
A diferencia de un grupo de líderes evangélicos afines al gobierno, la Iglesia católica está tomando distancia del presidente Rodrigo Chaves, lo que le ha valido ataques públicos del mandatario. De acuerdo con dos académicos expertos en política y religión, los obispos estarían evitando que la religión sea utilizada con fines políticos, aunque existe el riesgo de que el mandatario se ensañe contra la Iglesia como lo ha hecho con la Contraloría General o el Poder Judicial.
La señal más fuerte de distanciamiento ocurrió el miércoles 26 de noviembre cuando el presidente de la República increpó directamente al arzobispo de San José, José Rafael Quirós Quirós, por la subasta de las frecuencias radiofónicas. El arzobispo le respondió que “la Iglesia no entra en la lógica de las descalificaciones personales” y se apartó del proyecto de ley ofrecido por Chaves para dar condiciones favorables a las emisoras religiosas en la subasta, defendiendo la necesidad de una pluralidad de voces por el bien común.
Este no es el único episodio. En enero pasado, el mandatario criticó públicamente a los obispos católicos por no acompañarño en la presentación del nuevo programa de educación sexual y, en su lugar, enviar a un representante. Líderes de la Iglesia Evangélica sí estuvieron presentes.
La cúpula de la Alianza Evangélica también ha estado presente en noches de oración con el mandatario y en negociaciones.
Recién, el sábado 29 de noviembre, Chaves se reunió con líderes evangélicos y de una emisora católica para hablar de la subasta. A la cita también habían sido invitados los líderas de la Iglesia católica, pero estos no asistieron.
Antes, el 2 de octubre, durante una jornada de oración de la Federación Alianza Evangélica, Chaves se comprometió a modificar la norma del aborto terapéutico antes del 15 de octubre. Y así lo hizo en ausencia de la ministra de Salud, Mary Munive, quien se oponía al cambio al considerarlo innecesario.
La Alianza Evangélica también se reunió con Laura Fernández Delgado, candidata presidencial del Partido Pueblo Soberano y que se presenta como la “continuación” del gobierno actual. El 23 de octubre pasado, ella prometió “venerar” la vida desde la concepción hasta la muerte natural, en caso de ser electa.
Incluso, el diputado Fabricio Alvarado Muñoz, candidato al Partido Nueva República, salió al paso para decir que el suyo es “el único partido conservador de Costa Rica”.
Fernández intentó lanzar un guiño a los católicos, anunciando una misa de inicio de campaña en la Basílica de los Ángeles, pero canceló el evento.
¿Cómo pueden interpretarse estas situaciones?
La cercanía evangélica con la política no es nueva, advirtieron Alejandro Molina Ramírez, investigador del Observatorio de la Política Nacional de la Universidad de Costa Rica (UCR), y con Juan Manuel Fajardo, coordinador de posgrados de la Escuela Ecuménica y Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional (UNA).
Los políticos con afinidades a la Iglesia Evangélica han existido desde hace décadas y tuvieron un gran punto cuando Fabricio Alvarado obtuvo el primer lugar en la primera ronda electoral del 2018, aunque fue derrotado en la segunda ronda.
Molina explicó que la influencia de la religió en la política no fue una novedad en el 2018 ni tampoco se esfumó concluido ese proceso electoral. “No desaparece, sino que se mantuvo de la misma forma que se mantenía antes del 2018”, destacó Molina.
Fajardo añadió: “Efectivamente, hay todo un juego de lo religioso, tanto católico como evangélico, que en los últimos años se ha tratado de visibilizar y tener más presencia por parte de sectores evangélicos. Y en los últimos meses, efectivamente la Alianza Evangélica ha estado muy presente en la escena política casi que preparando el tema de la campaña electoral. Ahí hay compromisos, declaraciones, además de las jornadas de oración”.
La diferencia, precisaron ambos, es que antes esta participación se daba principalmente con diputados y candidatos presidenciales, pero nunca con el presidente en ejercicio.
“El presidente Chaves ha intentado congraciarse y mantener contentos a grupos de denominaciones evangélicas y no es casual que aspectos como la derogación de la norma técnica sobre el aborto terapéutico se hayan presentado en el momento en el que se presentaron (la reunión con pastores, por ejemplo)”, dijo Molina.
Para Fajardo, generalmente las invitaciones provienen de políticos, tanto de presidentes como candidatos, para tratar de acercarse a actores religiosos, pero también puede darse a la inversa.
La Iglesia católica estaría evitando el uso de la religión en la política
Fajardo recordó que, entre el 2018 y el 2021, la Iglesia Católica tuvo acercamientos con el sector evangélico para pronunciarse sobre temas en común, “pero en los últimos tres, cuatro años, la jerarquía de la Iglesia ha tomado una postura más mesurada, más de cautela”.
