
En un mundo marcado por tensiones geopolíticas y transformaciones tecnológicas aceleradas, la confianza se convierte en el valor más estratégico para las relaciones internacionales. Fiel a su tradición diplomática, Costa Rica ha construido con Estados Unidos una relación sólida que se renueva constantemente, adaptándose a los desafíos de cada época.
Durante la administración del presidente Rodrigo Chaves Robles, la intensidad de esta relación ha quedado demostrada en la frecuencia y el nivel de los encuentros bilaterales. Hemos recibido en nuestro país a 19 delegaciones oficiales de alto nivel provenientes de Estados Unidos, y Costa Rica, por su parte, ha realizado 29 visitas oficiales a Washington D.C. y a otras ciudades estratégicas como Seattle, Miami y San Francisco. Estos intercambios no son meramente protocolares; responden a una agenda sustantiva que abarca desde la seguridad regional hasta la transformación productiva, la atracción de inversiones y la innovación tecnológica.
De esta dinámica diplomática han surgido compromisos concretos. En este periodo se han firmado nueve memorandos de entendimiento que ilustran la amplitud temática y la orientación estratégica de nuestra cooperación. Destacan los acuerdos en materia de salud para el tratamiento e investigación contra el cáncer, la creación de Oficinas de Movilidad Segura, la colaboración en ciberseguridad y el intercambio biométrico para fortalecer nuestras fronteras, así como los compromisos para combatir el narcotráfico y el crimen organizado transnacional.
En paralelo, hemos avanzado hacia un objetivo clave para el desarrollo: posicionar a Costa Rica como un nodo confiable en la cadena global de suministros. Este trabajo no se desarrolla en el vacío. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, destino de casi la mitad de nuestras exportaciones, que en el 2024 alcanzaron un récord histórico de $10,419 millones.
Además, la inversión extranjera directa proveniente de Estados Unidos alcanzó el año pasado un récord sin precedentes de $3.982 millones, impulsada por la atracción de industrias de alta tecnología, particularmente en semiconductores, dispositivos médicos y manufactura avanzada. Este dinamismo económico, acompañado de proyectos de cooperación en seguridad y digitalización, refuerza la confianza mutua y ofrece beneficios tangibles para nuestras poblaciones.
En un contexto internacional convulso, la relación entre Costa Rica y Estados Unidos se distingue por su estabilidad, por su capacidad de adaptación al cambio y, sobre todo, por la coherencia entre los principios que compartimos: la libertad, la innovación y la seguridad hemisférica. Esta es, en esencia, la geopolítica de la confianza: una visión que apuesta por la cooperación como estrategia y por el futuro como espacio compartido.
Nuestros esfuerzos avanzan a buen ritmo y, con la nueva administración del presidente Donald Trump, hemos visto una reafirmación de nuestra condición de socio estratégico y una renovada voluntad de trabajar de manera articulada. A partir de enero anterior, esta dinámica ha adquirido un impulso renovado, lo que evidencia que la confianza no solo se mantiene, sino que se profundiza con resultados concretos.
Con el inicio de la administración Trump, el 20 de enero de 2025, la relación entre Costa Rica y Estados Unidos no solo mantuvo su dinamismo: ganó tracción política estratégica. Washington D.C. reafirmó a Costa Rica como socio confiable en Centroamérica y acordamos agilizar agendas que combinan seguridad, innovación tecnológica y seguridad para las redes de tecnología 5G.
La primera gran señal llegó con la visita histórica del secretario de Estado, Marco Rubio, en su gira inaugural por la región el 4 de febrero pasado: un gesto diplomático que colocó a Costa Rica entre las prioridades tempranas de la nueva política exterior estadounidense. Meses después, en junio de este año, recibimos a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, con quien profundizamos la cooperación operacional contra el crimen organizado. Ambos encuentros, al más alto nivel, coincidieron en un mensaje inequívoco: Costa Rica es un socio clave para Estados Unidos cuyo modelo de estabilidad institucional aporta valor estratégico hemisférico.
De estas visitas derivan pasos concretos que ya están en marcha. La inclusión de Costa Rica en el programa Global Entry abre una vía de ingreso expedito para viajeros de bajo riesgo, fortaleciendo a la vez la confianza mutua en nuestros sistemas de verificación. Paralelamente, la firma de un acuerdo de intercambio biométrico permitirá identificar con mayor rapidez a individuos vinculados al terrorismo, redes criminales y tráfico de drogas.
En lo que va del 2025, también hemos recibido a tres delegaciones del Congreso de Estados Unidos interesadas en profundizar la cooperación en seguridad, energía, y desarrollo económico, y en agosto próximo esperamos a un grupo de la Cámara de Representantes del Estado de Arizona orientado a fortalecer el comercio, la inversión y oportunidades educativas entre ese estado y Costa Rica. Estas visitas legislativas alimentan el músculo político que sostiene los acuerdos ejecutivos y garantizan continuidad presupuestaria y seguimiento bipartidista: otro pilar de la geopolítica de la confianza.
Nuestra historia común nos recuerda que las alianzas más duraderas no nacen de la coyuntura, sino de la convergencia de valores y propósitos. Costa Rica y Estados Unidos compartimos el convencimiento de que la libertad y la seguridad son pilares irrenunciables en un mundo que exige respuestas colectivas. Hoy, cuando la incertidumbre marca la agenda global, nuestra relación bilateral se erige como un ejemplo de confianza estratégica capaz de generar soluciones concretas para la prosperidad y la innovación.
El camino que hemos recorrido reafirma que la confianza no es un concepto abstracto, sino una herramienta que produce resultados tangibles: más oportunidades para nuestros pueblos, más resiliencia frente a los riesgos y más capacidad para liderar en un entorno global competitivo.
Arnoldo André Tinoco es ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica.