
En la elección con más mujeres aspirando a la Presidencia de la República —cinco en total—, la indecisión también tiene rostro femenino: el 62,9% de las personas que aún no definen su voto son mujeres, según la encuesta más reciente del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional (UNA), divulgada este jueves.
Las personas indecisas son el segmento más grande entre las personas que manifiestan alguna posibilidad de acudir a las urnas: el 52,4% aseguran no tener aún definido su voto.
Para José Andrés Díaz, investigador del Idespo, el dato resulta llamativo porque la intención de voto actual es liderada precisamente por una de esas cinco aspirantes: Laura Fernández, candidata del partido chavista Pueblo Soberano (PPSO), con un 28% de apoyo.
Los datos, según el analista, reflejan que las candidaturas femeninas no significan un arrastre directo del voto de las mujeres a su favor. “No necesariamente es algo negativo, pero quiere decir que ellas tampoco parecen estar conectando con las necesidades de este grupo”, añadió.
Díaz mencionó que un escenario distinto se presentó en los comicios de 2010, cuando Laura Chinchilla logró convertirse en la primera mujer en alcanzar la presidencia de la República.
Chinchilla alcanzó este hito, impulsada por un apoyo mayoritariamente de las mujeres, en comparación con sus competidores, de acuerdo con una encuesta efectuada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), posterior a los comicios de aquel momento.
No obstante, el investigador del Idespo señaló que, en el contexto actual, ese patrón no parece repetirse, pese a que Laura Fernández cuenta con un nivel de apoyo que podría traducirse en posibilidades reales de llegar a liderar el Poder Ejecutivo.
El grupo de indecisos también se caracteriza por estar conformado, principalmente, por personas jóvenes, con edades entre los 18 a los 34 años. Sin embargo, este es un dato que ha sido “muy recurrente” en los procesos electorales recientes, aclaró Díaz.
Alegó que esto puede responder a que las personas jóvenes no ven sus necesidades reflejadas en las propuestas de los candidatos o partidos políticos, en temas como acceso al trabajo, educación y vivienda, lo que puede dificultarles poder definir por quién votar.
Otros aspectos que permiten distinguir a las personas indecisas, es que el nivel de escolaridad máximo con el que cuentan es el grado de secundaria. En términos socioeconómicos, la mayoría se percibe como de clase media.
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Gana la indiferencia
El Idespo también caracterizó a este segmento de la población en tres categorías, con el fin de visualizar su grado de indecisión: dubitativos, indiferentes y apáticos.
Los indiferentes son el grupo más predominante, de acuerdo con el estudio, ya que concentran el 76% del total. Estas son personas que no han pensado al respecto de la elección para decidir a qué candidatura apoyar con su voto, o que indican necesitar más información para tomar una postura.
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El estudio aclara que esta gran presencia de personas indiferentes es consistente con el inicio de la campaña electoral, ya que este grupo suele postergar su decisión, tampoco busca activamente información sobre la contienda, ni las propuestas de candidaturas o partidos.
En segundo lugar, aparecen los dubitativos con el 18,9%. Estos votantes muestran inseguridad respecto a cuál persona apoyar o manifiestan su interés por alguna persona candidata, pero sin una total certeza de que así van a sufragar en febrero de 2026.
Finalmente, con el 1,6% está el grupo de los apáticos, personas que señalan alguna posibilidad de asistir a las urnas, pero dicen no tener realmente interés de votar por alguna candidatura o no les agrada ninguna de las opciones disponibles.
