La Nación escribió un muy pertinente editorial el día 20 de noviembre, que en su edición impresa se tituló “Prudencia en negociaciones con EE. UU.”, el cual sintetiza algunos puntos que me gustaría rescatar.
Ha hecho bien el gobierno de la República en ser precavido en sus negociaciones con Estados Unidos. El ministro Tovar ha trabajado constructivamente con los equipos técnicos de Estados Unidos tratando de buscar el retorno a las condiciones de libre comercio que disfrutábamos antes de abril pasado.
La tarea no es simple. Costa Rica ha logrado transformar con éxito su economía; ya no somos un país con unos pocos productos agrícolas, sino que exportamos más de 5.000 productos, algunos de gran sofisticación como semiconductores, dispositivos médicos y manufactura avanzada.
La dificultad de concretar acuerdos que logren cubrir el gran universo productivo que tiene el país es complejo, especialmente debido a las múltiples investigaciones que ha abierto el Departamento de Comercio de Estados Unidos en sectores en los que Costa Rica ha venido incrementando su participación exportadora, como dispositivos médicos y semiconductores.
Otros países de la región cuentan con exportaciones de pocos rubros, la mayoría agrícolas o de la industria textil, que simplifican el logro de acuerdos.
Considero que las acciones tomadas por Comex son las correctas: mantener un diálogo constructivo y permanente con sus homólogos; fortalecer la Oficina de Comex en Washington y contratar los servicios de una firma especializada que puede prestar asesoría en medio de un nuevo paradigma comercial.
Esto último parece muy razonable, dado que esta administración tiene una forma diferente de operar que sus predecesoras. Sus decisiones se fundamentan poco en los canales tradicionales de las instituciones públicas y de las agencias del gobierno que usaban administraciones anteriores, y las asociaciones gremiales y empresariales no cuentan con la influencia que tenían años atrás.
Por otra parte, siempre hay espacio para fortalecer la presencia en Washington. La Cancillería debería reforzar su misión, con más personal y presupuesto. Cuando tenemos tantos intereses comunes y una asociación histórica y fundamental con Estados Unidos, debemos habilitar el presupuesto necesario para que la Embajada tenga los instrumentos y los recursos adecuados. Igualmente, hay espacio para trabajar en la competitividad doméstica. El también editorial de La Nación del día 17 de noviembre, denominado “Defendamos nuestro clúster de dispositivos médicos” cita varios ejemplos de cómo se puede fortalecer la competitividad del sector, creando un entorno regulatorio más amistoso, simple y eficiente y a la altura de las necesidades del momento.
Es importante que el Ministerio de Salud asuma el reto de proveer más competitividad al sector mediante regulaciones y procedimientos ágiles y eficientes.
En resumidas cuentas, las negociaciones que lleva el país son muy relevantes para nuestro futuro. Ser prudente y cuidadoso es, sin duda, de suma importancia.
Tomás Dueñas es exministro de Comercio Exterior y exembajador de Costa Rica en Washington y ante la Unión Europea.