“Y, efectivamente, no ha tratado de validar aspectos o posicionamientos políticos tan fácilmente”, expuso. Sin embargo, también esto puede deberse a un ejercicio reflexivo.
“Creo que lo que está en el fondo es eso: pensar que lo que se está dando es la posible manipulación de lo religioso, el juego de lo religioso, el uso de lo religioso como parte de un juego político. Y eso pareciera que los obispos católicos lo están leyendo en esa línea y por eso están tratando de tomar distancia“, destacó Fajardo.
Con la subasta de frecuencias, la línea cambió, pero tampoco directamente hacia una jerarquía religioso-política, sino a un llamado al bien común.
“La Conferencia Episcopal vuelve a tomar una tradición que tenía hace más de 20 años de decir ‘no nos metemos en temas políticos coyunturales, sino que lo que hacemos es dar principios desde la perspectiva católica o desde la doctrina social de la Iglesia sobre democracia, sobre participación’”, dijo el teólogo.
Fajardo recordó que esta posición se parece a la tomada por algunos obispos con el referendo por el TLC con Estados Unidos, de ir por el bien común y la protección de la gente, muy en tono con la doctrina social de la Iglesia.
La prohibición para ejercer cargos políticos de líderes católicos influye
Molina recordó que en esta situación también pesa la diferencia del diseño constitucional de Costa Rica. Aunque la religión católica es la oficial, existe una prohibición para la participación de sacerdotes católicos en la política partidaria.
“Y eso da más libertad a los evangélicos”, expresó, dado que los pastores y líderes de otras religiones no tienen prohibición y tienen más espacios para hacerse públicos.
“Existe más libertad para que, por ejemplo, la alianza evangélica abiertamente participe o tenga mayor facilidad para posicionarse sobre asuntos públicos, que no es que la Iglesia Católica lo tenga prohibido, pero sí tradicionalmente se ha visto cómo la Iglesia Católica tiene una mayor limitante para involucrarse en los asuntos públicos”, afirmó.
Fajardo recordó el episodio de la eucaristía en la Basílica de los Ángeles que en un inicio se difundió en chats de WhatsApp como actividad para la candidatura de Fernández.
“Salieron la Iglesia Católica y el párroco a decir que no era algo político. Y los políticos también dijeron que era de carácter privado, cuando ya lo habían anunciado. Más bien parece ser que hay un interés de los actores políticos para recoger u utilizar a los sectores religiosos”, dijo el teólogo.
Esto entonces refuerza la tesis de una mayor facilidad para los evangélicos: “Les permite jugar un poco en el escenario político. Lo han hecho tímidamente comenzando en jornadas de oración, primero en el 2014; en el 2018 ya fue de debate nacional”.
El cálculo de Chaves
Para Molina, existe también la posibilidad de que el presidente quisiera tener la misma beligerancia contra la Iglesia que ha tenido contra otros sectores, como la Contraloría General de la República (CGR), el Poder Judicial o el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). Sin embargo, esto podría ser contraproducente.
“De cara al proceso electoral, increpar directamente al arzobispo de San José, no estoy tan seguro de que sea la mejor estrategia ni la mejor forma de proceder, porque en un periodo electoral uno no intenta comprarse enemigos que pueden ser aliados estratégicos. Realmente, no había razón para que el presidente ahora esté empujando a las filas de oposición, a muchas personas que también se pueden ver afectadas por este problema y podrían acercar posiciones y arrojarlos a la oposición de una forma tan innecesaria”, aseguró.
“Aunque en los últimos años la imagen pública de la Iglesia ha estado afectada, mucha gente en el país la siente como cercana. Si yo fuera del equipo cercano del presidente, ya habría hecho esa advertencia, porque no es algo que al Poder Ejecutivo ni al oficialismo en campaña le convengan”, añadió.
¿Cuánto pesa la religiosidad en la toma de decisiones electorales?
Estas relaciones de acercarse o alejarse de actores religiosos, ¿pesan sobre el voto? Para Fajardo, no.
“En principio creo que lo que hemos visto es que el tema religioso no era tan determinante en lo político, pero que no sea determinante no quiere decir que no sean determinantes algunos sectores con ese imaginario del uso de lo religioso por lo que pueda significar de identificación, de sentimiento”, expresó.
“Uno pensaría también que lamentablemente a nivel político tal vez están viendo que la población es religiosa y usarlos les va a traer beneficio, pero lo que no se dan cuenta es de, aunque las personas tienen una adhesión de fe, no significa que van a ir llevándose por una visión ingenua de la fe; ellos son críticos. No se dejan usar tan fácilmente, algunos políticos lo piensan, pero no puede ser usada”, concluyó.
