
Las investigaciones llevadas a cabo por compañas de exploración en el territorio nacional, tanto directamente por empresas transnacionales (Gulf Oil Co., Unión Oil Co. y Elf Aquitaine de Francia, entre otras) como bajo convenios entre Recope y otras compañías internacionales, como Pemex, Petrocanada, Banco Mundial y Statoil de Noruega, hoy Equinor, ponen en evidencia que en Costa Rica se ha generado y se cuenta con por lo menos dos categorías de petróleo y reservas potenciales significativas de gas natural de excelente calidad.
Los resultados de estas campañas exploratorias se integraron además en numerosos estudios científicos (uno de ellos realizado por la prestigiosa empresa internacional Western Atlas International), que generaron resultados adicionales optimistas y condujeron a la localización de 10 zonas de interés potencial de hidrocarburos para hacer exploraciones de detalle con el fin de comprobar la existencia de yacimientos comerciales de petróleo y gas natural.
En cuanto a los tiempos, es trascendental en esta discusión tener un claro entendimiento de la dinámica de la actividad investigativa que conlleva el descubrimiento y producción de un yacimiento de petróleo o gas natural. Para ello, se siguen las siguientes tres etapas: prospección (con una duración de 1 a 2 años), exploración (de 2 a 3 años) y producción (que dura hasta que concluya la vida útil del yacimiento). Dentro de la etapa de producción, se contempla el desarrollo del yacimiento para su puesta en producción, que en la práctica de la industria no supera un año.
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Es necesario tener claro que dentro de este escenario la realidad de la investigación en Costa Rica en las 10 zonas de interés potencial de hidrocarburos es que hemos superado en su totalidad la etapa de prospección y la de exploración regional, y queda por abarcar la de exploración.
Entre los beneficios de la exploración, producción y exportación de hidrocarburos, desde sus inicios, se encuentra una altísima generación de recursos fiscales y no fiscales y de divisas para satisfacer las crecientes necesidades económicas y sociales con responsabilidad ambiental, como lo hacen muchos países, entre estos Noruega.
Así, lo señaló también el exministro de Ambiente y Energía de este gobierno Carlos Manuel Rodríguez, el 9 de noviembre del 2019, en el X Congreso Nacional de Empresarios del Combustible: «La tecnología de hoy para extraer petróleo y gas natural nos da total y completa certeza de que se puede hacer con cero impactos ambientales... Ahí, no veo ningún problema en absoluto. El país tiene las capacidades. Eso para mí no es un problema... Que vamos a seguir consumiendo petróleo, sí, es cierto».
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De seguir el camino contrario, Costa Rica se vería privada de los múltiples beneficios que esta actividad generaría, y más bien los transfiere a otros países mediante las crecientes importaciones de derivados de petróleo, costos que están incluidos en el precio. El consumo petrolero del país ya representa casi las dos terceras partes del consumo energético nacional y tiende a crecer.
La industria de los hidrocarburos presenta un alto impacto positivo en el desarrollo de un país cuando los recursos obtenidos son ejecutados bien y no va en contra del desarrollo de los recursos renovables.
Así, lo han demostrado numerosos países, entre los cuales figuran Noruega e Israel, donde el desarrollo de estos dos recursos naturales generará una gran riqueza nacional y, simultáneamente, potenciará la producción de energías renovables.
Son de vital importancia las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ODCE) para que cada país alcance la independencia energética y avance en el desarrollo económico. La actividad de exploración y explotación de hidrocarburos cumple esta recomendación, además de brindar una verdadera seguridad energética.
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La industria turística y otras más están condicionadas al aseguramiento energético, por lo que la prohibición de la exploración y explotación de hidrocarburos atenta contra cualquier actividad.
En lo que respecta a proyecciones de consumo, si bien es cierto que el petróleo, dentro de la matriz energética mundial, reduce lentamente su participación en el tiempo, el gas natural la incrementará rápidamente hasta llegar a desplazar el petróleo, el cual pasará al segundo lugar.
Por lo tanto, falta mucho para descartar el petróleo y mucho menos el gas natural, que va a convertirse en la principal fuente de energía del mundo.
Lo anterior es confirmado por las proyecciones al 2040 y 2060 de consumo energético mundial estimado por organizaciones internacionales de gran prestigio, como el Word Energy Council, la International Energy Agency (IEA) y el US Energy Information Administration (EIA) y compañías como ExxonMobil y BP.
Como materia prima no energética, el petróleo y el gas natural siguen aumentando su participación en la industrias petroquímica, biomédica, farmacológica, cosmética y agroquímica (fertilizantes, etc.), todas ellas más limpias, eficientes y con mucho mayor valor agregado, además de indispensables para la salud y la vida del ser humano.
El autor es geólogo, vocal y secretario adjunto del Colegio de Geólogos.