, mejor.
En los hechos, San Marino estaría, por primera vez en la historia, a solo dos partidos de un Mundial.
Los ganadores de grupo de la Nations League son Portugal, Francia, Alemania, España, República Checa, Inglaterra, Noruega, Gales, Suecia, Rumania, Irlanda del Norte, Macedonia del Norte, San Marino y Moldavia.
Una vez que concluyan las eliminatorias europeas, se conocerá la cantidad de estas selecciones que se clasifiquen directamente al Mundial y, de acuerdo a ello, cuántos cupos se liberan para los play-offs. Ahí es donde aparece la opción de San Marino.
Las 16 selecciones que accedan a los play-offs se dividirán en cuatro eliminatorias, con cuatro equipos en cada una de ellas, como si fueran cuadrangulares individuales y, de cada una de esas llaves saldrá un clasificado.
Dichos encuentros se disputarán en semifinales a partido único, seguidas de finales a partido único dentro de una misma ventana internacional en marzo de 2026.
Leyó bien: Una cuadrangular de eliminación directa en marzo de 2026 y San Marino podría estar escribiendo la página más surrealista de la historia del fútbol.
Porque resulta una paradoja total: para que San Marino pueda soñar, primero debe ser humillado. ¿Se dará el milagro de la goleada que vale un cupo? La respuesta está a solo unas semanas. Y todo puede pasar.