El ciclista Andrés Alpízar (Ciclo Café Repuestos Mena en su Punto) ingresó al quirófano este miércoles 25 de junio y sabe muy bien que está vivo de milagro, luego del grave accidente que sufrió el domingo pasado, mientras corría el campeonato nacional de ciclismo de ruta.
El pedalista se encontraba en la disputa de las medallas, en una prueba en la que los competidores lidiaban contra la neblina y la lluvia.
Antes del percance, lo único que Andrés Alpízar iba pensando era que en el descenso que seguía, podría sacarle diferencia a Dylan Jiménez (7C Economy Hyundai) y que tenía las fuerzas intactas para alcanzar al ciclista que iba en el segundo lugar de la carrera.
Pero la ilusión por el podio se transformó en momentos de terror, para él, su equipo, los demás integrantes de la caravana y su familia.
En un abrir y cerrar de ojos estaba en el suelo, con múltiples fracturas tras colisionar con un vehículo. El accidente, que también involucró a Dylan Jiménez, lo deja ahora en un proceso de recuperación que pone en pausa su carrera deportiva y su labor como docente.
Según contó el propio Andrés Alpízar a La Nación, el incidente ocurrió a escasos dos kilómetros de la meta, en un descenso pronunciado en esa competencia comprendida entre Dominical, Palmar Norte, Ciudad Neily y Agua Buena de Coto Brus, subiendo Fila de Cal.
“Estábamos en la pelea por los primeros lugar y en un descenso, cuando iba con Dylan Jiménez, nos topamos un vehículo en una curva, chocamos y el que llevó la peor parte fui yo.
”Dylan sufrió solamente cortes importante en la cara y golpes, pero yo sí tuve fracturas a nivel de fémur, rótula y tibia en dos partes. Aparte de cortadas y golpes en la boca, que me quedó rota por dentro y me tuvieron que coser el labio a la mitad”, relató Andrés Alpízar.
Tras el impacto, Alpízar fue trasladado de inmediato al Hospital de San Vito y posteriormente al Hospital de Pérez Zeledón, donde fue intervenido quirúrgicamente.
“Me tuvieron que medicar durante tres días para poder hacer la intervención, que fue este miércoles en horas de la mañana. Parece que fue un éxito la operación y ahora solo queda hacer el proceso de rehabilitación y retomar nuestra vida normal de docente y de deportista, si se puede”, citó.
Había tenido caídas, que son normales en la vida de todo ciclista, pero nunca había sufrido una fractura.
Las circunstancias exactas del accidente aún no están claras. Según el ciclista, aún se están haciendo las investigaciones.
“No tengo certeza de qué fue lo que pasó, quién desobedeció o qué pasó, yo solo sé que me topé el carro en una curva y él venía hacia arriba y yo iba hacia abajo”, afirmó Andrés Alpízar.
Por eso está convencido de que todo pudo ser mucho peor. Hoy se siente agradecido con Dios y con la vida porque sabe que se recuperará.
“Puede sonar muy romántico, pero creo que hay que valorar más la vida, valorar más los momentos, iba siendo casi una semana perfecta, la carrera iba siendo bastante buena para mí, para el equipo y todo se va en un segundo.
”Así de frágiles somos, puede sonar muy romántico, pero así es la vida, hoy estamos y en un momento podemos incluso desaparecer. Hay que darle gracias a Dios por estar con vida, la verdad”, aseguró el ciclista.
El suceso removió dolorosos recuerdos para su entrenador, Paulo Vargas, quien hace 25 años sufrió una fractura de fémur similar.
“Fue revivir momentos, en el caso de Paulo que había pasado por eso y encontrarse la escena fue duro para él. En mi caso fue duro para mí ver la reacción de mis papás y mis hermanos, que son las personas que están más pendientes de uno y uno no quiere darles preocupaciones”, relató Andrés Alpízar.
También se angustió Henry Raabe, quien hace unos años también sufrió un accidente aparatoso en una Vuelta a San Carlos.
“Raabe venía con Paulo en el carro y para ellos dos fue muy traumático ver una situación de estas, viviéndola no ellos, pero sí sabían lo que era la situación. Los dos estaban muy afectados”, reiteró.
Ahora sigue el proceso de recuperación y ver cómo va evolucionando, no solo por el tema del deporte, sino por su trabajo. Él ejerce como docente y promete que intentará estar recuperado lo antes posible.
Andrés Alpízar trabaja en un CINDEA (Centros Integrados de Educación de Adultos en Costa Rica), en una zona indígena en Buenos Aires.
“De hecho la comunidad está muy afectada por lo sucedido, ahí hicieron publicaciones, los estudiantes me llaman y los compañeros también. Inclusive, el lunes antes les di una charla como ciclista”, contó.
