
Vivimos en una época en la que la presencia constante de la inteligencia artificial (IA) genera inquietud sobre nuestro papel como trabajadores. Aunque apenas comenzamos a explorar sus aplicaciones, ya nos preguntamos cómo afectará nuestras profesiones en los próximos años.
La preocupación por el avance acelerado de la IA en todos los ámbitos laborales nos lleva inevitablemente a cuestionarnos: “¿Cuánto falta para que la IA me reemplace... o me deje sin empleo?”
Y no es una inquietud infundada. Las noticias recientes sobre despidos en grandes corporaciones dibujan un panorama incierto. Según Yahoo! Finance y el diario Economic Times de India, Microsoft ha despedido a cerca de 17.000 empleados en lo que va del año, incluidos 2.000 ingenieros de software en su sede de Washington. Su CEO, Satya Nadella, explicó que estas medidas responden a la estrategia de la empresa para fortalecer su inversión en IA como eje central de su futuro. “Es una reestructuración dolorosa pero necesaria en la era de la inteligencia artificial”, afirmó.
IBM tomó una decisión similar: alrededor de 8.000 despidos, de los cuales el 30% correspondió al área de recursos humanos, ahora gestionada en gran parte por agentes de IA encargados de procesos como la incorporación de personal y la administración de beneficios, según Forbes. En Amazon, aunque no se ha precisado el número de despidos, se confirmó que la automatización mediante IA forma parte de una reestructuración orientada a hacer la empresa más eficiente. Andy Jassy, su CEO, afirmó que esta transformación reducirá la plantilla en los próximos años, al tiempo que ciertas funciones quedarán obsoletas.
Salesforce, por su parte, eliminó 1.000 puestos y estima que entre el 30% y el 50% de sus tareas internas ya son realizadas por sistemas de IA, según declaraciones de su CEO, Marc Benioff.
Estos casos, ampliamente difundidos en medios financieros internacionales, alimentan la percepción de que el futuro laboral para profesionales se estrechará para muchos.
Hago la salvedad de que los avances tecnológicos, especialmente la automatización de procesos de manufactura, han ocasionado pérdida de empleos desde hace más de 50 años. Sin embargo, una de las razones por las que inquieta tanto la IA y su efecto en el futuro de los empleos es que, por primera vez, son las profesiones y no los oficios los que están en riesgo. Para aquellos de nosotros que tuvimos el privilegio de cursar una carrera y tener una profesión que hoy se ve amenazada por la automatización gracias a la IA, surge la pregunta inevitable: ¿Nos volverá la IA irrelevantes en el corto plazo?
No necesariamente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) publicaron este año informes que ofrecen una visión más matizada.
El Future of Jobs Report 2025 del WEF proyecta que, aunque la automatización eliminará empleos, el saldo neto será positivo: se crearán 11 millones de nuevos puestos relacionados con IA, frente a 9 millones que desaparecerán para 2030. La OIT coincide en que habrá impactos regionales significativos, aunque sin precisar cifras netas.
Las grandes empresas buscan reducir costos en funciones susceptibles de automatización, para redirigir recursos hacia áreas donde la IA potencia nuevas oportunidades laborales.
Estimado lector: si ha llegado hasta aquí, quizá todavía se pregunte: “¿Está en riesgo mi empleo?”. Tanto el informe del WEF como un estudio de Microsoft (2024) identifican los sectores más vulnerables y aquellos con mayor potencial de crecimiento hacia 2030.
Entre los puestos con tendencia a desaparecer figuran el personal de atención al cliente, asistentes administrativos y contables, encargados de gestión documental, taxistas y transportistas, agentes de ventas, diseñadores gráficos, peritos, asistentes legales y operadores de telemarketing (WEF, 2025, pág. 19). Se estima que estas ocupaciones tendrán una contracción de entre el 10% y el 35% en los próximos cinco años.
En contraste, se prevé un crecimiento significativo en áreas como análisis de datos, IA y aprendizaje automático, robótica, ciberseguridad, logística de entregas rápidas, diseño de interfaces digitales, desarrollo de software e ingeniería en energías renovables, con aumentos que van del 40% al 120%.
El WEF también señala que oficios manuales como agricultura, fontanería o carpintería, así como profesiones en educación, cuidado de personas y servicios de alimentos y hospitalidad, experimentarán una expansión en la demanda laboral.
¿Qué hacer si su ocupación figura entre las más amenazadas? Este es el momento de capacitarse. Existen múltiples opciones: programas internos, cursos abiertos o iniciativas de formación en tecnologías emergentes. La clave está en anticiparse.
Cada trabajador debe asumir la responsabilidad de adaptar su trayectoria profesional. No se trata de entrar en pánico, sino de prepararse para un entorno cambiante. La IA representa una transformación profunda, no una extinción. Como dice el refrán adaptado: “en guerra avisada, mueren menos soldados”.
dvargascri@outlook.com
David Vargas es periodista, fotógrafo y estratega digital. Ha ejercido como periodista, director de fotografía, jefe de prensa, profesor universitario, estratega de social media, y creador de contenidos en Costa Rica, Estados Unidos, Rusia y Ucrania.