Las listas de espera para una intervención quirúrgica en los hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) constituyen una tragedia para cientos de miles de asegurados y sus familias.
La experiencia vivida por un allegado en el último año, que expondré a continuación, me impactó y es motivo para cuestionar los procedimientos que utiliza la Caja en la atención de algunas enfermedades en comparación con los servicios médicos privados, situación que, con seguridad, es una de las causas del problema de las listas de espera.
A esta persona, el año pasado, se le practicó una resección de un pólipo en el colon, mediante un procedimiento ambulatorio, y pocos meses después le diagnosticaron otro en el recto inferior, por lo cual requirió una resección transanal en enero.
Para la extirpación, debió someterse a una operación, por lo que fue necesario su internamiento durante once días en uno de los principales hospitales de la CCSS. Ingresó un viernes, la intervención fue realizada el jueves siguiente y le dieron de alta cuatro días después.
Los días sábado y domingo prácticamente no le hicieron nada y el lunes debían hacerle análisis y darle las autorizaciones requeridas; sin embargo, la asignación del quirófano fue posible hasta el jueves.
Salió del hospital con muchas complicaciones, por cuanto sufrió una infección en las vías urinarias que afectó la vejiga y la próstata, y le causó una molesta incontinencia que tardó tres meses en ser revertida.
Para curarse de la bacteria, debió tomar cuatro rondas de antibióticos y recurrir a un especialista en urología para tratarse los problemas en la vejiga y la próstata, todo lo cual tuvo un alto costo que debió asumir.
En una posterior colonoscopía de control se determinó que el pólipo había reaparecido y por la biopsia se supo que era un tumor maligno y debía operarse de nuevo.
Su reacción inicial fue negarse, y así se lo manifestó al cirujano oncólogo que lo atendía en el hospital, pero pocas semanas después algunas manifestaciones físicas indicaron la urgencia del procedimiento.
Consultó si era posible en el sistema privado y sí, lo era; primero porque el procedimiento podía hacerse sin ingresarlo al hospital (una hora en el quirófano y dos en la sala de recuperación) y segundo porque los precios de la clínica y el equipo médico (cirujano, anestesista y patólogo) estaban dentro de sus posibilidades económicas.
La operación fue realizada hace unas semanas y convalece satisfactoriamente.
Es absurdo que un procedimiento, que en el sistema privado se hace en tres o cuatro horas, en la CCSS requiera once días de hospitalización, aunque el diagnóstico y la atención fueron relativamente expeditos.
Desconozco las razones de la abismal diferencia, pero la realidad le causa enormes costos a nuestra seguridad social y afecta negativamente la prestación oportuna de sus servicios.
Si un procedimiento quirúrgico como el descrito no lo puede hacer la Caja de forma ambulatoria o por lo menos con una sustantiva disminución del tiempo de internamiento, los administradores deberían considerar la posibilidad de que los asegurados acudan a los servicios privados y la institución pague la factura total o parcialmente. Sin duda, sería muchísimo más barato y ayudaría a paliar el problema de las listas de espera.
El autor fue diplomático.