París 2024 espera a 10.500 atletas, 10.000 periodistas, 4.500 voluntarios y 16 millones de espectadores para los Juegos Olímpicos. En el caso de los Paralímpicos, celebrados al terminar los Olímpicos, se estiman 4.400 deportistas, y cerca de 7.000 entrenadores y equipo de apoyo.
Días antes del 26 de julio, fecha prevista para la inauguración, la ciudad y sus alrededores comenzarán a llenarse de visitantes. Un evento de estas magnitudes no está exento de problemas de seguridad y la capital francesa tiene aún frescos en su memoria los ataques terroristas de 2015, que dejaron 127 muertos.
Por eso, la posibilidad de nuevas situaciones de ese tipo está contemplada en la logística de la seguridad de las justas olímpicas, confirmó Samuel Ducroquet, embajador del Deporte de Francia, en una actividad con periodistas latinoamericanos de la cual La Nación fue parte.
Además de las amenazas de terrorismo, se esperan manifestaciones en las principales calles, como lo han anunciado diversas organizaciones. Están quienes protestarán por las altas erogaciones que estas justas han significado para el país, otros aprovecharán la presencia masiva de personas para marchar por derechos laborales y son de esperar las actividades en solidaridad con el pueblo palestino.
Se deben añadir otros riesgos usuales en este tipo de eventos como pleitos y violencia física, robos, o intentos de ingresar con boletos falsificados a alguna de las competencias deportivas.
“Es una preocupación constante. Pero Francia no arranca esta protección desde cero. Amenazas que hemos tenido anteriormente nos han llevado a prepararnos desde mucho antes para mantener la seguridad en eventos masivos”, afirmó Ducroquet.
Sin embargo, las justas olímpicas van más allá de ser un evento masivo. Solo para la ceremonia inaugural, en el río Sena, se esperan 220.000 espectadores.
“El Estado implementó un diagnóstico de emergencia real. (...) Hay planes de contingencia elaborados en caso de catástrofe mayor y ya se han realizado simulacros”, destacó el embajador.
La vigilancia en París 2024
Ducroquet indicó que se prevé la presencia de 35.000 oficiales de las fuerzas de seguridad del interior, para la ceremonia inaugural habrá 45.000. Además, se contarán con 18.000 militares movilizados, 10.000 especialistas en fuerzas terroristas, y 24.000 oficiales de seguridad privada. De estos últimos, 18.000 estarán vestidos de civiles y estarán tanto en los eventos deportivos como en los lugares turísticos.
El embajador recordó que durante esta época se llama a tregua olímpica de todo tipo de conflicto bélicos. Destacó que hay compromiso de los países y de las poblaciones a mantenerlo, pero es consciente que hay agrupaciones que se desprenden de dicho llamado y por eso desde 2014 se comenzó a trabajar en planes de seguridad diseñados para eventos masivos del calibre de campeonatos mundiales.
Otra posible amenaza es la de ciberataques. Los intentos de piratería y de desconectar las redes pueden volverse constantes y agresivos conforme la fecha se acerque. De concretarse, podrían poner en jaque la transmisión de las señales en vivo que irían a 4.000 millones de televidentes alrededor del mundo. También podrían interrumpir el fluido eléctrico o la venta de boletos, así como también facilitar la piratería.
Franz Regul, responsable de Seguridad Informática de París 2024, dijo en una conferencia de prensa que se diseñó una estrategia construida sobre tres pilares: anticipación, coordinación y experiencia. Hay más de 200 profesionales que trabajan en esto, que forman parte de tres entidades: el Centro de Operaciones Tecnológicas (TOC), el Centro de Operaciones de Ciberseguridad (CSOC) y el Centro Nacional de Comando Estratégico (CNCS).
En declaraciones a The New York Times, Regul dijo que los principales temores de ciberataques vienen de Rusia. La delegación rusa ha sido excluida de los Juegos Olímpicos después de la invasión a Ucrania en 2022, aunque a un pequeño grupo de rusos se le permitirá competir como atletas neutrales. Esto pudo aumentar las ansias de un ataque cibernético por parte de esa nación. Según la publicación, el Comité Olímpico Internacional señaló los intentos de grupos rusos por perjudicar los juegos.
Asimismo, hay otras medidas y planes que no se anuncian por cuestiones de seguridad.
Perímetro de seguridad
La ceremonia inaugural de París 2024 no será en un estadio o plaza de eventos, como normalmente sucede. Esta vez, el río Sena será el escenario. Los atletas no desfilarán dando la tradicional “vuelta olímpica”. Lo harán a bordo de 94 embarcaciones que recorrerán un tramo de seis kilómetros del Sena.
Esto obligó a un despliegue de seguridad distinto. Uno de los aspectos es que los deportistas irán acompañados por otras 87 embarcaciones de seguridad.
La medida que podría afectar más la vida de quienes viven y trabajan en las cercanías es el “perímetro de seguridad” que se estableció. Este comprende las inmediaciones del Sena, pero también otros sitios de interés turístico, como la torre Eiffel, la Puerta de Bercy y la plaza de Trocadero. También incluye los sitios donde se realizarán las competencias.
Para acceder, transitar y permanecer por estas zonas, las personas deben solicitar un código QR. Las autoridades realizarán una serie de verificaciones administrativas. Este código será requerido por la Policía Nacional Francesa para ingresar a las áreas más resguardadas. Este código deberá ser utilizado por todo tipo de personas: residentes, turistas, clientes de restaurantes y bares y simples transeúntes.
Este perímetro no es exclusivo del día de la ceremonia de apertura. Quien quiera ingresar al perímetro en los ocho días previos y el propio 26 de julio deberá registrarse antes en línea. La Policía recomendó hacerlo con tiempo, porque pueden tomarse días para entregarlo.
Además, en las zonas próximas del Sena, las estaciones de metro estarán cerradas durante la apertura (cinco líneas diferentes). Lo mismo sucederá con los museos que están cerca del río (el Louvre y el de Orsay, entre otros).
Con estas medidas, Francia busca reducir al máximo las probabilidades de situaciones que pongan en peligro la integridad de sus habitantes y los visitantes.