El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) inició la campaña electoral sin un marco regulatorio sobre el uso de la Inteligencia Artificial (IA), una herramienta que representa uno de los principales desafíos para la entidad en materia de desinformación de cara a las elecciones de 2026.
Así lo manifestó a La Nación el vocero del TSE, Gustavo Román, durante el taller impartido por el órgano electoral a los medios de comunicación, denominado “Del laboratorio a la campaña: inteligencia artificial y desinformación en elecciones”.
De acuerdo con Román, aunque en 2023 el TSE presentó ante la Asamblea Legislativa una serie de proyectos de ley, entre ellos uno enfocado en el uso de la inteligencia artificial (IA) en las elecciones, solo uno fue aprobado.
Se trata del proyecto para el fortalecimiento del acceso, la equidad y el control del financiamiento de los partidos políticos; no obstante, este fue aprobado con diversas modificaciones respecto a lo originalmente planteado por el TSE.
Las otras propuestas que quedaron sin avanzar buscaban actualizar las reglas sobre el uso de la IA, la propaganda y fortalecer el control de las redes sociales.
En setiembre de este año, el Tribunal lamentó que las reformas presentadas no estuvieran listas para entrar en vigencia durante el proceso electoral de 2026. Entre ellas también se encontraba un proyecto impulsado por los diputados Vanessa Castro y Carlos Felipe García, ambos del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), que pretendía regular el uso de la IA en la propaganda electoral.
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¿Cómo actuará el TSE sin regulaciones?
Aunque no hubo una actualización del marco regulatorio, Román indicó que el TSE ha desarrollado “muchos esfuerzos en beneficio de la conversación pública” y en contra de la manipulación de los costarricenses a través de la desinformación.
Los esfuerzos se enfocan en combatir el uso de herramientas de IA, las cuales facilitan la creación de contenidos falsos o manipulados, como imágenes, audios o videos que imitan voces y rostros de figuras públicas con alto nivel de realismo.
Este tipo de materiales, conocidos como deepfakes, pueden difundirse rápidamente en redes sociales y aplicaciones de mensajería, contribuyendo a la propagación de desinformación y afectando la confianza ciudadana en los procesos electorales.
Es por ello, que el TSE implementó iniciativas como el curso de Ciudadanía Digital Responsable, enfocado en la formación mediático-digital y que se encuentra de manera gratuita en la web del Instituto de Formación en Democracia del TSE.
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Además, enfatizó en la colaboración del órgano electoral con la prensa, la cual se encarga de verificar la información y ofrecer a sus audiencias contenidos útiles para la formación de sus opiniones políticas.
La Nación de Costa Rica desarrolla el proyecto #NoComaCuento, que investiga la veracidad de la información que circula en redes sociales. Todos los artículos de esta iniciativa son de acceso gratuito.
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La audiencia puede formar parte del proyecto enviando información sospechosa o poco confiable al correo nocomacuento@nacion.com, cristianmora@nacion.com, o bien, al número de WhatsApp 6195-2861.
¿Cómo detecta el TSE la desinformación generada con IA?
Según Román, el TSE realiza un monitoreo permanente de la conversación digital con el fin de identificar tempranamente el origen de la desinformación.
Una vez detectada la fuente, el Tribunal proporciona “información verificable y fáctica” que permita desmentir los contenidos falsos en el momento oportuno, para evitar que se conviertan en “cascadas de desinformación”.
El funcionario agregó que el Tribunal mantiene canales abiertos con las plataformas digitales de Meta y con la aplicación TikTok, y que están preparados para “reaccionar de manera inmediata y asertiva a cualquier desinformación que circule sobre el organismo o el proceso electoral”.