Exámenes de admisión revelan una diferencia ofensiva
No debe existir educación de alta calidad para unos pocos y mediocre para la gran mayoría
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Por Alberto Morales Bejarano
Hay datos contundentes que pasan increíblemente inadvertidos, ya sea por indolencia o por intereses incomprensibles. La nota periodística titulada “Resultados de admisión del Tec desnudan las desigualdades de la educación pública” (12/12/2021)debería ser motivo de profundo análisis y discusión, pues reitera el apagón educativo, revelado por el Octavo informe estado de la educación, y refleja la situación en cuanto a resultados pragmáticos que afectan a personas reales y a sus familias.
Que en las pruebas de admisión del Tec solo un 28% de los estudiantes provenientes de colegios públicos académicos resulte elegible en contraste con un 69% de los alumnos de centros privados es una alerta.
La situación se magnifica cuando se analiza el resultado de los colegios científicos, cuyo porcentaje de admisión es del 96%, una evidencia más de que saberes esenciales como las letras y el arte han sido dejados de lado.
Dos Costas Ricas
Se confirman de ese modo las diferentes Costas Ricas que se han ido delineando en lo académico y en lo humanístico, en detrimento del bien común. Contradicciones abismales entre lo público y lo privado.
Para los alumnos de educación abierta el panorama es peor, pues la admisión la logra solo el 24%, o para los que están en el sistema de educación de adultos, que es del 15%, o de la población indígena, que es del 2,2%.
Como en otros sectores, los adolescentes y jóvenes son abandonados. Lo mismo ocurre en lo referente a salud y protección, ámbitos en los cuales el Estado ha sido negligente, por decir lo menos.
Da grima constatar como en los planes de gobierno de los candidatos a la presidencia no se analiza el problema, o, en el mejor de los casos, apenas se menciona la precariedad “de las personas que son el presente y el futuro del país”, como se lee en la mayoría de las propuestas.
Los partidos políticos deben comprender que el mayor porcentaje de desempleo lo sufre la población joven que no termina la secundaria, que carece de recursos para pagar un seguro, que intenta ser emprendedora en un ambiente hostil y distorsionado que se limita a apoyar lo tecnológico, aunque existe un más allá. Es la población también que más se suicida.
Debemos poner atención no condescendiente, ajustada a lo que pareciera ser desconocido para los tomadores de decisiones políticas.
El autor es médico pediatra, fue fundador y director durante 30 años de la Clínica del Adolescente del Hospital Nacional de Niños. Siga a Alberto Morales en Facebook.
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